Espa?a vista desde Titktok: ?de verdad somos tan raros?
Las redes sociales est¨¢n creando una Espa?a de dibujos animados. Un pa¨ªs tan singular, tan extravagante, que incluso a los que vivimos en ¨¦l nos cuesta reconocerlo. Es una Espa?a que se construye a partir de miradas ajenas y que est¨¢ empezando a fascinar incluso a los propios espa?oles
Caro es una canadiense que opina que la clave para no parecer un ¡°megaturista¡± mientras recorres la piel de toro consiste en ¡°no pedir sangr¨ªa en los bares¡± (ella sugiere alternativas con mayor arraigo local, como la clara o el tinto de verano), no escandalizarte si te cobran el agua o el pan y asumir con naturalidad ¡°que no es que los camareros te odien, es que no les pagan por sonre¨ªrte¡±. Amstervan, neozelandesa ...
Caro es una canadiense que opina que la clave para no parecer un ¡°megaturista¡± mientras recorres la piel de toro consiste en ¡°no pedir sangr¨ªa en los bares¡± (ella sugiere alternativas con mayor arraigo local, como la clara o el tinto de verano), no escandalizarte si te cobran el agua o el pan y asumir con naturalidad ¡°que no es que los camareros te odien, es que no les pagan por sonre¨ªrte¡±. Amstervan, neozelandesa ¡°de gira por el mundo¡±, cree que lo m¨¢s desconcertante de nuestro pa¨ªs son ¡°los largos cojines para compartir de las camas de matrimonio¡±, las patatas vendidas en frascos (?perd¨®n?) o los 37 grados a la sombra de los veranos meridionales.
Para Miriam, que se presenta como experta en estereotipos espa?oles y brit¨¢nicos, ¡°raro¡± resulta que los espa?oles tengamos la desfachatez de ¡°mezclar mayonesa y k¨¦tchup y llamarlo salsa rosa¡±, que las nueve de la noche nos parezca demasiado pronto para cenar o nuestra devoci¨®n incondicional al aceite de oliva. A la filipina April le desconcierta la capacidad del espa?ol medio para salir de fiesta siete d¨ªas consecutivos sin morir en el intento y cree que en nuestro pa¨ªs se ha inventado la m¨¢s gozosa y delirante de las maneras de poner a prueba los l¨ªmites del cuerpo humano: las fiestas de pueblo.
Viktoria y Tamara, dos gemelas rusas muy viajadas, encuentran deplorable la tendencia de los j¨®venes madrile?os a comprar en las mismas tiendas y, en consecuencia, ¡°llevar todos exactamente los mismos vestidos, chaquetas, pantalones o zapatos¡±. Tambi¨¦n le resulta horr¨ªsona la est¨¦tica ¡°grunge¡± que atribuye a los barceloneses. Damien, guiri perspicaz de origen indeterminado, ha encontrado en Espa?a un pa¨ªs en que la ropa se tiende en las fachadas porque las secadoras brillan por su ausencia, los dispositivos electr¨®nicos ¡°no encajan¡± en los enchufes, la leche se vende caliente y los carritos de supermercado resultan absurdos y disfuncionales.
La invenci¨®n del entresuelo
La lista podr¨ªa prolongarse hasta el infinito. El caso es que las redes sociales, en especial TikTok, han encontrado un aut¨¦ntico fil¨®n en las (presuntas) peculiaridades de Espa?a. Hay quien deplora que en la pen¨ªnsula ib¨¦rica no llueva ¡°nunca¡±, quien se desespera al comprobar que el espa?ol que le ense?aron en la escuela no tiene nada que ver con el que habla la gente, quien especula con que el ¡°andaluz¡± debe ser un cruce entre espa?ol y bereber, quien adora los churros con chocolate y se entusiasma con la posibilidad de devorarlos en garitos l¨²gubres a altas horas de la madrugada, quien no entiende el intercambio ritual de besos en la mejilla entre perfectos desconocidos, quien aborrece que ¡°la primera planta sea en realidad la segunda planta gracias a la diab¨®lica invenci¨®n del entresuelo¡±, quien acepta muy a duras penas que la mayor¨ªa de tiendas est¨¦n cerradas hasta las cinco de la tarde pese a que ya casi nadie duerma la celeb¨¦rrima siesta¡ Tambi¨¦n quien se pasma ante ¡°hallazgos gastron¨®micos con e?e de Espa?a¡± del calibre de la pseudopaella de pincho moruno, el pollo al pisto o la tortilla de patata con beicon, caldo de carne, pimientos rojos, mozzarella¡
Se trata, en general, de v¨ªdeos impregnados de un humor c¨®mplice, cuando no de genuino afecto como aquel en el que una TikToker an¨®nima describe como ¡°el pa¨ªs m¨¢s adorablemente extra?o del mundo¡±. Entre las respuestas, abundan los espa?oles que recogen el guante con, en general, deportividad, buen talante y gracejo: ¡°El tinto de verano es la respuesta a vuestras plegarias¡±. ¡°No s¨¦ en qu¨¦ Espa?a habr¨¢s vivido t¨², mi ni?a, porque a m¨ª todo lo que cuentas me suena rar¨ªsimo¡±. ¡°De qu¨¦ vas, Barrab¨¢s. Con Espa?a solo nos metemos los espa?oles¡±. ¡°Si es que para ser espa?ol hay que nacer¡±.
?Bueno, bonito y barato?
Hace apenas unos d¨ªas, Melissa Essie, estadounidense afincada en el litoral espa?ol, acumul¨® en pocas horas decenas de miles de Me gusta con un v¨ªdeo en el que se exhib¨ªa la cuenta del restaurante en que acababa de tomarse un s¨¢ndwich y una cerveza. ¡°?Cuatro euros! ?Cuatro euros!¡±, repet¨ªa una y otra vez. ¡°Y a¨²n me preguntan si me arrepiento de haber venido a Espa?a. ?Esta es mi respuesta!¡±. Va a resultar que el nuestro, adem¨¢s de raro de narices, es el pa¨ªs al que hay que mudarse si a lo que aspiras es a comer bien a un precio m¨®dico.
No cabe duda, TikTok se ha convertido en la nueva plataforma de referencia para los que piensan que Spain is different. La red social china empez¨® popularizando bailes estramb¨®ticos y hoy (con m¨¢s de mil millones de usuarios activos, seg¨²n datos de la empresa propietaria, Byte Dance Ltd.) acoge a tribus internautas de muy diverso pelaje, empezando por los que apuestan por el humor populachero y sin acritud. De las m¨²ltiples Espa?as posibles, una de las m¨¢s simp¨¢ticas tal vez sea esa que dibujan muchos extranjeros, turistas o residentes, desde la fascinada extra?eza o desde una comprensi¨®n parcial de nuestra urdimbre social y de nuestros c¨®digos culturales. Entre todos han revitalizado una categor¨ªa est¨¦tica, el casticismo bizarro, que tal vez como mejor se percibe es desde fuera de Espa?a.
La diferencia como voluntad y representaci¨®n
?De verdad somos tan raros? ?C¨®mo explicar que sigamos pareciendo tan obstinadamente singulares en un mundo en que, por cortes¨ªa de globalizaci¨®n hiperacelerada, todo empieza a ser m¨¢s o menos igual en casi todas partes?
En opini¨®n de Andr¨¦s Marquina, profesor de espa?ol para extranjeros, ¡°Espa?a es un pa¨ªs tan raro como cualquier otro, pero algunas de sus peculiaridades, vistas de cerca, pueden resultar francamente divertidas¡±. Marquina a?ade que la mayor¨ªa de sus alumnos ¡°hacen hallazgos chocantes sobre la idiosincrasia espa?ola casi todos los d¨ªas¡±, pero considera que eso es ¡°perfectamente normal¡± cuando profundizas en una determinada cultura: ¡°Yo viv¨ª cinco a?os en el Reino Unido y nunca dej¨® de sorprenderme lo rica, compleja y, s¨ª, extravagante, que resulta en realidad la cultura popular brit¨¢nica. Ya estaba a punto de volver a Espa?a cuando descubr¨ª las jellied eels [anguilas en gelatina], que debe ser el plato m¨¢s extra?o del mundo, y nunca me acostumbr¨¦ del todo a que haya alfombras en los cuartos de ba?o o a que los abogados lleven peluca¡±.
Para Marquina, est¨¢ proliferando en redes sociales ¡°un nuevo estilo de humor basado en celebrar la diversidad fingiendo estupor ante cosas que nos llaman la atenci¨®n pero que en el fondo tampoco consideramos tan extra?as¡±. A ¨¦l le parece una forma como otra cualquiera de ¡°apostar por el color local¡± y exhibir, de paso, ¡°un cierto conocimiento de la cultura de destino o de acogida¡±. Hacerse el guiri perplejo en TikTok es una buena manera de ¡°empezar a sentirse un poco menos guiri¡±. El profesor tiene entre sus pupilos a un par de j¨®venes influencers que hacen v¨ªdeos como alguno de los citados, ¡°aunque seguro que bastante menos virales¡±. Entre los motivos de perplejidad que han compartido con ¨¦l en alguna ocasi¨®n, Marquina cita ¡°fiestas como la Tomatina, que les parece rar¨ªsima; la ropa tendida (un cl¨¢sico); el gran contacto f¨ªsico entre la gente; lo frecuentes que resultan expresiones como ¡°mola¡±, ¡°cojonudo¡± o ¡°de puta madre¡±; la impuntualidad; los horarios ca¨®ticos; las sobremesas eternas; el carajillo de an¨ªs o de co?ac a la hora del desayuno, o lo de que tiremos cabras de un campanario, aunque les he explicado mil veces que esto ¨²ltimo ya no se hace¡±.
Ya dijo el hispanista Nigel Townson que el eslogan Spain is different, adem¨¢s de un c¨ªnico intento de justificar ¡°la aberrante singularidad de la dictadura franquista¡±, fue tal vez una de las m¨¢s eficaces campa?as de marketing de nuestra historia, la que contribuy¨® a hacer posible la explosi¨®n tur¨ªstica de la d¨¦cada de 1960. Ya por entonces resultaba evidente que a los turistas les entusiasma la diferencia, sobre todo si forma parte de un pack de sol, playa, sangr¨ªa y precios competitivos. ?Qu¨¦ sentido tiene viajar al extranjero para encontrar m¨¢s de lo mismo? A juzgar por el veredicto de TikTok, turistas y expatriados prefieren una Espa?a con churros y tinto de verano, en la que se tienda la ropa en los balcones y para llegar a la primera planta haya que pasar por el entresuelo. Un pa¨ªs que aspire a ser mejor, pero no por ello renuncie a ser distinto.
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