Carissa V¨¦liz, fil¨®sofa: ¡°Si quieres tener una buena fiesta, pide a tus amigos que no hagan fotos¡±
La experta hispano-mexicana en ¨¦tica aplicada a la tecnolog¨ªa aboga por un sistema de anonimato digital que nos proteja de las empresas. Su ausencia, dice, socava nuestra autonom¨ªa
Carissa V¨¦liz es experta en ¨¦tica aplicada a la tecnolog¨ªa. La fil¨®sofa hispano-mexicana, que no proporciona ni fecha ni lugar de nacimiento para proteger su privacidad, es una de las voces que nos alertan sobre los peligros digitales que avanzan cuesta abajo y sin freno, llev¨¢ndose por delante hasta nuestra autonom¨ªa individual. Su primer libro fue Privacidad es poder. Datos, vigilancia y libertad en la era digital (Debate, 2021), donde anima a desarro...
Carissa V¨¦liz es experta en ¨¦tica aplicada a la tecnolog¨ªa. La fil¨®sofa hispano-mexicana, que no proporciona ni fecha ni lugar de nacimiento para proteger su privacidad, es una de las voces que nos alertan sobre los peligros digitales que avanzan cuesta abajo y sin freno, llev¨¢ndose por delante hasta nuestra autonom¨ªa individual. Su primer libro fue Privacidad es poder. Datos, vigilancia y libertad en la era digital (Debate, 2021), donde anima a desarrollar estrategias para no dejarnos dominar por las empresas y las tecnol¨®gicas. Cosas sencillas como usar varios correos electr¨®nicos para proteger el que realmente valoramos o proporcionar a las empresas un seud¨®nimo en lugar de nuestros datos personales. El ensayo fue seleccionado por The Economist como uno de los libros del a?o. Este mes de enero ha publicado The Ethics of Privacy and Surveillance (la ¨¦tica de la privacidad y la vigilancia, sin publicar en espa?ol).
V¨¦liz imparte clases en el Centro de ?tica y Humanidades de la Universidad de Oxford y es consultora privada. La cita tiene lugar una ma?ana del mes de mayo en un despacho con sof¨¢s mullidos y un cuadro de un paisaje campestre en la Fundaci¨®n Rafael del Pino, al lado del paseo del Prado, en Madrid, donde ha impartido un curso de ?tica de la Inteligencia Artificial. V¨¦liz, que colabora con diversos medios, EL PA?S entre ellos, tiene una voz fresca, casi adolescente.
Pregunta. Usted considera que el capitalismo de vigilancia hace una inadmisible intromisi¨®n en nuestra privacidad hasta el punto de socavar nuestra autonom¨ªa.
Respuesta. La autonom¨ªa es un principio fundamental. Para disponer de esta, necesitas espacio para tomar tus propias decisiones, para pensar en cu¨¢les son tus valores y actuar en esa direcci¨®n. Y cuando todo el tiempo te est¨¢n observando, la mirada del otro es opresiva, busca tu conformidad. El simple hecho de ser observados reduce nuestro impulso por experimentar, por preguntar. Los seres humanos necesitamos privacidad, intimidad y cierta soledad para descubrirnos.
P. ?De qu¨¦ forma automatiza esto nuestro pensamiento, como usted sostiene?
R. Afecta a c¨®mo experimentamos y a c¨®mo nos expresamos. Hace poco ped¨ª que no se grabara una charla que iba a dar, no lo hab¨ªamos acordado. Me dijeron que de acuerdo, se lo anunciaron al p¨²blico y la c¨¢mara se apag¨®. La conversaci¨®n fue animada, el p¨²blico particip¨® mucho. Al final, el organizador me dijo: ¡°Ha sido la sesi¨®n m¨¢s interesante que hemos tenido, ha habido mucha interacci¨®n¡±. No nos damos cuenta de c¨®mo nos influye la vigilancia. Si apag¨¢ramos las c¨¢maras comprobar¨ªamos que no pensamos lo mismo, no expresamos lo mismo, no hay el mismo tipo de franqueza en el debate.
¡°Los seres humanos necesitamos privacidad y cierta soledad para descubrirnos¡±
P. Usted defiende un sistema de anonimato para proteger nuestra privacidad. ?Puede explicarlo?
R. Es un sistema que funciona con seud¨®nimos. Si no hubi¨¦ramos permitido el uso de estos, no tendr¨ªamos las obras de John Locke, de Marx o de Kierkegaard¡ El anonimato es una de las innovaciones sociales m¨¢s importantes de la democracia, en particular, la posibilidad de hacer una protesta an¨®nima, saliendo a las calles¡ Hoy llevamos con nosotros nuestro m¨®vil, que nos identifica, y eso hace que a veces la gente no se manifieste cuando lo necesita. Defiendo un sistema que nos proteja, siempre y cuando no cometamos un delito. La idea es tener un seud¨®nimo permanente con el que puedas interactuar online, pero que proteja tu identidad. Las personas que m¨¢s sufren en redes sociales son las mujeres y las estamos empujando fuera de la esfera p¨²blica porque no las estamos protegiendo de los abusos. Muchas ya no quieren estar en Twitter, en pol¨ªtica o ser periodistas. Tener una personalidad p¨²blica te expone a abusos tremendos.
P. Seguimos sin sistema de verificaci¨®n de la edad del usuario que proteja al menor.
R. En la BBC se est¨¢ probando un sistema de Pruebas de Conocimiento Cero (Zero Knowledge Proof). Imagina que un menor quiere ver un programa para mayores de 18 a?os. Mediante este sistema, que otorga una identidad verificada, la cadena sabr¨¢ si la persona es mayor de edad o no.
P. ?En qu¨¦ partes del planeta se ha perdido ya la privacidad individual?
R. China lleva la delantera, no tiene pretensiones de ser democr¨¢tica o liberal. Va a por todas con la vigilancia, tiene la intenci¨®n de que esta sea centralizada. La vigilancia a la que te someten en el trabajo tiene consecuencias en tus relaciones personales en un pa¨ªs como este. Afecta, por ejemplo, a la visibilidad que logras en aplicaciones de citas.
¡°El anonimato es una de las innovaciones sociales m¨¢s importantes de la democracia, en particular, para protestar¡±
P. ?Seg¨²n mi puntuaci¨®n logro m¨¢s o menos visibilidad en una aplicaci¨®n para ligar?
R. S¨ª. Y la visibilidad la decide un sistema centralizado de credibilidad social. Hasta qu¨¦ punto funciona de manera centralizada es algo controvertido y est¨¢ en proceso, pero esa es la intenci¨®n y la tendencia. Si t¨² haces algo mal en el trabajo y tu jefe te punt¨²a mal, esa puntuaci¨®n te va a afectar en muchas esferas. Eso es parte de lo que significa tener un sistema totalitario: un aspecto de tu vida influye en todo lo dem¨¢s.
P. En Occidente, para zafarnos de la falta de privacidad, ?con qu¨¦ contamos? ?Con nuestra rebeld¨ªa individual?
R. Evidentemente, necesitamos una regulaci¨®n. Los problemas colectivos necesitan de soluciones colectivas. No est¨¢ en el individuo cambiar las cosas y, sin embargo, tenemos poder; cuando cambiamos nuestro comportamiento, las empresas y los gobiernos son sensibles a ello. No se trata de no usar el m¨®vil. Hay que intentar proteger nuestra privacidad cuando se puede y no es demasiado demandante. En vez de utilizar WhatsApp, utiliza Signal. Es gratis, funciona igual de bien, no recolecta tus datos. En vez de utilizar Gmail, utiliza Proton Mail. En vez de utilizar Google, utiliza DuckDuckGo. Y si quieres tener una buena fiesta, pide a tus amigos que no tomen fotos y, desde luego, que no las compartan.
P. La confianza en las leyes que deber¨ªan frenar los abusos digitales no est¨¢ en su mejor momento.
R. Estamos en los comienzos de la revoluci¨®n. Esto es el salvaje Oeste y es un proceso de civilizaci¨®n que ya hemos vivido antes. Los autom¨®viles en los a?os sesenta no ten¨ªan cintur¨®n de seguridad. Tom¨® d¨¦cadas.
P. ?ticamente, ?qu¨¦ es lo que m¨¢s le preocupa de la inteligencia artificial?
R. Que la est¨¦n dise?ando cinco hombres blancos en Silicon Valley a cualquier precio.
P. ?Qu¨¦ tipo de decisiones no debemos dejar nunca en manos de la IA?
R. Cualquier decisi¨®n que pueda afectar significativamente a la vida de una persona. La IA no es un agente moral, no puede ser responsable de da?ar a alguien o de negarle una oportunidad importante. Tampoco debemos delegar en la IA trabajos en los que valoramos la empat¨ªa de un conciudadano que pueda entender lo que sentimos.
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