Todo est¨¢ abierto en China

Aumentan los indicios de turbulencias a las puertas del congreso del Partido Comunista Chino, previsto para este oto?o, pero a¨²n sin fecha concreta. Ni el guionista m¨¢s osado habr¨ªa sido capaz de urdir una trama tan entretenida como improbable para un sistema pol¨ªtico de maneras tan hier¨¢ticas y previsibles como el chino, que llevaba m¨¢s de dos d¨¦cadas regido al margen de cualquier agenda pol¨ªtica, con maneras propias de un implacable departamento de recursos humanos de corporaci¨®n empresarial, dedicado a la construcci¨®n de s¨®lidos y duraderos equipos de trabajo a trav¨¦s de la evaluaci¨®n de curr¨ªculos, fidelidades y eficacias. Que el candidato designado a tomar las riendas del poder, Xi Jinping, se haya ausentado durante m¨¢s de una semana, dejando sin foto a Hillary Clinton y a la primera ministra de Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt, entre otros compromisos previstos, desata todo tipo de especulaciones en el pa¨ªs de los rumores, donde los m¨¢s de 300 millones de usuarios del microblog chino Weibo se dividen febrilmente entre los que restan importancia a esta ausencia, los que apuestan por una luxaci¨®n de espalda, los que hablan de la supervivencia accidentada a un complot golpista y los que diagnostican un amago de infarto.

Imposible de momento tener certeza alguna sobre las causas de tan extra?o p¨¢nico esc¨¦nico, en una coyuntura tan poco proclive a sorpresas e incertidumbres a?adidas. Este episodio emerge cuando la opini¨®n p¨²blica china se recuperaba del ¨²ltimo susto de saber que la patada hacia abajo, es decir, la designaci¨®n para un puesto menor que ha recibido Ling Jihua, uno de los delfines de Hu Jintao ungido para m¨¢s altos designios en la permanente del Politbur¨®, estar¨ªa directamente vinculada al estrepitoso accidente de un Ferrari, que se produjo en primavera en el centro de Pek¨ªn, y en el que habr¨ªan fallecido tanto su hijo como las dos chicas que le acompa?aban. La mala prensa que tienen las exhibiciones de lujo de los fuerdai, los millonarios hijos de altos cargos del partido, a?ade le?a a un fuego con varios frentes abiertos.

Dejando de lado la an¨¦cdota, todo apunta a que la alternancia bipartidista de facciones o clanes dentro del partido, dejada en herencia por Deng Xiaoping como sistema garante de estabilidad, empieza a resquebrajarse. La pugna y la alternancia entre la facci¨®n de los pr¨ªncipes del partido, los hijos de veteranos l¨ªderes del periodo mao¨ªsta, liderada por un anciano Jiang Zemin, y la facci¨®n de la Liga de la Juventud Comunista de China, liderada por Hu Jintao, se ha desequilibrado con la irrupci¨®n de Bo Xilai, que se sali¨® del guion al capitalizar la lucha contra la corrupci¨®n y la desigualdad, y tejer una red de influencia paralela. No est¨¢ en juego solo la composici¨®n de la c¨²pula dirigente en la pr¨®xima permanente del Politbur¨®: est¨¢ en juego el reparto de poder y el clientelismo de las ¨¦lites, est¨¢ en juego la designaci¨®n hoy de quien deber¨ªa suceder a Xi Jinping de aqu¨ª a una d¨¦cada y, sobre todo, est¨¢ en juego la evoluci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de China en la pr¨®xima d¨¦cada. A corto plazo, est¨¢ en juego la estabilidad del sistema. Y todo est¨¢ abierto, incluso lo que parec¨ªa indiscutible.

Manel Oll¨¦ es profesor de Historia y Cultura de China contempor¨¢nea en la Universidad Pompeu Fabra