La ropa de esta dise?adora andaluza de 27 a?os es una experiencia est¨¦tica
T¨ªscar Espadas no pretende que sus prendas se adapten al cuerpo, sino m¨¢s bien que sea el cuerpo el que se adapte a ellas
Es probable que la firma hom¨®nima de T¨ªscar Espadas (?beda, Ja¨¦n, 1993) les suene a muy pocos en Espa?a. No porque la marca empezara como tal solo medio a?o antes de que llegase la pandemia, sino porque en 2021 esta dise?adora concentra sus ventas f¨ªsicas ¨²nicamente en Jap¨®n, a lo largo de 15 tiendas multimarca entre las que figura Mathematics en Yokohama ¨Cdistribuidora tambi¨¦n de Dries Van Noten, Maison Margiela, Stefan Cooke y E. Tautz- o el espacio O en Tokio ¨Ccon un cat¨¢logo lleno de nombres como...
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Es probable que la firma hom¨®nima de T¨ªscar Espadas (?beda, Ja¨¦n, 1993) les suene a muy pocos en Espa?a. No porque la marca empezara como tal solo medio a?o antes de que llegase la pandemia, sino porque en 2021 esta dise?adora concentra sus ventas f¨ªsicas ¨²nicamente en Jap¨®n, a lo largo de 15 tiendas multimarca entre las que figura Mathematics en Yokohama ¨Cdistribuidora tambi¨¦n de Dries Van Noten, Maison Margiela, Stefan Cooke y E. Tautz- o el espacio O en Tokio ¨Ccon un cat¨¢logo lleno de nombres como Lemaire, Marni e Isabel Marant-.
A estas tiendas, Espadas lleg¨® a trav¨¦s de los propietarios del showroom japon¨¦s Zeniya inc, a quienes conoci¨® en 2019 en Londres, donde ella vive desde que empez¨® a cursar moda de hombre en el Royal College of Art con una de las becas acad¨¦micas que concede Burberry. Cap¨ªtulo I, su proyecto final de m¨¢ster, fue el que llam¨® la atenci¨®n de los japoneses: a la andaluza le compraron esa colecci¨®n inicial al completo, 17 prendas en total, sin esperar un retorno econ¨®mico inmediato. ¡°Su idea era ver la acogida que pod¨ªan tener all¨ª las prendas, m¨¢s que vender y empezar a facturar de primeras¡±, reconoce en una videollamada.
En realidad, pas¨® lo segundo, y adem¨¢s, el n¨²mero de tiendas que solicitaban sus piezas se duplic¨® nada m¨¢s sacar la segunda colecci¨®n, Cap¨ªtulo II, que tambi¨¦n lleg¨® a la semana de la moda de Tokio justo despu¨¦s de haberse presentado en la de Londres del pasado junio ¨Cfue la ¨²nica espa?ola en videodesfilar-, dentro de la primera edici¨®n digital organizada por el British Fashion Council. Hoy, el 80% de lo que factura Espadas proviene del pa¨ªs asi¨¢tico, mientras que el resto sale de la p¨¢gina web, a trav¨¦s de pedidos contados de Corea ¨Cla del Sur-, Estados Unidos ¨CLos ?ngeles mayoritariamente-, Inglaterra y Espa?a, lo cual sorprende a la propia fundadora: ¡°A m¨ª un 20% ya me parece una cifra muy alta, partiendo de que el online no es el mejor canal para comprar nuestra ropa¡±.
Lo dice porque, primero, sus dise?os se confeccionan a medida y, por tanto, bajo pedido. Y segundo, por los precios que maneja, que no son del todo populares: a excepci¨®n de los accesorios, ninguna de las prendas baja de los 400€ y las cazadoras y abrigos rozan los 1.000. En cuanto a la idea, tampoco son piezas aptas para el gusto general. En ellas, su patronaje es el que le da forma al cuerpo y no al rev¨¦s.
Tiene camisas holgadas pero ce?id¨ªsimas a la cintura, por ejemplo. O abrigos que llevan los bolsillos laterales en la parte trasera, casi al nivel de los ri?ones ¨Cal meter las manos se corrige la postura de la espalda-. O una chaqueta vaquera con los bolsillos a la altura del abdomen ¨Cpara usarlos hay que flexionar los brazos al extremo-, que de lo corta que es deja a la vista la cinturilla de todos los pantalones, cuyo corte, ca¨ªda y bolsillos se han pensado para que la silueta quede, ante todo, muy exagerada, lej¨ªsimos del cl¨¢sico slim fit.
?Y qu¨¦ hay de los tejidos? ¡°El algod¨®n encerado se lo compramos a British Millerain, que provee a las fuerzas armadas brit¨¢nicas ¨Cen 1894, esta casa de Lancashire patent¨® uno de los primeros acabados impermeables de la historia-, y la tela vaquera est¨¢ hecha a mano en la f¨¢brica que Kaihara Denim tiene en Hiroshima¡±, detalla Espadas, comentando que, una vez comprados los materiales, y con el prototipo de las prendas ya planteado en el estudio que comparte al sur de Londres, un m¨¢ximo de cinco personas trabajan despu¨¦s en cada uno de los dise?os. Ella las conoce en persona. Al norte de la capital inglesa dispone de un centro de producci¨®n, un taller peque?¨ªsimo responsable de la camiser¨ªa, pantalones y bolsos. Con dos costureras freelance de la ciudad resuelve los tejidos delicados. Y en Madrid, una especialista en denim se encarga de las prendas vaqueras, antes de que se env¨ªen a Londres para darle el visto bueno final.
El Brexit no es que haya ayudado mucho en esta log¨ªstica, tal y como apunta la dise?adora: ¡°Lo notas en tonter¨ªas como mandar un simple paquete. Entre el papeleo que te piden y las aduanas, los retrasos que se est¨¢n formando son incre¨ªbles. Aparte de que los precios se han disparado en general; hay materiales de los que ahora tienes que prescindir por el coste que supone importarlos, y que en Inglaterra ni existen. Supongo, o eso quiero pensar, que la situaci¨®n se normalizar¨¢, porque si no lo veo desastroso a largo plazo¡±.
Ser¨¢ desastroso, exclusivamente, para los que no puedan campear las nuevas normativas comerciales de Reino Unido. O sea, las pymes. Seg¨²n informaba el diario brit¨¢nico The Guardian a mediados de este febrero, algunos negocios de la industria textil de all¨ª, casualmente los m¨¢s peque?os, se han visto obligados a aumentar los precios hasta en un 30% en los pa¨ªses procedentes de la Uni¨®n Europea. Otras compa?¨ªas est¨¢n costeando las tasas impuestas a los clientes cuando compran una prenda Made in Great Britain fuera de Reino Unido, mientras que ya hay empresas que se disculpan por rechazar pedidos que no sean nacionales.
L¨®gico es que m¨¢s de uno recurra a una soluci¨®n para sacar a flote el negociado: mudarse a otro pa¨ªs. Viendo el percal, Espadas ha pensado a menudo en hacerlo, aunque tiempo para ponerse a pensar sea de lo que menos disponga alguien que, aparte de dirigir y llevar la contabilidad de una empresa, debe hacer de directora creativa y patronista, por mucho que hable en plural: ¡°La tercera colecci¨®n la vamos a presentar en la Milan Fashion Week, por lo que tendr¨¢ que estar lista de cara al verano s¨ª o s¨ª¡±.
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