El secreto de M¨¢xima de los Pa¨ªses Bajos para interpretar su papel de reina: una madre en palacio, una corte de amigos y terapia
Seg¨²n dos bi¨®grafos, la esposa del rey Guillermo tiene una personalidad resiliente que le permite adaptarse y lidiar con las adversidades, como las amenazas de muerte que enfrenta ahora la princesa heredera. Le viene de cuna, aunque revelan que tambi¨¦n cuenta con una red de apoyo de ¨ªntimos y profesionales
Nada parece perturbar a M¨¢xima de los Pa¨ªses Bajos (Buenos Aires, 51 a?os). De cara al p¨²blico, la reina neerlandesa ha sabido encajar con dignidad golpes tan duros como la muerte de su padre, Jorge Zorreguieta, seguida del suicidio de su hermana peque?a, In¨¦s, en 2018; o las recientes amenazas de muerte dirigidas por un cartel de la droga contra su hija mayor, la princesa heredera Amalia de Orange. Ante las adversidades, siempre se muestra serena, estoica y sonriente. Seg¨²n sus bi¨®grafos, desarroll¨® esa resiliencia durante su infancia. La consorte naci¨® ¡°fuera de la ley¡± en una ¨¦poca ultraconservadora de su pa¨ªs natal, Argentina, en el apogeo de la dictadura militar de Alejandro Agust¨ªn Lanusse. Su padre, un dirigente agropecuario de ascendencia vasca con v¨ªnculos con el poder y los grandes terratenientes, no estaba legalmente casado con su madre, Mar¨ªa del Carmen Cerruti, algo que la clase alta porte?a de la ¨¦poca miraba con recelo. Entonces el divorcio no era legal, por lo que Zorreguieta no pod¨ªa disolver su primer matrimonio ni formalizar su relaci¨®n con Cerruti, 16 a?os menor que ¨¦l y oriunda de Pergamino, un pueblo a m¨¢s de 200 kil¨®metros del barrio de Recoleta.
M¨¢xima se crio en esta elitista zona de Buenos Aires, en un piso de unos 120 metros cuadrados, junto a sus tres hermanos menores: Mart¨ªn, Juan e In¨¦s. Los Zorreguieta eran una ¡°familia reconstituida¡±, un modelo mal visto en la sociedad argentina de los a?os setenta. La hoy reina ten¨ªa tres hermanas mayores, Mar¨ªa, ?ngeles y Dolores, fruto del primer matrimonio de su padre con la escritora y fil¨®sofa Marta L¨®pez Gil. ¡°Sus padres se casaron en 1987. Entonces, M¨¢xima ya ten¨ªa 16 a?os. Ya el hecho de haber nacido siendo ¡®hija natural¡¯ en un entorno conservador y pacato como el suyo hizo de ella una mujer que desde muy peque?a tuvo que aprender a ganarse un lugar en ese entorno rodeado de pol¨ªtica y arribismo¡±, explica Rodolfo Vera Calder¨®n, autor junto a Paula Galloni de la biograf¨ªa M¨¢xima: La construcci¨®n de una reina (Penguin Random House, 2021). ¡°Eso tambi¨¦n hizo que desarrollara una personalidad narcisista como escudo para encarar todos los avatares a los que se iba enfrentando. Gracias a esa personalidad es que puede ejercer su papel de reina consorte de una forma tan desenvuelta¡±, a?ade el periodista y escritor en conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S desde Buenos Aires.
En 1979, cuando M¨¢xima ten¨ªa ocho a?os, su padre fue nombrado secretario de Agricultura y Ganader¨ªa de Argentina. Jorge Zorreguieta acept¨® el cargo el mismo a?o en que una delegaci¨®n de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos visit¨® el pa¨ªs y expuso ante el mundo los horrores que intentaba ocultar el r¨¦gimen de Jorge Rafael Videla: miles de casos de secuestros, torturas y desapariciones ilegales. La madre de M¨¢xima quer¨ªa que su hija fuese a un colegio cat¨®lico y tradicional, pero en esa ¨¦poca las instituciones religiosas ten¨ªan prohibido admitir familias con padres separados o sin libreta de matrimonio. As¨ª fue c¨®mo la futura reina de los Pa¨ªses Bajos termin¨® estudiando en el Northlands School, un colegio brit¨¢nico y laico para ni?as ricas en la zona de Olivos. ¡°S¨ª, iba a una escuela de gente rica, pero ella no lo era. Su padre ten¨ªa un apellido, pero no era millonario. Pese a todo, M¨¢xima siempre fue l¨ªder. Siempre tuvo una enorme capacidad para adaptarse¡±, se?ala Soledad Ferrari, coautora de M¨¢xima, una historia real (Sudamericana), otra biograf¨ªa publicada en 2013. ¡°En los inviernos iba a esquiar a Bariloche con sus seis hermanos. Ten¨ªan una caba?a en la Patagonia. A ella le tocaba llevar los trajes de esqu¨ª viejos, heredados de sus hermanas mayores. A la hora del almuerzo, no le daban dinero para comer en el restaurante de Cerro Catedral, sino que ten¨ªa que llevar un t¨¢per con comida. Sus amigas del Northlands no hac¨ªan esas cosas¡±, explica Ferrari en conversaci¨®n telef¨®nica.
Ambos bi¨®grafos coinciden en que la reina tiene una personalidad fuerte y contestataria desde ni?a. Aseguran que es temperamental y que en la intimidad dice muchos tacos. ¡°El se?or L¨®pez, que era el ch¨®fer del autob¨²s que la llevaba y tra¨ªa del Northlands, siempre se quejaba de que era muy desobediente. Aunque nunca fue una gran alumna, se las buscaba para destacar¡±, dice Vera Calder¨®n. ¡°Ahora se controla en p¨²blico. Interpreta un personaje que proyecta esa espontaneidad y cercan¨ªa tan valoradas por el pueblo holand¨¦s. Sabe que es la reina y que se tiene que comportar como tal¡±, a?ade Ferrari.
Tuvo que aprender a ser princesa, pero no le cost¨®. Antes de anunciarse su compromiso con el pr¨ªncipe Guillermo Alejandro de Orange, recibi¨® un meticuloso entrenamiento en un pueblo de B¨¦lgica. La casa real holandesa la recluy¨® durante dos meses para transformarla en lo que es ahora. All¨ª aprendi¨® el idioma, la cultura, la historia y el protocolo de su nuevo pa¨ªs. ¡°Se convirti¨® en una holandesa en tiempo r¨¦cord. De la noche a la ma?ana renunci¨® a su trabajo como financiera en Nueva York y cambi¨® de vida¡±, dice Ferrari. Una de sus grandes maestras fue Ottoline Lieke Gaarlandt, dama de compa?¨ªa de su suegra, la entonces reina Beatriz. Ella le ense?¨® todo lo que sabe sobre los usos y costumbres de la corte, pero su talento para encajar los golpes le viene de cuna.
Este a?o, M¨¢xima ha celebrado su 20? aniversario de bodas con el rey Guillermo Alejandro. En 2002, el Parlamento holand¨¦s impidi¨® a Jorge Zorreguieta participar en la ceremonia religiosa argumentando su ¡°responsabilidad moral¡± en los delitos cometidos por la dictadura militar argentina. ¡°El hecho de haber aceptado eso ya dice mucho sobre c¨®mo es ella. Desde el principio ha acatado todas las reglas. A su boda asistieron m¨¢s de 2.000 invitados, pero ella solo pudo invitar a 60¡å, apunta Ferrari. ¡°Hace todo lo que se espera y eso implica esfuerzos sobrehumanos. El mismo d¨ªa que dio a luz a su hija mayor, Amalia, tuvo que posar para los fot¨®grafos. A la semana del suicidio de su hermana, ya estaba trabajando y sonriendo para los fot¨®grafos. M¨¢xima es una foto permanente¡±, dice Ferrari.
La muerte de su hermana le ha hecho replantearse muchas cosas. Con la posici¨®n que ocupa y con la exposici¨®n que tiene, si no se analizara estar¨ªa perdid¨ªsima
La reina cuenta con una s¨®lida red de apoyos que le permite seguir adelante. En la corte tiene tres damas de compa?¨ªa ¡ªla baronesa Maria Louisa Alexandra Bibi van Zuylen van Nijevelt-den Beer Poortugael, Anna Magdalena Annemijn Crince le Roy-van Munster van Heuven y Josephine Maria Pien van Karnebeek-Thijssen¡ª, y tres amigas argentinas de toda la vida: Graciela Rossetto, que se cas¨® con Coen van Dijk, ¨ªntimo de la infancia del rey Guillermo Alejandro, y que hoy es una de las fot¨®grafas oficiales de la familia real; Graciela Prosperi, tambi¨¦n casada con un holand¨¦s y directora de una agencia de intercambio cultural; y Samantha Deane, mujer de Frederik van Welderen, bar¨®n de Rengers, otro de los mejores amigos del rey.
Mar¨ªa del Carmen Cerruti, la madre de la reina, es otra figura clave. ¡°No solo por el v¨ªnculo que las une, sino porque su opini¨®n siempre es muy importante para M¨¢xima. Es una de sus mayores consejeras y la escucha atentamente. Fue quien lamentablemente le gener¨® su obsesi¨®n por el peso, hasta el punto de que en 2015 se le paraliz¨® un ri?¨®n durante una visita de Estado en China por la estricta dieta proteica que estaba haciendo¡±, cuenta Vera Calder¨®n. Desde la muerte de Jorge Zorreguieta, en 2017, Cerruti vive entre su d¨²plex porte?o con vistas a la Biblioteca Nacional (el piso donde creci¨® M¨¢xima est¨¢ en alquiler) y Europa. Pasa largas temporadas en el palacio de Huis ten Bosch, en La Haya, donde Amalia de Holanda, la princesa heredera, est¨¢ recluida tras recibir amenazas de muerte.
¡°Estoy muy orgullosa de Amalia y de c¨®mo sigue adelante¡±, reconoci¨® M¨¢xima en una reciente comparecencia para explicar la delicada situaci¨®n de su primog¨¦nita. Una vez m¨¢s se mostr¨® serena, estoica y sonriente. Seg¨²n ha explicado ella misma, recurre a ayuda profesional en momentos dif¨ªciles. Tras el suicidio de su hermana, empez¨® a interesarse por la causa de la salud mental y admiti¨® que ella y sus hijas han hecho terapia. Es la primera reina europea que reconoce abiertamente ir a un profesional de la salud mental. ¡°Creci¨® en Argentina, por lo que la cultura de psicoanalizarse siempre fue algo muy normal en su vida. No olvidemos que Buenos Aires es la ciudad con m¨¢s psicoanalistas del mundo despu¨¦s de Nueva York¡±, aclara Vera Calder¨®n. ¡°La muerte de su hermana le ha hecho replantearse muchas cosas¡±, confirma Ferrari y a?ade: ¡°Con la posici¨®n que ocupa y con la exposici¨®n que tiene, si no se analizara estar¨ªa perdid¨ªsima¡±.
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