La nueva conspiranoia que se extiende por internet: ¡°Las cremas solares no sirven para nada¡±
Tras los antivacunas, los terraplanistas y los que afirman que Elvis sigue vivo, la teor¨ªa disparatada que toma las redes este verano invita a la gente a no protegerse de la luz solar
Se puede ser influencer de casi cualquier cosa. Y triunfar. Es decir, conseguir encandilar a una audiencia que demuestra su amor en forma de engagement, esa entelequia del compromiso en las redes sociales. La prueba es que este verano se impone una inesperada categor¨ªa en nuestras vidas y en nuestras c¨¦lulas epiteliales: los influencers anti protecci¨®n solar.
Como nos gusta creernos, por un lado, parte de una tribu reducida de connoisseurs a quienes se le ha revelado una verdad negada al resto de los mortales y, por otro, sentirnos v¨ªctimas de una conspiraci¨®...
Se puede ser influencer de casi cualquier cosa. Y triunfar. Es decir, conseguir encandilar a una audiencia que demuestra su amor en forma de engagement, esa entelequia del compromiso en las redes sociales. La prueba es que este verano se impone una inesperada categor¨ªa en nuestras vidas y en nuestras c¨¦lulas epiteliales: los influencers anti protecci¨®n solar.
Como nos gusta creernos, por un lado, parte de una tribu reducida de connoisseurs a quienes se le ha revelado una verdad negada al resto de los mortales y, por otro, sentirnos v¨ªctimas de una conspiraci¨®n interplanetaria, la tesis de estos l¨ªderes descansa en ambas aspiraciones de nuestra personalidad egoc¨¦ntrica tardocapitalista. Como resultado de su influencia, este verano de 2023 podr¨ªa haber menos personas usando protector solar que el a?o pasado y, adem¨¢s, se sentir¨¢n orgullosos y empoderados por ello. Igual hasta se lo cuentan durante una sobremesa en un chiringuito en un momento dado.
El entrenador personal brit¨¢nico James Middleton es uno de los cabecillas de la magufada del verano. Desde su cuenta de Instagram, seguida por 250.000 personas, Middelton escribe: ¡°Pi¨¦nsalo un minuto. Ellos [las compa?¨ªas farmac¨¦uticas y las autoridades sanitarias] necesitan que creas que el sol es malo¡±. En su cuenta de Twitter llama a no usar protector solar porque (esta cita es literal) ¡°la vitamina D producida por el organismo cuando se expone a los rayos solares es capaz por s¨ª misma de impedir el desarrollo de una enfermedad autoinmune¡±. Middleton no es inmun¨®logo ni onc¨®logo. Tampoco es m¨¦dico. A pesar de eso, sus seguidores aplauden su denuncia del ¡°mito de peligrosidad¡± creado por la industria para vendernos cremas de protecci¨®n solar.
El doctor Gonzalo Segurado, dermat¨®logo de la Unidad de C¨¢ncer de Piel del Grupo Pedro Ja¨¦n, concede que, efectivamente, la vitamina D es importante. ¡°Es una hormona necesaria para absorber el calcio y el f¨®sforo, dos elementos fundamentales para la buena salud de huesos y dientes. Por su papel en el metabolismo del calcio, tambi¨¦n est¨¢ implicada en la salud cardiovascular, la fertilidad, en ciertas patolog¨ªas nerviosas, en las alteraciones autoinmunes, e incluso se estudia su papel en el desarrollo de algunos tipos de c¨¢ncer¡±. Sin embargo, Segurado recuerda que la vitamina D no es determinante por s¨ª misma, o no lo es de manera exclusiva. ¡°Tener un nivel adecuado en sangre tampoco protege de determinadas enfermedades porque hay otros factores en juego¡±.
El experto reconoce que algunos pacientes tienen dudas sobre si el fotoprotector impide la absorci¨®n de la vitamina D. ¡°Para absorber la cantidad necesaria ser¨ªan suficientes entre 15 y 20 minutos de exposici¨®n solar sin protecci¨®n en la cara, los brazos o las piernas¡±. Otras personas, cuenta el doctor, recurren a ¡°trucos¡± para ponerse morenos. Entre ellos, usar un factor de protecci¨®n muy bajo, extender poca cantidad de producto, prescindir de la crema solar en d¨ªas nublados o ir, a lo largo de todo el a?o, a cabinas de rayos UVA.
¡°El bronceado saludable no existe¡±, precisa el dermat¨®logo. ¡°El moreno de la piel es un mecanismo de defensa que el organismo pone en marcha cuando recibe la agresi¨®n de los rayos solares. Hay que protegerse adecuadamente porque los trucos solo sirven para crear una falsa sensaci¨®n de seguridad que nos hace m¨¢s vulnerables ante el da?o solar¡±, precisa el dermat¨®logo.
En ciertas comunidades de internet y foros de supuestos autocuidados y supuesta medicina natural se ha extendido una peligrosa idea: el sol no es t¨®xico y s¨ª lo son, en cambio, las cremas de protecci¨®n solar. El argumento suele ir acompa?ado de im¨¢genes nost¨¢lgicas de hace por lo menos 150 a?os: nuestros antepasados estaban limpios de qu¨ªmicos, no usaban protecci¨®n 50 y nunca jam¨¢s les fue diagnosticado un melanoma grado III. Viv¨ªan felices, recogiendo paja bajo el sol con sus gorritos medievales, seg¨²n puede deducirse de una foto que circula en Twitter.
En su vigoroso metabolismo no interfer¨ªan mol¨¦culas t¨®xicas ni disruptores hormonales. Los influencers obvian o desconocen el hecho bien documentado de que el c¨¢ncer de piel fue descrito por Hip¨®crates en el siglo V antes de Cristo.
El oste¨®pata estadounidense Joseph Mercola, conocido conspiranoico de la pandemia, tambi¨¦n insiste en la perversidad de los protectores solares. En su caso, barre para casa. Su perfil en Wikipedia lo define, entre otras cosas, como Internet business personality (figura de los negocios de Internet). Su estrategia es identificar los qu¨ªmicos t¨®xicos en los fotoprotectores para colocarles a sus seguidores sus propios productos alternativos. A pesar de toda la evidencia cient¨ªfica que relaciona los rayos UVA con el desarrollo de tumores en la piel, Mercola tambi¨¦n lo considera un mito.
El doctor Jos¨¦ Aguilera, profesor de Fotobiolog¨ªa de la Universidad de M¨¢laga y miembro de la Academia Espa?ola de Dermatolog¨ªa y Venerealog¨ªa (AEVD), estudia la presencia y la capacidad de penetrar en la piel de dos potenciales disruptores endocrinos en las cremas de protecci¨®n solar, el homosalate y el octocrylene. Un estudio de la OCU publicado en junio pasado desaconsejaba el uso de 29 fotoprotectores porque conten¨ªan alguno de estos compuestos. ¡°A veces cuesta m¨¢s de una d¨¦cada que un filtro solar entre en el mercado porque hay que certificar su seguridad y eficacia casi al 100% a trav¨¦s de la Comunidad Europea¡±, reflexiona Aguilera, y precisa que los experimentos realizados para comprobar las alteraciones de estos potenciales disruptores endocrinos se han hecho en larvas, huevos y organismos marinos.
¡°En los humanos se ha experimentado con la cantidad de producto utilizado para determinar si existe una penetraci¨®n de esos compuestos en la piel. Y solo se ha encontrado permeabilidad y presencia en muestras de sangre a partir de concentraciones superiores a 100 gramos, una cantidad mucho m¨¢s elevada de la que suele utilizar a diario una persona¡±. El investigador tambi¨¦n recuerda que ning¨²n estudio cient¨ªfico ha constatado que el homosalate y el octocrylene produzcan alteraciones como disruptores endocrinos. ¡°Su perfil de seguridad es muy alto y las normativas europeas imponen un porcentaje m¨¢ximo en la formulaci¨®n¡±, asegura.
La narrativa de desconfianza de ciertos influencers sobre la industria farmac¨¦utica y las autoridades sanitarias se potenci¨® durante la pandemia, especialmente contra el dise?o de unas vacunas que no pod¨ªan eliminar el contagio del virus, pero s¨ª el desarrollo de las formas m¨¢s graves de la enfermedad. En el caso de los fotoprotectores, un estudio de 2021 que encontr¨® benzeno, una sustancia cancer¨ªgena, en varias marcas desat¨® la conspiraci¨®n de que las cremas solares mataban m¨¢s que el sol. Una idea que coincidi¨® en el tiempo con el crecimiento de los casos de melanoma y otros tumores de la piel. Circunstancia que los expertos explican por varios factores y ninguno de ellos es el uso de fotoprotectores. Los dermat¨®logos apuntan al aumento de los deportes y las actividades al aire libre, a los cambios de estilo en la moda que dejan m¨¢s piel a la vista en verano, a la longevidad, al aumento de los viajes a destinos de alta radiaci¨®n solar y al uso de cabinas de rayo UVA.
Pero los argumentos de la comunidad cient¨ªfica parecen alimentar a¨²n m¨¢s las teor¨ªas de unos defensores de la conspiraci¨®n que se otorgan a s¨ª mismos saberes milenarios y poderes casi espirituales. Militantes de la Conspiritualidad, una ideolog¨ªa donde la pseudociencia se mezcla con creencias cuasi religiosas sobre el funcionamiento del mundo y del cuerpo humano. Todo adornado con algunas medias verdades. L¨¦ase: las buenas influencias de un astro magn¨¢nimo como el Sol, centro neur¨¢lgico de varias civilizaciones, est¨¢n siendo bloqueadas por la vulgar industria qu¨ªmica de la edad moderna. Seg¨²n ellos, ser libre, diferente y natural, pasa por no protegerse de sus rayos. No lo intente en casa.
Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram, o suscribirte aqu¨ª a la Newsletter.