La Rep¨²blica Checa y Eslovaquia recuerdan el fin de la "Primavera de Praga"

La c¨¦ntrica plaza de Wenceslao, en la capital checa, est¨¢ ocupada desde anoche por un tanque ruso, como parte de los actos de conmemoraci¨®n de la invasi¨®n del Pacto de Varsovia que aplast¨® hace ahora 40 a?os los intentos aperturistas de las autoridades checas.

La presencia del carro ruso, un modelo T-54B de mediados de los a?os 50 del Museo del Ej¨¦rcito, es estos d¨ªas un elemento extra?o en el paisaje urbano de la capital checa, aunque durante muchos a?os fuera habitual verlos presidiendo las calles praguenses. Tras la invasi¨®n de agosto de 1968 y a despecho de los sentimientos locales, los tanques pasaron a formar parte desde entonces del decorado de algunas plazas checoslovacas durante la normalizaci¨®n sovi¨¦tica que sigui¨® a los intentos aperturistas.

Es el caso de la Plaza de los Kinsky, en Praga, o las plazas principales de Mlada Boleslav (Bohemia), Viskov (Moravia) y Svidnik (Eslovaquia oriental), entre otras muchas, que fueron adornadas con estos veh¨ªculos militares, recordatorios de la supremac¨ªa de la doctrina sovi¨¦tica. En algunos casos, elementos subversivos entre la frustrada poblaci¨®n se desquitaron simb¨®licamente pint¨¢ndolos de colores estridentes y extravagantes, como forma de protesta. Es el caso de un viejo modelo IS2 ubicado en Praga, que fue pintado de rosa y a¨²n hoy se conserva as¨ª en el Museo del Ejercito en Lesany, cerca de la capital checa.

Invasi¨®n de Checoslovaquia

La operaci¨®n Danubio para aplastar las reformas en Checoslovaquia cristaliz¨® en la noche del 20 de agosto de 1968. El inicial despliegue de 100.000 soldados, 2.300 tanques, y 700 aviones de los ej¨¦rcitos de la URSS, Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, Hungr¨ªa, Polonia y Bulgaria, aument¨® en d¨ªas sucesivos hasta alcanzar 750.000 soldados y 6.000 tanques.

La invasi¨®n de Checoslovaquia fue una reacci¨®n contra la actitud revisionista que los rusos percib¨ªan en torno al entonces secretario del Comit¨¦ Central del Partido Comunista checoslovaco, Alexander Dubcek. La presencia militar de los efectivos del Pacto de Varsovia, que en un principio era temporal y que se cobr¨® 108 vidas, toc¨® a su fin en 1991, con la salida del ¨²ltimo soldado ruso.

El aniversario ha desatado los debates en el pa¨ªs centroeuropeo, donde el jefe del Estado, Vaclav Klaus, ha cuestionado cierta historiograf¨ªa que pone el acento en la construcci¨®n de un "socialismo con rostro humano". "Agosto fue el principio del fin del comunismo. Su erosi¨®n continu¨® durante dos d¨¦cadas m¨¢s. Fue un vuelco irreversible, cuando el comunismo perdi¨® toda la raz¨®n de existencia, incluso entre aquellos que cre¨ªan en ¨¦l", ha declarado Klaus en Bratislava tras reunirse con su colega eslovaco, Ivan Gasparovic. La "Primavera de Praga", como se conoce el per¨ªodo de relativa libertad que precedi¨® a la invasi¨®n, no es vista por Klaus como un proceso dirigido por los reformistas del Partido. "Fue un momento de tensi¨®n extraordinario, un deseo de toda la naci¨®n para cambiar un sistema absurdo y sin sentido", ha a?adido el pol¨ªtico conservador.

Con motivo de esta efem¨¦ride, el primer ministro checo, Mirek Topolanek, recibi¨® en la capital bohemia a su colega eslovaco, Robert Fico. Para Topolanek esta fecha debe suponer un impulso "para vivir con unos v¨ªnculos de extraordinaria amistad, si ya no es posible hacerlo en el seno del mismo Estado".