Si me quieres, no toques ese muro: ?puede una reforma acabar con tu relaci¨®n de pareja?
Gustos enfrentados, altas expectativas y cuestiones econ¨®micas hacen que hacer obras en casa sea en muchas ocasiones conflictivo
Podr¨ªa decirse que para saber que una pareja va a durar, se han de superar tres cosas: una tarde en Ikea, unas vacaciones y una reforma. Mientras que en los realities de reformas el centro de la trama son los giros sorpresa cl¨¢sicos de las obras y sus consiguientes vaivenes econ¨®micos, en el cine t¨ªtulos como Esta casa es una ruina ahondan en las penurias que una reforma complicada conlleva desde un prisma m¨¢s disparatado que sin embargo, no le es extra?o a quienes se enfrentan a una operaci¨®n similar. Las reformas no son f¨¢ciles, y muchas encuestas indican que un llamativo porcentaje de los encuestados ha asegurado haberse planteado durante el proceso incluso el divorcio. La encuesta The 2018 Houzz Remodeling & Relationships Survey de Houzz, que pone en marcha de vez en cuando este tipo de an¨¢lisis para dictaminar c¨®mo se sienten las parejas al enfrentarse a una reforma, indica que el 7% de los encuestados reconoci¨® haberse planteado el divorcio. Tres a?os antes, otra encuesta de la web, que conecta a propietarios y profesionales para reformas, se?al¨® que el porcentaje ascend¨ªa al 12%, por lo que parece que las cosas est¨¢n mejorando.
Entre los motivos que alegaron para haberse planteado la separaci¨®n estaban las diferencias sobre cuestiones est¨¦ticas, y el 20% de los que respondieron aseguraron que se hab¨ªan deshecho de los bienes de su c¨®nyuge sin que el otro lo supiera. Por eso, los expertos recomiendan que las parejas que est¨¦n considerando renovar sus hogares se planteen que cada uno se encargue de la decoraci¨®n de un espacio, para evitar as¨ª mezclar sus estilos personales, pues lo habitual es que uno sienta que le han pedido demasiadas concesiones, sinti¨¦ndose entonces ignorado o dejado de lado.
Otro motivo habitual es que en el caso de que no se ponga la reforma en manos de terceros, el reparto desigual de las cargas sea un tema espinoso. ¡°El presupuesto era inversamente proporcional a los gastos que implicaba. Por ello, asumimos muchas partidas nosotros mismos (hablo en plural mayest¨¢tico, porque me lo com¨ª yo todo): desde encontrar un buen alba?il o parquetista a comprar yo misma los azulejos o dise?ar la cocina. Esto deriv¨® en lo de (casi) siempre: uno asume m¨¢s carga que el otro, y cuando el estr¨¦s se intensifica por la falta de dinero o tiempo, el ambiente es muy tenso y dif¨ªcil de gestionar¡±, explica a ICON Design Rebeca S¨¢nchez, veterinaria. Al hacer alusi¨®n a motivos econ¨®micos, no cabe duda de que estos son los responsables en muchos casos de una creciente presi¨®n en la pareja. ¡°Yo estoy en medio de una y hay mucha tensi¨®n: que si dec¨ªdete ya por el color que te gusta para la pared, que si yo quiero tirar este tabique¡ ?Pero si no hay presupuesto! Sin embargo, cada d¨ªa el tema vuelve: ¡°Si tir¨¢ramos ese tabique¡¡±. Estoy teniendo mucha paciencia y mucha psicolog¨ªa, pero si hubiera una gran pelea, ser¨ªa por el realismo frente a alt¨ªsimas expectativas unidas a un bajo presupuesto¡±, dice Rosana Cabrera, periodista.
Precisamente esas altas expectativas son las que S¨¢nchez recomienda rebajar para afrontar la realidad. ¡°La vida no es Pinterest. Ajustarnos al presupuesto y sumar siempre un poco m¨¢s de tiempo a los plazos indicados; as¨ª tendremos un poco m¨¢s de margen para evitar tensiones futuras. Y pensar que es algo pasajero; la obra pasar¨¢ pero las discusiones y malos rollos no, por eso merece la pena tom¨¢rselo con un poco de filosof¨ªa e incluso intentar disfrutarlo. Yo nunca he podido y me arrepiento. ?El mejor consejo? Si tienes dinero, contratar a un estudio de arquitectura para que te lo hagan todo¡±, recomienda.
Sin embargo, la coordinadora de eventos Vicki Cruz, confi¨® en un equipo que le dio problemas. ¡°El jefe de obra era un impresentable y eso gener¨® muy mal rollo entre nosotros, sobre todo en el tema de los plazos, porque tuvimos que buscar otro apartamento en el que vivir, ya que la obra se retras¨® tres meses¡±, asegura.
Por su parte, Laura Estudillo, agente de prensa especializada en m¨²sica, dice que lo primero es crear una lista de todo lo que es necesario reformar y comprar. ¡°Es como hacer la lista de la compra, pero con un toque de drama, porque lo que crees que necesitas se multiplicar¨¢ como por arte de magia. Y en cuanto al aspecto emocional, prep¨¢rate: la reforma puede ser m¨¢s estresante que estar atrapado en la cocina de The Bear durante la hora punta¡±. Advierte que la paciencia, el tiempo libre y la cartera van a ser las grandes v¨ªctimas de la situaci¨®n, pero a?ade una pincelada de esperanza: ¡°Recuerda que esto es solo un cap¨ªtulo en tu historia, ?habr¨¢ un final feliz! As¨ª que mant¨¦n el sentido del humor, r¨ªete de las peque?as calamidades, y no olvides que lo que realmente importa es ese sue?o compartido de crear un hogar que sea mucho m¨¢s que solo cuatro paredes¡±, recomienda.
Comenta que, pese a que lo habitual es escuchar que una reforma y una mudanza son ¡°pruebas de fuego¡± para la pareja, y que lo com¨²n es pensar que es una exageraci¨®n digna de un drama rom¨¢ntico, no es extra?o que un plot twist cambie las cosas. ¡°Al enfrentarte a una obra, te das cuenta de que no solo est¨¢s lidiando con materiales y mano de obra, sino tambi¨¦n con tu propia paciencia. Los retrasos son casi una constante, el presupuesto parece descontrolarse como un gato en un ¨¢rbol, y muchas de las ideas que ten¨ªas en mente se convierten en ilusiones perdidas porque no se pueden realizar. Y luego est¨¢n esos imprevistos que aparecen siempre en el momento menos adecuado¡±, dice.
¡°A medida que pasan los d¨ªas y los obst¨¢culos se acumulan, notas c¨®mo tu paciencia se agota, tu tono se vuelve m¨¢s ¨¢cido, y de repente, te encuentras en tu propia versi¨®n de Esta casa es una ruina, como Tom Hanks y Shelley Long. Todo lo que parec¨ªa manejable en teor¨ªa se convierte en una aut¨¦ntica prueba de resistencia, donde sin duda aflora lo mejor (y lo peor) de cada uno¡±, explica.
Comenta que embarcarse en una obra es como hacer malabares con cuchillos, pues es tedioso y hay que encontrar el equilibrio perfecto entre imponer el propio criterio y ceder (un poco, claro). ¡°Estos momentos de tensi¨®n han sido, sin duda, los m¨¢s problem¨¢ticos. Desde elegir materiales que est¨¢n fuera del presupuesto hasta lidiar con retrasos, hay instantes en que desear¨ªas tener un bot¨®n de pausa y salir corriendo¡±.
Los porqu¨¦s de las peleas en plena reforma
A veces basta un peque?o detalle para que salte la chispa. ¡°En nuestro caso, el mayor motivo de fricci¨®n fue un peque?o muro en el cuarto de ba?o, que separa el lavabo de la ducha¡±, recuerda Carlos C., periodista. ¡°Mi marido quer¨ªa tirarlo para llevarlo a media altura, porque insist¨ªa en que quitaba mucha luz a la estancia. A m¨ª me aterraba la idea de prolongar m¨¢s las obras y tampoco me gustaba que se viese el interior de la ducha desde la puerta, as¨ª que le convenc¨ª para dejarlo as¨ª de momento. Pero comet¨ª el error de prometerle que, si pasado un a?o segu¨ªa sin gustarle el resultado, reformar¨ªamos el ba?o para tirar el muro. Pens¨¦ que se olvidar¨ªa de ello, pero no. Hace cinco a?os que terminamos la reforma y todav¨ªa, de vez en cuando, se acuerda del muro de la discordia y me recuerda mi promesa de derribarlo¡±.
Pero, ?por qu¨¦ es tan com¨²n que surjan las peleas en plena reforma?. ¡°La casa es el territorio en el que construimos nuestra intimidad. Una reforma de una casa obliga por definici¨®n a pararse y cuestionar la manera en que opera esa intimidad, a racionalizarla y preguntarse qu¨¦ es lo que funciona y qu¨¦ es lo que no. Y si vivimos en pareja, ese cuestionamiento es l¨®gicamente m¨¢s complejo. Pensemos que una casa, entendida como hogar, es una combinaci¨®n de elementos permanentes y otros que cambian con cierta frecuencia o incluso cada d¨ªa. Con la reforma pasamos a poner en tela de juicio lo permanente, lo que damos por sentado, lo que lleva ah¨ª desde el primer momento cuando nos instalamos en esa casa siendo otros, cuando la pareja tambi¨¦n era otra¡±, dice Ib¨¢n Manzano, autor de Las casas que arden (Parip¨¦ Books, 2024).
Asegura que llega un momento en que se produce una simbiosis entre la casa y las personas que la habitan, y del mismo modo que la primera sufre un cambio dr¨¢stico, ocurre lo propio con las personas que la habitan. ¡°Por tanto, es l¨®gico que surjan fricciones en la pareja cuando se inicia una reforma en profundidad. Pero cuidado: no hay nada malo necesariamente en esas discusiones. A fin de cuentas, todo nuevo comienzo es siempre abrupto, y es hasta saludable que se manifieste en una cierta tensi¨®n, siempre que esta sea controlada. A veces las historias de ficci¨®n nos sirven simplemente para eso, para que comprendamos que algo como una reforma es importante, que es un rito de paso, que es un cambio m¨¢s importante en nuestra vida y la de nuestra pareja de lo que queremos admitir y que lo reconozcamos como tal¡±, a?ade el autor.
Por su parte Ulix¨¥s Fern¨¢ndez Garc¨ªa, periodista, antrop¨®logo social y cultural, coincide en se?alar que las reformas del hogar pueden ser un reflejo de la identidad, valores y din¨¢micas de poder en una pareja, evidenciando c¨®mo negocian roles, expectativas y su visi¨®n del futuro compartido. ¡°Desde una perspectiva antropol¨®gica, grandes nombres como Bourdieu y L¨¦vi-Strauss nos permiten entender c¨®mo el espacio dom¨¦stico y las decisiones sobre su transformaci¨®n est¨¢n ligadas al ¡°habitus¡± y las estructuras sociales, mientras que Appadurai y Baudrillard destacan el valor simb¨®lico de los objetos y espacios en la vida cotidiana¡±, explica. ¡°Adem¨¢s, las culturas influyen profundamente en c¨®mo las parejas ven el hogar: en sociedades individualistas como la nuestra, el hogar es una extensi¨®n del yo freudiano mientras que en culturas colectivistas, por ejemplo en la ¨¢rabe - marroqu¨ª, se priorizan las conexiones familiares y comunitarias¡±, asegura.
En cualquier caso, lo que queda claro es que en una reforma hay que dejar atr¨¢s las prisas, rebajar las expectativas, hablar con la pareja en todo momento y asegurarse de que la relaci¨®n es tan s¨®lida como el cuarzo de la encimera antes de poner en marcha una reforma.