Infierno y salvaci¨®n de Tim Armstrong, ¡°el Bob Dylan del punk¡±: ¡°Fue como una pel¨ªcula de ¡®Rocky¡¯, se rehabilit¨® para formar Rancid¡±
El cantante y guitarrista, de gira con el ¨²ltimo disco del grupo, ha sorprendido reuni¨¦ndose este a?o para un nuevo proyecto junto a Jesse Michaels, su excompa?ero de hace tres d¨¦cadas en Operation Ivy
Es una buena ¨¦poca para los nost¨¢lgicos del punk de los noventa. Con NOFX (de despedida) y Blink-182 (de regreso) volviendo a llenar recintos y Green Day ultimando gira y disco, Rancid se sum¨® en junio a la fiesta con Tomorrow never comes,...
Es una buena ¨¦poca para los nost¨¢lgicos del punk de los noventa. Con NOFX (de despedida) y Blink-182 (de regreso) volviendo a llenar recintos y Green Day ultimando gira y disco, Rancid se sum¨® en junio a la fiesta con Tomorrow never comes, primer ¨¢lbum en seis a?os, al que han acompa?ado estupendas cr¨ªticas y un tour internacional. No ha sido la ¨²nica alegr¨ªa de este a?o para los seguidores de Tim Armstrong (Albany, California, 57 a?os): en abril, se edit¨® por sorpresa Raid, canci¨®n debut de un nuevo grupo llamado Doom Regulator para el que Armstrong se ha unido a Jesse Michaels, compa?ero de hace 34 a?os en la ef¨ªmera y, sin embargo, legendaria banda Operation Ivy. Un cierre de c¨ªrculo tan tard¨ªo como cat¨¢rtico para un artista especial, a quien Brett Gurewitz de Bad Religion defini¨® como ¡°el Bob Dylan del punk¡±, que hizo de su redenci¨®n personal una conjura art¨ªstica.
Posiblemente el grupo de un solo disco m¨¢s influyente despu¨¦s de Sex Pistols, Operation Ivy fueron la primera banda estrella del 924 Gilman Street, el local de Berkeley (California) del que salieron Green Day o The Offspring y donde prendi¨® la mecha del resurgir del g¨¦nero. Se trataba del en¨¦simo intento de saltar a los escenarios por parte de Tim Armstrong y Matt Freeman, amigos apasionados de la m¨²sica que hab¨ªan ido quemando un grupo tras otro porque no encontraban a nadie que se lo tomase tan en serio como ellos. Freeman se encargaba voluntariamente de sacar la basura para poder entrar gratis a los conciertos del Gilman. All¨ª conocieron a Jesse Michaels, hijo de un escritor y profesor universitario, en quien encontraron la figura carism¨¢tica e intelectual que necesitaban.
Con Michaels como cantante y letrista, su grupo despeg¨® instant¨¢neamente. ¡°Cuando vi c¨®mo disfrutaba de Operation Ivy toda esa gente en Gilman, supe que aquello iba a ser tan importante en su memoria como para mi generaci¨®n lo fue ver a The Avengers o a Bad Brains¡±, lleg¨® a declarar Jello Biafra, hist¨®rico vocalista de Dead Kennedys, en el documental Turn It Around: The Story of East Bay Punk (2017). Marcados por la segunda ola del ska en Reino Unido, la llamada 2 Tone, los propios Operation Ivy iniciaron con su m¨²sica una tercera hornada al fusionar el g¨¦nero con el punk, en lo que fueron pioneros junto a los tambi¨¦n estadounidenses The Mighty Mighty Bosstones. ¡°Su entusiasmo le daba a la iniciativa un perfil revolucionario. La m¨²sica [de Operation Ivy] era m¨¢s que una carta de amor desde Estados Unidos a grupos ingleses como The Specials, The Beat o The Selecter¡±, escrib¨ªa el cr¨ªtico musical Ian Winwood en su libro de 2018 Smash!... Y la explosi¨®n del punk en los 90 (Libros C¨²pula), donde tambi¨¦n sit¨²a su ¨²nico disco, Energy (1989), al nivel de responsabilidad de Suffer (1988) de Bad Religion en la revitalizaci¨®n de la escena.
La banda comandada por Michaels y Armstrong, con el at¨ªpico estilo de Matt Freeman al bajo en su uso de escalas y arpegios, transform¨® la inclusiva comunidad del Gilman y atrajo la atenci¨®n de una diversa multitud de j¨®venes. ¡°Ten¨ªa sentido que cantaran a la unidad [en referencia a su canci¨®n Unity] porque ellos mismos generaban ese sentimiento¡±, dijo Devon Morf, cantante de All You Can Eat. ¡°El p¨²blico del ska al principio recelaba del Gilman, pero, despu¨¦s de descubrir a Operation Ivy, se empez¨® a ver por ah¨ª a gente con traje y corbata¡±. Ellos tambi¨¦n se implicaron: adem¨¢s de sus proclamas contra el racismo, igual que Freeman se dedicaba antes a sacar la basura, Armstrong sigui¨® sus pasos cuando en los aforos del grupo (en un espacio para menos de 300 personas, algunas noches, se llegaron a encajar 1.000) empezaron a colarse neonazis y, seg¨²n se cuenta en Turn It Around, educadamente les invit¨® a marcharse bate de b¨¦isbol en mano.
Operation Ivy fueron la primera banda del Gilman en realizar una gira nacional, atendiendo a llamadas de todo el territorio de Estados Unidos que les reclamaba que actuasen en sus ciudades. Lo hicieron a bordo de un coche viejo con un maletero de madera en el techo para transportar el equipo, construido por el padre de Armstrong, y durmiendo en casas okupa. Tras la publicaci¨®n de su ¨²nico ¨¢lbum por parte del sello autogestionado Lookout Records, que vendi¨® 2.000 copias en su primer a?o y con el tiempo super¨® el mill¨®n, siempre agotaron entradas. De tal manera, Lawrence Livermore, fundador de la discogr¨¢fica, insisti¨® entusiastamente a periodistas musicales para que acudieran a una de las actuaciones de Operation Ivy en el Gilman y ser testigos del fen¨®meno en ciernes.
Pero la presi¨®n hab¨ªa hecho mella en Armstrong, que cay¨® en el alcoholismo y las drogas y estaba empezando a ofrecer conciertos paup¨¦rrimos. Con una vida de tan solo dos a?os, de repente, los integrantes de Operation Ivy decidieron acabar con el proyecto. Los teloneros en su concierto de despedida, Green Day, obtuvieron muy poco despu¨¦s el ¨¦xito masivo.
?nete al ej¨¦rcito
¡°Eran muy art¨ªsticos, muy de Berkeley, con mucha energ¨ªa ska-punk. Jesse Michaels, adem¨¢s de cantar, dise?¨® los logos, las camisetas y la car¨¢tula del ¨¢lbum. Sus espect¨¢culos eran emocionantes y gustaban a chicos y chicas¡±, cuenta a ICON el periodista Jack Boulware, coautor, junto a Silke Tudor, del libro Gimme Something Better, de 2009, sobre el punk del ¨¢rea de la bah¨ªa de San Francisco. Preguntado si Operation Ivy, de haber continuado, podr¨ªa haber obtenido la monstruosa aceptaci¨®n comercial que el destino reserv¨® a Green Day, Boulware se muestra esc¨¦ptico: ¡°Green Day no surgi¨® de un entorno universitario, sino de la cultura de los roqueros de ciudades peque?as. No eran tan esot¨¦ricos como Operation Ivy, estaban llamados a tocar en estadios, con ese sonido tan preciso y del presente¡±.
La raz¨®n oficial sobre la disoluci¨®n de Operation Ivy era que tanto Michaels como Armstrong concordaban en que su hora hab¨ªa terminado. ¡°No s¨¦ por qu¨¦ sentimos eso, pero fue algo muy org¨¢nico. No me arrepiento de lo que dur¨®, creo que fue perfecto¡±, aseguraba el primero en Turn It Around. Sin embargo, Lawrence Livermore, una de las voces que participan en el libro Smash!, puso en cuesti¨®n este relato al sostener que fue Jesse Michaels quien abandon¨® la banda, y que sus compa?eros quedaron destrozados. ¡°Jesse ven¨ªa de un entorno distinto al de los otros dos [Tim Armstrong y Matt Freeman]. Ellos eran de clase trabajadora y todo giraba en torno a tocar m¨²sica. Jesse era m¨¢s diletante, sigue siendo un artista en activo, aunque ahora lo que hace es pintar y escribir. Su actitud era la de ¡®Bueno, voy a intentar entrar en una banda; ver¨¦ si es divertido o no. Vaya, ya no es tan divertido, as¨ª que voy a hacer algo diferente¡¯. Es el privilegio de venir de un entorno de clase media. Tim y Matt no pod¨ªan comprenderlo. ?Por qu¨¦ desaprovechar la oportunidad de hacer algo grande?¡±, contaba.
Las adicciones de Tim Armstrong se acentuaron gravemente. En los a?os posteriores al fin de Operation Ivy, fue hospitalizado en cuatro ocasiones por complicaciones debidas al consumo de alcohol y drogas. Repudiado por su madre, fue Matt Freeman quien permaneci¨® a su lado llev¨¢ndolo y recogi¨¦ndolo de cl¨ªnicas de desintoxicaci¨®n y aliment¨¢ndole. ¡°Estuvimos con la banda dos a?os¡±, rememoraba Armstrong en el documental. ¡°Lo pasamos de muerte. Y se termin¨®. Me sent¨¦ y pens¨¦ ¡®Mierda, ya no tengo un grupo¡¯. Me vine abajo. Me enganch¨¦ much¨ªsimo al alcohol, no era capaz de hacer otra cosa m¨¢s que beber¡±.
Despu¨¦s de amagos infructuosos de poner en marcha otros grupos, con Armstrong fuera de forma e incapaz de ensayar regularmente, su amigo le dio un ultim¨¢tum. ¡°Matt Freeman dijo que estaba cansado de que le partiese el coraz¨®n, de que empez¨¢semos una banda juntos, me emborrachase y se jodiese. As¨ª que ¨ªbamos a seguir quedando para tocar, pero no iba a unirse oficialmente a un nuevo grupo conmigo hasta que no cumpliese un a?o sobrio. Me pidi¨® que me cuidase y me prometi¨® que, cuando estuviera listo, lo har¨ªamos. As¨ª que pens¨¦: ¡®Debo estar sobrio. Hag¨¢moslo¡±. Armstrong ingres¨® en el Ej¨¦rcito de Salvaci¨®n y logr¨® su prop¨®sito. Un impresionado Matt Freeman lo resum¨ªa as¨ª ante la c¨¢mara: ¡°Cuando sali¨®, fue ordenando poco a poco su vida y ten¨ªa muchas ganas de formar una banda. Fue como en una pel¨ªcula de Rocky. ?Al trabajo!¡±. Las vivencias de Armstrong, en adelante letrista, durante su rehabilitaci¨®n inspiraron Salvation, canci¨®n del grupo que levantaron a continuaci¨®n: Rancid.
Donde est¨¦ la m¨²sica
Con Rancid, Armstrong y Freeman saborearon las mieles del ¨¦xito popular que viv¨ªa el movimiento punk en los noventa y que hab¨ªan contribuido a cimentar. Con la fundamental concurrencia del tambi¨¦n guitarrista y cantante Lars Frederiksen, otro alcoh¨®lico reformado, Rancid fueron catapultados por el apoyo incondicional de Brett Gurewitz, due?o del sello punk por excelencia, Epitaph Records. ¡°Le dije a Tim que le adoraba, que me encantaba su m¨²sica, su voz, el bajo de Matt y que, si volv¨ªan a trabajar juntos, les har¨ªa un contrato sin escuchar una sola nota¡±, ha admitido p¨²blicamente Gurewitz. Tal era la devoci¨®n del productor hacia Rancid que, adem¨¢s de tatuarse el logo, seg¨²n se cuenta en Smash!, Epitaph perdi¨® una banda del calibre comercial de The Offspring por los celos de sus miembros al trato de favor para Armstrong y los suyos, ¡°¨²nico y aut¨¦ntico amor de Gurewitz¡±.
El grupo le correspondi¨®: en un momento en el que los conjuntos de la ola, tras el ¨¦xito de Green Day, estaban haci¨¦ndose de oro en multinacionales (con la tambi¨¦n excepcional resistencia numantina de NOFX), Rancid titube¨® ante las ofertas millonarias que les extendieron, pero se mantuvieron fieles a Epitaph, con quienes todav¨ªa editan sus discos. Tan cotizados estaban que Madonna, asistente recurrente a conciertos del grupo en los noventa, les envi¨® fotos desnuda para convencerles de firmar por Maverick Records, la compa?¨ªa fundada por ella. ¡°Rancid ten¨ªan un perfil m¨¢s ¨¢spero. No estaban dispuestos a subirse al escenario con pantalones cortos de skate, ni a posar para los fot¨®grafos con patines. Su m¨²sica hablaba de ansiedad y soledad, y dejaba asomar la idea de que las amenazas que acechaban en las malas calles se pod¨ªan mantener a raya gracias a la uni¨®n de una familia de outsiders. Y su p¨²blico los quer¨ªa¡±, escribi¨® el autor Ian Winwood.
Influidos por The Clash o Stiff Little Fingers, Rancid desarroll¨® la fusi¨®n de estilos trazada en Operation Ivy. ¡°Ocurre algo cuando una persona cambia sin dejar de ser fiel a quien realmente es. Lo vimos cuando Rancid dio su primer concierto¡±, dijo Billie Joe Armstrong, l¨ªder de Green Day, que pese al apellido no guarda parentesco con su colega y que, como fan¨¢tico de Operation Ivy, grab¨® en el primer disco de su banda una versi¨®n de la canci¨®n Knowledge. Tim Armstrong solo sufri¨® una reca¨ªda en 1996, un a?o despu¨¦s de ¡And Out Come the Wolves (1995), el gran disco de culto de Rancid. ¡°No es el primer ni ¨²ltimo artista que se enfrenta a este tipo de presi¨®n bebiendo y drog¨¢ndose demasiado¡±, razonaba su amigo Lawrence Livermore.
Aunque Rancid ha interpretado puntualmente canciones de Operation Ivy en directo e invitado a tocar a Jesse Michaels, poco hac¨ªa pensar que, de golpe y porrazo, Armstrong se fuese a reunir formalmente m¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s con su excompa?ero. No es, en cualquier caso, una reconstrucci¨®n de aquello: no est¨¢ Matt Freeman, elemento imprescindible del combinado. La hasta ahora ¨²nica canci¨®n de Doom Regulator, Raid, es una vuelta en toda regla a las ra¨ªces ska que inspiraron su vieja entente. Nadie ha dado declaraciones: simplemente, con el sencillo, se lanz¨® una cuenta de Instagram con una foto de los cuatro miembros del proyecto junto a letra y cr¨¦ditos del tema.
?Es un regreso nost¨¢lgico o el cierre de las cuentas pendientes de Armstrong y Michaels? ¡°?A qui¨¦n le importa lo que piense la gente?¡±, responde a ICON, con otra pregunta, Jack Boulware. ¡°Ambos han logrado mucho desde que termin¨® Operation Ivy: bandas, ¨¢lbumes, giras, sellos discogr¨¢ficos, composiciones, novelas, exhibiciones en galer¨ªas¡ Jesse incluso volvi¨® a la universidad. Pero siempre va a haber conexi¨®n entre esos tipos. Es importante seguir haciendo cosas¡±. Con una obra discogr¨¢fica ecl¨¦ctica y llena de proyectos paralelos, de lo que cabe poca duda es de que la pasi¨®n por la m¨²sica es el motor de cada aventura de Armstrong. Como ¨¦l mismo declamaba en Radio, canci¨®n inamovible en los repertorios de Rancid desde hace 30 a?os: ¡°Cuando suena la m¨²sica, no siento ning¨²n dolor. Donde est¨¦ la m¨²sica, tendr¨¦ un lugar al que ir¡±.
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