Napolitano: ¡°Est¨¢ en juego Italia¡±
El presidente abronca a los partidos pol¨ªticos por no haber acordado la reforma de la ley electoral y les pide que no quemen la confianza recuperada en el pa¨ªs

Tiene 87 a?os y la ira de un chaval. En medio del culebr¨®n por la continuidad o no de Mario Monti y de las inagotables payasadas de Silvio Berlusconi, el presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano, ha pronunciado hoy un discurso amargo, sin concesiones, en el que ha acusado a los partidos pol¨ªticos de desperdiciar ¡°otra¡± legislatura y de enredarse en ¡°exasperadas discusiones t¨¢cticas¡± mientras el ¡°cansancio social¡± se iba adue?ando de Italia. ¡°Es imperdonablemente grave¡±, ha dicho, ¡°que no se hayan puesto de acuerdo para reformar la ley electoral¡±. Napolitano pidi¨® a los partidos que no quemen en la inminente campa?a electoral la confianza recuperada por Italia durante el breve mandato de Monti, y advirti¨® con dureza: ¡°Est¨¢ en juego el pa¨ªs, nuestro futuro com¨²n, y no solo un pu?ado de votos para tal o cual partido¡±.
M¨¢s que hablar, Napolitano tron¨®. Ante las principales autoridades del Estado, reunidas en el palacio del Quirinal con motivo de la tradicional recepci¨®n de Navidad, el presidente de la Rep¨²blica exhibi¨® su contrariedad por un fin de legislatura ¡°demasiado brusco¡±. Napolitano hizo alusi¨®n a la retirada de la confianza hacia el Gobierno t¨¦cnico puesta en escena el pasado 8 de septiembre por el Pueblo de la Libertad (PDL), el partido de Berlusconi, y el anuncio de dimisi¨®n hecho p¨²blico al d¨ªa siguiente por Mario Monti. ¡°Esta interrupci¨®n in extremis¡±, insisti¨®, ¡°no puede oscurecer la fecundidad de la acci¨®n de Gobierno¡±. A continuaci¨®n, Napolitano pronunci¨® unas palabras que, en medio de la expectaci¨®n pol¨ªtica que vive Italia, pueden ser interpretadas como la constataci¨®n de que finalmente Monti no se presentar¨¢. ¡°Con las elecciones que se acercan¡±, dijo, ¡°est¨¢ claro que se volver¨¢ a una natural recuperaci¨®n por las fuerzas pol¨ªticas de su papel¡¡±.
Lo m¨¢s llamativo de la intervenci¨®n del jefe del Estado fue el dibujo tan sombr¨ªo que realiz¨® del pa¨ªs. Dijo que la corrupci¨®n sigue siendo ¡°un foco insoportable de descr¨¦dito y da?o para Italia", que el desaliento general que va golpeando a los ciudadanos ¨C¡°sobre todo a los j¨®venes que buscan trabajo¡±¡ª y que puede alimentar peligrosamente el fantasma de la ¡°antipol¨ªtica¡±. Napolitano lanz¨® un mensaje de apoyo a los jueces ¨C¡°desde Palermo a las grandes ciudades del norte¡±¡ª para que combatan hasta el final, con rigor, al ¡°enemigo mortal, la Mafia¡±.
El jefe del Estado arremete contra la corrupci¨®n como "foco de descr¨¦dito" del pa¨ªs
No obstante, el presidente de la Rep¨²blica dedic¨® la parte m¨¢s beligerante de su discurso a los partidos pol¨ªticos. Insisti¨® en la gravedad de que durante la agonizante legislatura no se haya aprobado una nueva ley electoral, ¡°sobre la que el Tribunal Constitucional ha planteado serias dudas de legitimidad¡±. Acus¨® Napolitano: ¡°Han sido fuertes y tenaces las llamadas de muchas voces de la sociedad civil y del mundo del Derecho y tambi¨¦n del presidente de la Rep¨²blica, pero m¨¢s fuertes han resultado las disputas entre las distintas fuerzas pol¨ªticas. Ninguno podr¨¢ salvarse de rendir cuenta a los ciudadanos, y la pol¨ªtica en su conjunto se arriesga a pagar un alto precio por no haber sabido escuchar¡±.
El tono grave del discurso ahuyent¨® los aplausos, que s¨ª llegaron, en cambio, cuando --en forma de pregunta¡ª el jefe del Estado puso el dedo en la llaga de otra verg¨¹enza cr¨®nica, la situaci¨®n de las c¨¢rceles. ¡°Est¨¢ por concluir el tiempo¡±, dijo Napolitano, ¡°para aprobar la reforma en el Senado que permite las penas alternativas a la c¨¢rcel, pero, ?con qu¨¦ sentido de responsabilidad, de humanidad o de civismo constitucional nos podemos sustraer a un serio, a un m¨ªnimo esfuerzo por aligerar la vergonzosa realidad carcelaria que mancha a Italia?¡±.
A Napolitano solo le quedan unos meses en el cargo. De hecho, el anciano y respetado presidente esperaba que fuese el nuevo Gobierno salido de las urnas el que eligiera a su sustituto, pero en cambio tendr¨¢ que ser ¨¦l quien ¨Cen funci¨®n de los resultados electorales¡ª proponga la formaci¨®n del nuevo Ejecutivo. ?Con Monti o sin Monti al frente? Esa es la pregunta que a¨²n est¨¢ en el aire. Si el calendario previsto se cumple, los partidos pol¨ªticos aprobar¨¢n antes del fin de semana la ley de presupuestos, tras lo cual Mario Monti presentar¨¢ su dimisi¨®n ante Napolitano y explicar¨¢ sus planes. Durante la tarde, el primer ministro t¨¦cnico se ha reunido con Pier Luigi Bersani, secretario general del Partido Democr¨¢tico (PD) y candidato del centroizquierda. Si Monti le confi¨® su secreto tan preciado a Bersani, este lo supo guardar. ¡°Est¨¢ todav¨ªa reflexionando¡±, ha sido lo ¨²nico que ha dicho a la prensa reunida a las puertas del palacio Chigi.
Si de por s¨ª ya era complicado el panorama pol¨ªtico, las ¨²ltimas noticias apuntan a que Antonio Ingroia, un magistrado siciliano famoso por su lucha contra la mafia, ha pedido autorizaci¨®n para poder presentarse a las elecciones. Ingroia est¨¢ reflexionando sobre la oferta del alcalde de N¨¢poles, Luigi de Magistris, de bajar a la arena para limpiar la pol¨ªtica.
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