Los placeres y pecados de Vanesa Mart¨ªn: ¡°Estoy orgullosa de enamorarme de quien me da la gana¡±
La cantautora malague?a presenta nuevo disco, el octavo de su carrera, y habla sobre sus inicios y su proceso de composici¨®n: ¡°Mi mensaje es claro, puedo meter un doblez o un adjetivo. Pero a m¨ª se me entiende. Siempre¡±
Cuando Vanesa Mart¨ªn (M¨¢laga, 42 a?os) junt¨® el pu?ado de canciones que acabar¨ªa dando forma a su primer disco, su padre le pregunt¨®: ¡°Pero vamos a ver, ni?a, ?qui¨¦n es el hijoputa que te est¨¢ haciendo tanto da?o?¡±. Mart¨ªn explic¨® entonces a su padre, como explica ahora a este periodista, que sus temas no son siempre autobiogr¨¢ficos. ¡°Si yo viviera todo lo que canto, al ritmo que escribo, ser¨ªa como para que me estudiara un psic¨®logo¡±, bromea en el di¨¢fano espacio en el centro de Madrid...
Cuando Vanesa Mart¨ªn (M¨¢laga, 42 a?os) junt¨® el pu?ado de canciones que acabar¨ªa dando forma a su primer disco, su padre le pregunt¨®: ¡°Pero vamos a ver, ni?a, ?qui¨¦n es el hijoputa que te est¨¢ haciendo tanto da?o?¡±. Mart¨ªn explic¨® entonces a su padre, como explica ahora a este periodista, que sus temas no son siempre autobiogr¨¢ficos. ¡°Si yo viviera todo lo que canto, al ritmo que escribo, ser¨ªa como para que me estudiara un psic¨®logo¡±, bromea en el di¨¢fano espacio en el centro de Madrid donde presenta Placeres y Pecados, el octavo disco desde aquel que asustara a su padre, all¨¢ por 2006.
A pesar del t¨ªtulo, ella asegura que no entiende el pecado como tal. ¡°Hace muchos a?os que trabaj¨¦ la culpa y sali¨® de mi vida¡±, apunta en conversaci¨®n con EL PA?S. Los placeres los conoce, y los disfruta, algo m¨¢s. ¡°El sexo, viajar, compartir, la m¨²sica, el chocolate negro¡¡±. Dice estar contenta, encontrando un nuevo equilibrio a trav¨¦s de la composici¨®n. ¡°Estoy como en la exploraci¨®n de m¨ª misma, en la b¨²squeda. Y este disco responde a esa b¨²squeda y a esa necesidad de exploraci¨®n¡±.
Vanesa Mart¨ªn est¨¢ imponente con un traje en blanco y negro y una mirada a todo color. Tiene los ojos vivos, m¨¢s que maquillados se dir¨ªa que subrayados por el perfilador, lo que le da un aire entre grunge y fara¨®nico. Su mirada, sin embargo, evita el contacto directo. Deambula por la habitaci¨®n, como buscando las palabras adecuadas a cada respuesta.
Mart¨ªn empez¨® a escribir canciones como forma de desahogo. El desamor fue su primera musa, pero despu¨¦s lleg¨® la pasi¨®n, la igualdad, la introspecci¨®n o los temas sociales. De esta forma, explica, ha compuesto un disco variado, que ella compara con una cordillera, ¡°tiene lo m¨¢s profundo y lo m¨¢s elevado de mi ser¡±, o con una paella, ¡°porque tiene muchos ingredientes¡±. El ¨¢lbum fue grabado entre Madrid y Miami. Tiene gui?os para su p¨²blico latinoamericano (acaba de regresar de una gira que la ha llevado a agotar entradas en M¨¦xico o Argentina), como su colaboraci¨®n con el d¨²o mexicano Jesse & Joy. Pero esa visi¨®n internacional no hace que haya perdido sus ra¨ªces.
Placeres y Pecados ofrece un flamenquito amable. Ya escuchado, sin que eso signifique necesariamente algo malo. Entra f¨¢cil y se va dif¨ªcil. En el videoclip de uno de los temas de adelanto, Marzo, Mart¨ªn comparte escenario con la bailaora Sara Baras. ¡°He so?ado en alto y se me ha cumplido¡±, dice sobre esta colaboraci¨®n. ¡°Llev¨¢bamos tiempo queriendo hacer algo juntas y ha sido m¨¢gico¡±.
En la canci¨®n, canta: ¡°Me gusta fantasearte, pensarte lento y tambi¨¦n descalza¡±. Conjuga una historia de desamor en femenino. Preguntada sobre esa decisi¨®n art¨ªstica y si le ha costado asumir p¨²blicamente su identidad en un mundo que a¨²n penaliza en ventas a quien se sale de la norma, la cantante se cierra en banda. ¡°Es que hablar de ciertas cosas ya me parece un poco cateto. Es como hablar de¡ del AVE ?No sabemos ya que el AVE va a equis velocidad? ?Tenemos que recordarlo cada d¨ªa?¡±, espeta visiblemente enfadada.
Mart¨ªn se declar¨® como no heterosexual el pasado mes de julio, en una entrevista en la revista Shangay en la que aseguraba que hab¨ªa ¡°amado a mujeres maravillosas¡±. No ha vuelto a hablar abiertamente sobre ello, mostr¨¢ndose esquiva y ambigua. No por reparo, explica, sino por discreci¨®n. ¡°Yo estoy orgullos¨ªsima de sentir como siento, de enamorarme de quien me da la gana. Lo que pasa es que hablar de eso obligada¡ ?T¨² le preguntas a Pablo L¨®pez con qui¨¦n se ha acostado? Entonces, ?por qu¨¦ se me tiene que preguntar a m¨ª?¡±.
Vanesa Mart¨ªn canta al amor, pero no cuenta sobre ¨¦l. Se siente m¨¢s c¨®moda charlando sobre canciones. Con las de su ¨²ltimo ¨¢lbum suma 120 de estudio, una cifra tan redonda como imponente. Confiesa que no se las sabe todas de memoria, y que alguna vez ha tenido que ¡°componer sobre la marcha¡± en el escenario. Suerte que tiene cientos de apuntadores entre el p¨²blico. ¡°Cuando me pierdo leo los labios, me dejo llevar por la boca de la gente. En la primera fila siempre est¨¢ mi salvador¡±, explica.
Ahora tiene miles de fans por todo el mundo, pero ella recuerda con cari?o a una de las primeras, Marif¨¦ de Triana. La cantante de copla viv¨ªa a apenas un centenar de metros de la casa de la infancia de Mart¨ªn y una amiga com¨²n las present¨®. Guarda de aquellas tardes una foto con la siguiente dedicatoria: ¡°A la mejor poetisa que he conocido en los ¨²ltimos tiempos¡±. Tambi¨¦n guarda un consejo, que en su momento no entendi¨®, pero que con los a?os ha apreciado y puesto en pr¨¢ctica. ¡°Me dijo: ¡®Que no se te olvide nunca, que tienes que escribirle al pueblo. Por mucho verbo que tengas, por mucha capacidad sint¨¢ctica, por mucha inteligencia emocional¡¡¯. Y yo soy as¨ª. Mi mensaje es claro, puedo meter un doblez o un adjetivo. Pero a m¨ª se me entiende. Siempre¡±.