Susana Estrada: ¡°El sexo no tiene edad¡±
El documental ¡®Susana y el sexo¡¯ celebra el coraje de la ¡®vedette¡¯, actriz de cine, cantante y productora teatral que una vez fue despreciada por su trabajo. ¡°Mis hijos est¨¢n orgullos¨ªsimos de su madre¡±, celebra
En la Transici¨®n fue despreciada por la prensa, ridiculizada en televisi¨®n, recibi¨® amenazas de muerte y hasta tuvo que contratar a un guardaespaldas; todo ello por hacer en p¨²blico algo que todo el mundo hace en privado: desnudarse. Pero Susana Estrada (Gij¨®n, 72 a?os), que desde los setenta ha sido actriz de cine, cantante, vedette y productora de teatro, nunca se ha arrepentido. El documental Susana y el sexo, primera producci¨®n propia de RTVE Playz, dirigido por C¨¦sar Vallejo y cuya idea ori...
En la Transici¨®n fue despreciada por la prensa, ridiculizada en televisi¨®n, recibi¨® amenazas de muerte y hasta tuvo que contratar a un guardaespaldas; todo ello por hacer en p¨²blico algo que todo el mundo hace en privado: desnudarse. Pero Susana Estrada (Gij¨®n, 72 a?os), que desde los setenta ha sido actriz de cine, cantante, vedette y productora de teatro, nunca se ha arrepentido. El documental Susana y el sexo, primera producci¨®n propia de RTVE Playz, dirigido por C¨¦sar Vallejo y cuya idea original es de Valeria Vegas, celebra su coraje.
Pregunta. El documental se titula Susana y el sexo, ?cu¨¢l es su relaci¨®n con el sexo hoy?
Respuesta. Pues estoy en stand by [r¨ªe]. Tengo el piloto rojo encendido para darle al play, pero no le doy. Con el tiempo eso se pasa, ya ver¨¢s que tengo raz¨®n. Cuando de verdad has amado, luego cualquier cosa que viene no es igual y ya no hiperventilas por nadie. Es un punto m¨¢s de libertad, porque ya no te preocupa si te quieren o si no te quieren.
P. Y eso, ?cu¨¢ndo llega?
R. A unas antes y a otras despu¨¦s, pero llega. Te acostumbras y dices: ¡°Bueno, si encuentro a alguien que est¨¦ bien, nos juntamos un fin de semana; pero que venga con la camisa planchada y los calzoncillos limpios¡±.
P. El documental va m¨¢s all¨¢ del mito er¨®tico.
R. Lo de mito er¨®tico me lo adjudic¨® el pueblo. Yo no quer¨ªa serlo; sab¨ªa que desnudarme iba a ser gordo, pero no tan gordo. Empec¨¦ siendo el pend¨®n nacional y ahora parece ser que soy un icono, aunque yo siempre digo de broma ico?o.
P. Usted, que a los 18 ya era madre de dos ni?os y los sac¨® adelante sola, ?qu¨¦ piensa cuando oye hoy hablar de la conciliaci¨®n?
R. Yo tuve que trabajar siete d¨ªas a la semana y pagar a una tata que cuidara a mis hijos porque mis padres me dejaron de hablar por separarme. Aqu¨ª se pagan muchos impuestos y ayudas hay muy pocas. En otros pa¨ªses europeos hay muchas m¨¢s. Pero yo no quiero que me lo den todo hecho ni que me tutele nadie.
P. ?C¨®mo es ahora la relaci¨®n con sus hijos?
R. Al principio fue muy dif¨ªcil, porque cuando iban al colegio los otros ni?os les dec¨ªan: ¡°Tu madre es una puta¡±; entonces me ten¨ªa que sentar con ellos y explicarles: ¡°Mam¨¢ se desnuda¡±, ¡°mam¨¢ va a salir as¨ª en una revista¡±, y adem¨¢s ense?¨¢rsela para que supieran lo que hab¨ªa. Ahora est¨¢n orgullos¨ªsimos de su madre. Lo que han tenido y las carreras que han podido estudiar han sido gracias al trabajo de su madre.
P. ?Es verdad que su pasado como bibliotecaria es casi m¨¢s er¨®tico que lo que vino despu¨¦s de la fama?
R. Yo llevaba unas minifaldas que eran casi cinturones anchos y siempre me ped¨ªan los libros de estantes altos para que me tuviera que subir en la escalera para cogerlos. Me las sigo poniendo. Luego te las mando por WhatsApp para que las veas.
P. Usted fue la Marianne de nuestra Transici¨®n, ?c¨®mo ve hoy aquella ¨¦poca?
R. No hab¨ªa odios, no hab¨ªa rencores. Excepto algunos grupitos de extrema izquierda¡
P. Pero a usted la amenazaron los guerrilleros de Cristo Rey.
R. S¨ª, en el Pa¨ªs Vasco adem¨¢s. Pero durante la Transici¨®n la gente estaba m¨¢s contenta, tuvi¨¦ramos las ideas que tuvi¨¦ramos. Hab¨ªa grupos de los dos extremos, s¨ª, pero los dem¨¢s nos acoplamos como las manzanas en un cesto, y as¨ª hemos vivido durante muchos a?os. Ahora la gente est¨¢ enfrentada.
P. En los setenta muchas feministas la demonizaron, ?alguna la defendi¨®?
R. Emma Cohen me dec¨ªa: ¡°Los tienes muy bien puestos¡±. Pero feministas ninguna. Me llamaban mujer objeto, porque para ellas rubia equivale a tonta y si te desnudas, qu¨¦ te voy a contar.
P. Pero hoy se la reivindica.
R. Yo nunca me he reivindicado como nada. Hice lo que hice porque no me parec¨ªa justo lo que estaba pasando. La mujer para casarse y que no anduviera con muchos chicos porque ojo con esa chica, que ya ha pasado por muchas manos.
P. ?Y qu¨¦ opina del MeToo?
R. Que eso que denuncian ha existido, existe y me temo que seguir¨¢ existiendo, porque est¨¢ muy enquistado en la sociedad. A lo mejor con las actrices, que ahora tienen m¨¢s voz, se tientan un poquito m¨¢s la ropa. Pero las mujeres an¨®nimas de oficinas y de empresas lo seguir¨¢n sufriendo.
P. Usted fue consultora sexual, ?cu¨¢l es nuestra asignatura pendiente en cuanto al sexo hoy?
R. Ahora la gente est¨¢ como robotizada y trata de mimetizarse con el grupo al que pertenece. En el sexo hay que buscar la propia identidad, y si quien tengas enfrente quiere jugar a ese juego contigo, adelante. Adem¨¢s, la naturaleza es muy sabia, nos ha dado los mecanismos para que no necesitemos a nadie. Porque para estar con alguien que parece un anestesista, que te pone la inyecci¨®n y no te enteras de nada, mejor quedarse una sola.
P. Hace poco, mucha gente se escandaliz¨® cuando una jubilada ley¨® en la tele un poema er¨®tico que le hab¨ªa escrito un amante, ?sigue siendo tab¨² el sexo a en la tercera edad?
R. Totalmente. Y adem¨¢s se sufren presiones de los hijos; yo lo veo mucho aqu¨ª en Benidorm, donde la gente mayor se encuentra unos meses y luego se vuelven a su casa por los hijos, como si no tuvieran derecho a tener su vida privada y un sexo como ellos quieran. El sexo no tiene edad. Yo estoy divina con mis gatos y ya est¨¢, pero hay muchas personas que quieren.
P. ?Qu¨¦ le da verg¨¹enza a usted, que no siente ninguna verg¨¹enza de desnudarse?
R. Nada. Lo que no me gusta no lo hago, pero no por pudor. No soporto la chabacaner¨ªa. A m¨ª el reguet¨®n, por ejemplo, no me entra porque sus letras en general son vulgares. ¡°Mi novio me pone a cuatro patas y si se entera mi padre me mata¡± [improvisa, tratando de imitar un rap].
P. Pero usted cantaba ¡°F¨®llame ya¡±.
R. Si es que las cosas se pueden hacer, pero con un poquito de clase y con buen gusto. Yo eso lo cantaba con una vocecita como si dijera: ¡°P¨¢same el pan¡±.