Almod¨®var libera el pez¨®n. Claves para entender el primer y provocador p¨®ster de ¡®Madres paralelas¡¯
La imagen, dise?ada por Javier Ja¨¦n, de un pecho encerrado en un ¨®valo logra lo mismo que las l¨¢grimas en el cine: hacer de puente entre el interior y el exterior del cuerpo, volver visible lo invisible
Hace m¨¢s de 80 a?os, John Steinbeck decidi¨® ceder el protagonismo de los ¨²ltimos p¨¢rrafos de Las uvas de la ira a un pecho descubierto. El retrato del seno no conten¨ªa ninguna connotaci¨®n er¨®tica, sino que se relacionaba con la maternidad. A su vez, el concepto de familia dejaba de estar atado a lo biol¨®gico para acercarse a lo social. El pecho y la leche representaban c¨®mo la luz est¨¢ cerca del ser humano hasta en los tiempos m¨¢s oscuros, meci¨¦ndolo y acarici¨¢ndolo: no hay nada que defina mejor nuestra condici¨®n que ...
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Hace m¨¢s de 80 a?os, John Steinbeck decidi¨® ceder el protagonismo de los ¨²ltimos p¨¢rrafos de Las uvas de la ira a un pecho descubierto. El retrato del seno no conten¨ªa ninguna connotaci¨®n er¨®tica, sino que se relacionaba con la maternidad. A su vez, el concepto de familia dejaba de estar atado a lo biol¨®gico para acercarse a lo social. El pecho y la leche representaban c¨®mo la luz est¨¢ cerca del ser humano hasta en los tiempos m¨¢s oscuros, meci¨¦ndolo y acarici¨¢ndolo: no hay nada que defina mejor nuestra condici¨®n que el hecho de que dos cuerpos se acerquen y se den alimento y calor. Era de alg¨²n modo el cierre perfecto para el libro, uno que John Ford omiti¨® comprensiblemente en su adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de 1940, pese a que el mon¨®logo final de aquel filme (¡°We¡¯ll go on forever, Pa, ¡®cause we¡¯re the people¡±, persistiremos y resisitremos porque somos el pueblo) mantuviera esa misma idea de esperanza.
Hoy la productora El Deseo ha dado a luz el primer p¨®ster de Madres paralelas, la nueva pel¨ªcula de Pedro Almod¨®var, y la puerta de entrada a la misma responde a una idea parecida: un pecho en blanco y negro con un pez¨®n lactante como centro absoluto, enmarcado por la forma de un ojo que parece estar llorando, desde un depurado fondo rojo y con una gruesa tipograf¨ªa rosa. Todo ello nos da la bienvenida a la nueva obra del cineasta manchego, pero, pese a los elementos, aqu¨ª no hay asomo de pasi¨®n y estamos casi m¨¢s cerca del manual de anatom¨ªa que Juan Gatti dise?¨® para el primer p¨®ster de La piel que habito (2011) que del trasero con labios y en forma de coraz¨®n que Iv¨¢n Zulueta ide¨® para Laberinto de Pasiones (1982).
Todav¨ªa no hemos visto Madres paralelas, pero precisamente ah¨ª radica la importancia de esta carta de presentaci¨®n: cada cartel crea un imaginario mental en la audiencia que persigue llevarla a las salas, pero tambi¨¦n uno que determina la lectura del filme. En este caso, el significante no puede ser m¨¢s poderoso: sabemos que Almod¨®var vuelve a hablar de la maternidad, pero parece que el acercamiento tendr¨¢ una fuerza novedosa y simpar, directa y sin recatos, iluminada pero con claroscuros. No podremos comprobarlo hasta el 10 de septiembre, d¨ªa del estreno, pero tampoco nos importa porque si algo nos ha ense?ado el cine de Almod¨®var es que sus carteles hablan por s¨ª mismos, como ramificaciones imposibles que dirigen la mirada y convierten poco a poco el exterior de las salas en parte de su mundo.
El arrojo del teaser p¨®ster de Madres paralelas es todav¨ªa m¨¢s pronunciado teniendo en cuenta la ¨¦poca actual que nos toca vivir. Ya no estamos en los a?os cuarenta y sufriendo el c¨®digo Hays, pero en pleno 2021 resignificar un pecho provoca m¨¢s hoy que hace 20 a?os. La regulaci¨®n de la mayor¨ªa de redes sociales en pleno 2021 sigue impidiendo que se muestre uno femenino (no as¨ª el masculino) en sus plataformas. Y de la normativa sobre la sexualidad a la sexualidad normativa hay un paso. Con este cartel, El Deseo y Almod¨®var parecen hacer toda una declaraci¨®n de intenciones: se suman al movimiento feminista #FreeTheNipple al mismo tiempo que se arriesgan a una, posiblemente ya prevista, censura.
Javier Ja¨¦n, el dise?ador del cartel, parece pensar lo mismo: hoy ha compartido el p¨®ster en su cuenta de Instagram pero su anterior actualizaci¨®n es la de una vaca con las ubres pixeladas en lo que es una editorial clara respecto a lo rid¨ªculo que suele resultar vencer al algoritmo. M¨¢s all¨¢ de la estrategia publicitaria, el cartel de Madres paralelas no puede ser m¨¢s coherente con un cineasta que nunca ha dejado de provocar ¨Cal menos a esa parte del p¨²blico que quiere ser provocada¨C, desde la inabarcable anarqu¨ªa underground de sus or¨ªgenes y hasta su ¨²ltima fase de estilizaci¨®n y depuraci¨®n actual. Y Almod¨®var es un agitador cultural ya desde sus carteles.
Bien es sabido que la filmograf¨ªa de Pedro Almod¨®var da continuamente pistas sobre su propia obra, pasada y futura. As¨ª, en La flor de mi secreto (1995) acced¨ªamos a un anticipo de Dolor y Gloria (2019) o descubr¨ªamos que, en la ¨²ltima novela de Amanda Gris, una mujer escond¨ªa el cad¨¢ver de su marido en un arc¨®n frigor¨ªfico a lo Volver (2006). En La mala educaci¨®n (2004) ve¨ªamos p¨®steres visibles de proyectos como La abuela fantasma o Los amantes pasajeros (2013) dirigidos por Enrique Goded, su protagonista. Y en Los abrazos rotos (2009), la historia de un cineasta que no puede ver, aparec¨ªa ya un cartel de Madres Paralelas.
Pero si en aquel p¨®ster ficticio lo que cobraba importancia era la idea del azar y del nido vac¨ªo, con un dise?o un tanto inocuo, aqu¨ª se remite a la visibilizaci¨®n y al llenado con algo que llama al posicionamiento. De un modo similar a la estrategia seguida por el dise?ador Jos¨¦ Mar¨ªa Cruz Novillo en sus ya cl¨¢sicos carteles para Ana y los lobos (1973), El esp¨ªritu de la colmena (1973), La prima Ang¨¦lica (1974) o Cr¨ªa Cuervos (1976), donde eran las formas geom¨¦tricas las que permit¨ªan descubrir la imagen, aqu¨ª el pez¨®n se convierte en el iris y la pupila. De un modo cercano tambi¨¦n a la valent¨ªa de la escuela polaca de dise?adores de carteles de los a?os sesenta-setenta, donde la alegor¨ªa inc¨®moda siempre estaba por encima de la representaci¨®n, aqu¨ª el pecho lloroso remite a una maternidad dolorosa. En pleno apogeo de las narrativas seriales, donde el audiovisual se vende principalmente a partir de la trama, este cartel vende un concepto.
Si tuvi¨¦semos que quedarnos con algo de este anticipo, ser¨ªa sin duda con esa gota a punto de salirse de su marco e inundar el t¨ªtulo. De un modo similar a ese instante de Nymphomaniac (2013) en el que Lars Von Trier construye una imagen donde las piernas de su protagonista lloran a partir del flujo vaginal, aqu¨ª la leche se convierte, ante todo, en un sollozo visible que brota del cuerpo. Gonzalo de Lucas hablaba de las l¨¢grimas en el cine como si fueran una imagen-puente entre el interior y el exterior del cuerpo, como una forma de hacer visible lo invisible, y, tal vez, eso sea lo que este teaser p¨®ster pretenda. Podr¨ªa ser que referencie alguna secuencia de Madres paralelas donde Pen¨¦lope Cruz, Milena Smith o Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n sufran por sus respectivos v¨¢stagos. O tal vez podr¨ªa referirse a todas esas mujeres que se sientan en el banco m¨¢s alejado posible y se tapan para dar el pecho a su hijo. No sabemos si este p¨®ster remite al dolor punzante que surge al comenzar a amamantar, o si se refiere a otro tipo de dolor que s¨®lo puede entender una madre. En cualquier caso, y como siempre, el primer d¨ªa y en primera sesi¨®n, seremos los primeros en comprobar si nuestro imaginario y el de Almod¨®var coinciden. We¡¯ll go on forever, Pedro, ¡®cause we¡¯re the people.
Endika Rey es profesor lector en la facultad de Filolog¨ªa y comunicaci¨®n en la Universidad de Barcelona. Est¨¢ especializado en estudios f¨ªlmicos.
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