Obama anuncia la retirada total de Irak
"Tal como lo promet¨ª, nuestras tropas regresar¨¢n a finales de a?o", dijo en un anuncio El presidente norteamericano da por terminada la guerra de EE UU en el pa¨ªs
Ahora s¨ª, misi¨®n cumplida. ¡°Despu¨¦s de nueve a?os, la guerra de Estados Unidos en Irak ha terminado¡±, anunci¨® ayer el presidente Barack Obama. No lo hizo desde la solemnidad de un portaaviones, como George Bush el 1 de mayo de 2003, sino en la modesta sala de prensa de la Casa Blanca. Pero la principal diferencia entre uno y otro momento es que, esta vez de verdad, ¡°todas las tropas norteamericanas estar¨¢n de vuelta a casa para las Navidades¡±.
Es el fin de un ciclo que ha condicionado la pol¨ªtica exterior de EE UU y toda la seguridad mundial durante una d¨¦cada. Acaba una era en la que EE UU intent¨® imponer la democracia por la fuerza y concluye la aventura militar m¨¢s desafortunada y aciaga desde la guerra de Vietnam. Este pa¨ªs se ha dejado en Irak m¨¢s de 4.400 hombres, m¨¢s de 1 bill¨®n de d¨®lares y toneladas de prestigio con la pretexto de destruir un arsenal de armas de destrucci¨®n masiva que nunca existi¨®. Obama pone fin a esa tragedia y decide hacerlo definitivamente, sin dejar un solo soldado en Irak. ¡°Este diciembre ser¨¢ un tiempo de reflexi¨®n sobre todo lo ocurrido en esta guerra¡±, dijo Obama.
Hasta el ¨²ltimo momento, se dio por hecho que la Administraci¨®n norteamericana mantendr¨ªa, una vez cumplida la retirada prevista para este a?o, un n¨²mero considerable de los m¨¢s de 40.000 soldados que a¨²n all¨ª, quiz¨¢ varios miles. Pero varias discrepancias surgidas en la negociaci¨®n con las autoridades iraqu¨ªes, especialmente la resistencia de ¨¦stas a reconocerle inmunidad al ej¨¦rcito estadounidense, unido a la voluntad de Obama de cerrar este episodio definitivamente, han servido para decidir que la retirada sea total.
Es una decisi¨®n de grandes implicaciones estrat¨¦gicas. Sin soldados en Irak, EE UU pierde una base importante desde la que operar en Oriente Pr¨®ximo, deja al Gobierno iraqu¨ª solo ante las todav¨ªa abundantes amenazas de violencia y abre el espacio para que la mayor potencia regional, Ir¨¢n, intente incrementar su influencia. Pero, sobre todo eso, ha primado la convicci¨®n de que Irak se hab¨ªa convertido, por numerosas razones, en una empresa imposible y de que, pese a que Obama dijese ayer que ¡°el ¨²ltimo soldado saldr¨¢ con la cabeza alta¡±, EE UU no tiene ya ninguna gloria que obtener en ese pa¨ªs.
Corre el riesgo Obama de que esta medida sea interpretada como un repliegue de la pol¨ªtica exterior norteamericana, como una prueba de que EE UU no puede actualmente hacer frente a varios conflictos al mismo tiempo. En parte, as¨ª es. La crisis econ¨®mica pesa m¨¢s que nada, y EE UU necesita invertir su dinero en casa. Pero igualmente importante es el hecho de que Obama intenta desarrollar un nuevo concepto del papel internacional de EE UU sin la carga que una operaci¨®n como Irak significa.
El presidente asegur¨® que su Gobierno colaborando con el de Nuri al Maliki desde otro plano, como una relaci¨®n entre iguales. ¡°Todav¨ªa tendremos por delante d¨ªas dif¨ªciles en Irak. EE UU continuar¨¢ teniendo inter¨¦s en que Irak sea un pa¨ªs estable y seguro¡±, dijo Obama, quien comunic¨® por v¨ªdeo su decisi¨®n al primer ministro iraqu¨ª antes de hacerla p¨²blica y le invit¨® a visitar Washington en diciembre para discutir esas otras formas de cooperaci¨®n.
Maliki y la mayor¨ªa de los dirigentes iraqu¨ªes estaban interesados en que EE UU dejase varios miles de soldados para continuar con el adiestramiento del Ej¨¦rcito iraqu¨ª y garantizar que la violencia continuaba la tendencia decreciente que ha tenido en los ¨²ltimos a?os. Pero uno de los principales aliados de Maliki en la actualidad, el cl¨¦rigo shi¨ª Muqtada al-Sadr, se opon¨ªa a la presencia militar norteamericana y eso complic¨® la negociaci¨®n de las ¨²ltimas semanas. Washington hab¨ªa advertido que los soldados que se quedaran en Irak deb¨ªan de tener garantizada plena inmunidad ante las leyes de ese pa¨ªs, algo que Maliki no fue capaz de conceder.
Maliki teme, adem¨¢s, que algunos grupos sun¨ªes actualmente menos activos aprovechen la retirada norteamericana para redoblar los ataques contra su Gobierno. Y unos y otros est¨¢n preocupados de que Ir¨¢n trate de llenar el vac¨ªo que pueda producirse. Obama aprovech¨® su intervenci¨®n de ayer para hacer una advertencia en ese sentido. ¡°Tendremos una alianza con Irak que contribuya a la seguridad regional y a la paz¡±, dijo, ¡°al mismo tiempo que insistimos a otras naciones a que respeten la soberan¨ªa de Irak¡±.
El final definitivo de la presencia norteamericana en ese conflicto tiene otro aspecto relevante que lo conecta con la pr¨®xima salida escalonada de Afganist¨¢n e incluso con la reciente muerte de Muamar Gadafi y la ca¨ªda de otras dictaduras en el mundo ¨¢rabe. ¡°La ola de la guerra est¨¢ remitiendo¡±, manifest¨® Obama. Un mundo diferente est¨¢ surgiendo, un mundo que probablemente no garantiza la paz ni elimina los riesgos de que otras guerras puedan estallar en diferentes lugares. Pero un mundo distinto que exige una conducta distinta a las naciones civilizadas y en el que batallas como las de Irak no caben, por vergonzosas e in¨²tiles.
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