El exclusivo club del que todo el mundo habla, con l¨ªderes como Mario Su¨¢rez y Alfonso Bassave
Elegante, rebelde e inconformista: as¨ª es el universo que la firma de sastrer¨ªa Scalpers ha creado para celebrar el lanzamiento de su primer perfume, Scalpers The Club.
Cada ma?ana, los neoyorquinos devoraban las cr¨®nicas que Walter Winchell escrib¨ªa en los cincuenta desde Stork Club, el local m¨¢s fascinante y exclusivo de Nueva York, en donde dicen que Hemingway tumb¨® de un pu?etazo al director de la prisi¨®n de Sing Sing y un an¨®nimo millonario se lo pas¨® tan bien que dej¨® una propia de 20.000 d¨®lares. Para aquellos que no pod¨ªan cruzar sus puertas, esos relatos, escritos entre una densa nube de humo y un suceder de rostros ic¨®nicos y g¨¢ngsters elegantes, eran su ¨²nica oportunidad de participar en la historia. Porque si algo nos atrae de las masoner¨ªas y clubs secretos no es el misterio o la exclusividad, que tambi¨¦n, si no el sentido de pertenencia: formar parte de algo ¨²nico.
No hay que memorizar una contrase?a imposible para entrar en Scalpers The Club, tampoco hay un exigente guardi¨¢n dictando qui¨¦n cruza sus puertas o, por el contrario, se queda con las ganas. Para entrar en la sociedad m¨¢s salvaje y rebelde de Madrid, en donde las notas a madera clandestina, tabaco y jengibre ¨Cideadas por los perfumistas Cl¨¦ment Gavarry y Ane Ayo¨C embriagan la atm¨®sfera, el acceso es tan sencillo como complejo: ser solo t¨² mismo, un aut¨¦ntico l¨ªder.
El modelo Oriol Elcacho est¨¢ entre sus miembros. ?l no pidi¨® permiso para entrar. Curioso y decidido, abri¨® la puerta con su traje m¨¢s elegante y se integr¨® en esta tribu de inconformistas como si siempre perteneciera a ella. Todos le dieron la bienvenida. Porque en Scalpers The Club las decisiones se toman de forma democr¨¢tica: est¨¢ formado por aparentes rivales que no tienen reparo en ser amigos, de figuras totalmente distintas que siempre encuentran un punto en com¨²n para la conciliaci¨®n. Personalidades (en teor¨ªa) opuestas, como el actor Alfonso Bassave y el futbolista Mario Su¨¢rez, que se disputan en la nueva campa?a el liderazgo de los suyos.
El int¨¦rprete de Antidisturbios personifica la cara intensa del l¨ªder, eso que los franceses llaman ¡°la classe¡±: un comunicador nato y emp¨¢tico, el pegamento que mantiene unido al grupo. Por otro lado, el futbolista Mario Su¨¢rez lleva en su ADN el trabajo en equipo, un capit¨¢n que a¨²na cabeza y coraz¨®n. Ambos son los elegidos para liderar a este irreverente ateneo. Independientemente de qui¨¦n logre convencer a la tribu y ser su pr¨®ximo capit¨¢n, quiz¨¢ la pregunta que deber¨ªamos hacernos es, ?tenemos madera para unirnos al Scalpers The Club?
Un ¡®scalpers¡¯ no llama la atenci¨®n, pero jam¨¢s pasa desapercibido. Esta es la primera lecci¨®n que debemos saber, porque en la era de la constante exposici¨®n, no hay nada m¨¢s valioso que el anonimato. Los miembros de Scalpers son discretos, no recurren a gestos forzosos ni acciones premeditadas, pero siempre logran atraer todas las miradas. Porque si hay una norma en el Scalpers The Club, la ¨²nica, y es que todos sepan que perteneces a ¨¦l.
Un ¡®scalpers¡¯ ha encontrado adem¨¢s la esencia de su personalidad. Y no hay nada m¨¢s dif¨ªcil que lograrlo. Porque un perfume es nuestra mejor carta de presentaci¨®n, el accesorio invisible que mejor nos define y que asociamos a esa persona, y a nadie m¨¢s. Los miembros de este club evocan la elegancia y espontaneidad del Eau de Parfum de la firma: una inesperada salida de cacao y pomelo, un coraz¨®n arom¨¢tico e irreverente de tabaco y jengibre que da paso a una mezcla sobria de ¨¢mbar, pachul¨ª y maderas clandestinas. Su fragancia es sutil, pero siempre reafirma.
Una vez aprendida la teor¨ªa, la prueba de fuego est¨¢ en la web de Scalpers: la puerta para formar parte de este exclusivo universo y ser uno de los primeros en tener la fragancia.