La polic¨ªa brasile?a abate a 13 supuestos delincuentes en las afueras de S?o Paulo

Trece supuestos delincuentes fueron abatidos ayer por la polic¨ªa brasile?a en las afueras de la ciudad de S?o Paulo cuando se dispon¨ªan a atacar a los guardianes de varias c¨¢rceles. La Secretar¨ªa de Seguridad P¨²blica ha informado en un comunicado de que los supuestos delincuentes hab¨ªan sido abatidos como reacci¨®n a una eventual nueva ola de ataques contra comisar¨ªas, despu¨¦s de que la polic¨ªa descubriera por medio de escuchas telef¨®nicas que una banda se dispon¨ªa a atacar a agentes penitenciarios durante los cambios de turno. La vigilancia habia sido reforzada en los locales que iban a ser atacados y los polic¨ªas abatieron a quienes no obedecieron las ¨®rdenes de entregarse a las autoridades.

De momento, no se trata de una repetici¨®n de la oleada de violencia y terror desatada a mediados de mayo sobre la ciudad brasile?a de S?o Paulo, la mayor de Suram¨¦rica y una de las m¨¢s pobladas del mundo. Pero las 13 muertes registradas en ataques a puestos y comisar¨ªas de polic¨ªa desde la madrugada de ayer han servido para hacer sonar todas las alarmas en el Gobierno local y para asustar a buena parte de los casi 16 millones de habitantes de la ciudad. Los objetivos de los ataques han sido puntos espec¨ªficos de ciudades lim¨ªtrofes, como S?o Bernardo, Santo Andr¨¦, Diadema y Mau¨¢, que integran la zona metropolitana conocida como Gran S?o Paulo.

Fuentes policiales aseguraron ayer que hab¨ªan logrado evitar asaltos armados contra comisar¨ªas y calabozos gracias al servicio de inteligencia, que intercept¨® conversaciones por tel¨¦fono m¨®vil entre l¨ªderes del Primer Comando de la Capital (PCC), integrado por los principales jefes del narcotr¨¢fico que se encuentran en presidios de m¨¢xima seguridad en el interior de S?o Paulo. Los supuestos delincuentes muertos ten¨ªan antecedentes criminales. Otras siete personas, entre las que se encontraba una mujer, fueron detenidas.

Episodios violentos

Entre los d¨ªas 16 y 19 de mayo, S?o Paulo vivi¨® momentos de terror cuando el PCC desat¨® rebeliones en 82 unidades del sistema penitenciario del Estado mientras lanzaba ataques indiscriminados a puestos y veh¨ªculos policiales. El n¨²mero oficial de muertos en aquellos d¨ªas, entre agentes de la polic¨ªa y supuestos sospechosos, se acerc¨® a los 170. Entidades independientes que han investigado las muertes hablan, sin embargo, de un n¨²mero superior a los 230 muertos, en su mayor¨ªa a causa de disparos en la cabeza o en la nuca, lo que indica la pr¨¢ctica de ejecuciones sumarias, a pesar de que han sido desmentidas por las autoridades.

Aunque se encuentra bajo control, hay inquietud tanto en el Gobierno como en las c¨¢rceles de S?o Paulo. Varios agentes y guardias penitenciarios se negaron a entrar ayer en las c¨¢rceles, principalmente en la de m¨¢xima seguridad, donde est¨¢n recluidos alrededor de dos centenares de los criminales considerados m¨¢s peligrosos. Dicen que est¨¢n amenazados y que las condiciones de seguridad en el interior de los centros son precarias.

Aislados en un f¨¦rreo r¨¦gimen de incomunicaci¨®n, los principales jefes del PCC viven controlados por c¨¢maras de televisi¨®n 24 horas al d¨ªa. Las visitas de familiares se producen en compartimentos cercados de vidrios blindados, tambi¨¦n bajo la vigilancia de c¨¢maras. Tienen derecho a salir al patio durante dos horas diarias, siempre bajo la mirada de brigadas de guardias armados.

M¨®viles en un televisor

Y a pesar de todo eso, el pasado viernes fueron localizados tel¨¦fonos m¨®viles en el complejo penitenciario de Presidente Prudente, a unos 600 kil¨®metros de la capital paulista, adem¨¢s de un t¨²nel en construcci¨®n para una posible fuga. Tres de los tel¨¦fonos estaban ocultos dentro de un aparato de televisi¨®n dispuesto para que los presos puedan seguir el Mundial de f¨²tbol.

El rigor del sistema ha provocado la ira extrema de los jefes del PCC, que ya han amenazado con la revancha a menos que las condiciones sean suavizadas. Entre los augurios de los criminales figura una nueva ola de ataques indiscriminados en las calles de S?o Paulo. De momento, lo que existe es una especie de rebeli¨®n blanca en otros establecimientos penales del Estado, con presos que se niegan a cumplir con sus tareas, a disfrutar del patio e incluso a salir para comparecer ante los tribunales en sus propios juicios.

Agentes penitenciarios admitieron a la prensa, bajo la condici¨®n del anonimato, que en el presidio de Presidente Prudente, considerado el m¨¢s seguro del pa¨ªs, lo ¨²nico que impide la explosi¨®n de una rebeli¨®n sangrienta es la presencia de tropas especiales en su interior. Tan pronto esas tropas sean sustituidas por agentes convencionales, "ser¨¢ el infierno", en palabras de uno de los agentes penitenciarios.