La brutal represi¨®n inflama Egipto
Decenas de muertos entre los seguidores de Morsi durante una de las jornadas m¨¢s sangrientas de la transici¨®n La batalla campal se prolonga cinco horas
La capital egipcia ha experimentado este s¨¢bado una de las jornadas m¨¢s sangrientas de su turbulenta transici¨®n. Decenas de partidarios del presidente islamista depuesto, Mohamed Morsi, han muerto de madrugada en una dur¨ªsima batalla contra las fuerzas de seguridad en los alrededores de la mezquita de Rab¨¢ al-Audawiya, centro neur¨¢lgico de las movilizaciones organizadas por los Hermanos Musulmanes para forzar al ej¨¦rcito a restituir a Morsi en la presidencia del pa¨ªs. Los disturbios ocurrieron tras el ultim¨¢tum de 48 horas dado a la Hermandad para que se sumara a su hoja de ruta, y solo unas horas despu¨¦s de que cientos de miles de personas expresaran su apoyo al Ej¨¦rcito en su lucha ¡°contra el terrorismo¡±.
Las versiones y cifras de las autoridades y de la Hermandad son discordantes. Mientras el ministerio de Sanidad afirmaba que hubo 72 v¨ªctimas mortales y 292 heridos, un portavoz de la Hermandad elevaba a 66 el n¨²mero de personas fallecidas, adem¨¢s de 61 ¡°cl¨ªnicamente muertas¡± y 4.500 heridos. Por su parte, fuentes m¨¦dicas del hospital provisional montado en un edificio adyacente a la mezquita hablaban de m¨¢s de 130 muertos. De acuerdo con los testimonios de los activistas islamistas, la agresi¨®n de la polic¨ªa se inici¨® sin que mediara provocaci¨®n alguna. ¡°Anoche hab¨ªa much¨ªsima gente aqu¨ª. La multitud llegaba casi hasta la carretera del 6 de octubre. De repente, a la 1.30 de la madrugada, la polic¨ªa empez¨® a atacarnos, primero con gases lacrim¨®genos, y luego con disparos. Fue una aut¨¦ntica carnicer¨ªa¡±, comenta Shakir Mahmud, un barbudo profesor de 36 a?os de la provincia de Minia, mientras yace en la mezquita con tres balines incrustados en la espalda. La sala principal del recinto est¨¢ llena de heridos leves. Los pacientes cr¨ªticos son trasladados a los hospitales de la zona.
¡°El combate fue muy desigual. Ellos ten¨ªan francotiradores apostados en las azoteas de los edificios de la avenida N¨¢sser, que disparaban a la cabeza, al cuello o al pecho. Nosotros montamos barricadas y utiliz¨¢bamos piedras para repeler sus acciones¡±, asegura Ahmed, un joven desempleado que lleva una camiseta del Partido de la Libertad y la Justicia, brazo pol¨ªtico de la Hermandad. Seg¨²n Ahmed, en la matanza tambi¨¦n participaron baltaguiya, como se conoce a los matones a sueldo que sol¨ªan dispersar brutalmente las manifestaciones en la era Mubarak.
Tras una batalla campal que se alarg¨® m¨¢s de cinco horas, la amplia avenida N¨¢sser, seccionada por al menos una decena de trincheras construidas con adoquines, qued¨® pr¨¢cticamente desierta. En el suelo se ve¨ªan restos de sangre, cristales rotos y carteles de Morsi hechos trizas. El olor a gases lacrim¨®genos era intenso, solo disimulado por el humo que desprend¨ªan los rescoldos de varias fogatas. ¡°Las hicimos para dificultar la visibilidad de los francotiradores¡±, dijo Ahmed.
La versi¨®n de la polic¨ªa es muy diferente. El ministro del Interior, Mohamed Ibrahim, ha afirmado que los manifestantes iban armados con pistolas de balines y que la polic¨ªa no utiliz¨® armas de fuego para dispersar a los manifestantes, sino tan solo gases lacrim¨®genos, y con la finalidad de evitar que cortaran la carretera del 6 de Octubre. Sin embargo, Islam Abdelhali, un m¨¦dico voluntario del hospital de campa?a, ha asegurado que todas las v¨ªctimas murieron por el impacto de balas.
¡°Esperamos que [los manifestantes] entren en raz¨®n, y pongan fin a sus protestas para evitar un ba?o de sangre¡±, ha declarado Ibrahim, que ha reiterado que los manifestantes ser¨¢n desalojados de su campamento de Rab¨¢ al-Audawiya ¡°pronto y de acuerdo con la ley¡±. En un pol¨¦mico comentario, el ministro ha atribuido la alteraci¨®n del orden experimentado durante las ¨²ltimas semanas al desmantelamiento de la polic¨ªa pol¨ªtica tras la revoluci¨®n, y ha anunciado que se volver¨¢n a monitorear actividades pol¨ªticas y religiosas.
Ahmed Aref, un portavoz de la Hermandad, ha denunciado en una rueda de prensa una agresi¨®n que calific¨® de ¡°masacre¡±. ¡°Condenamos el silencio de los partidos pol¨ªticos... y la cobertura de los medios p¨²blicos y privados que contin¨²an hoy ofreciendo im¨¢genes de las manifestaciones de Tahrir¡±, ha dicho Aref, que reiter¨® la voluntad de los l¨ªderes de la cofrad¨ªa de mantener sus movilizaciones a pesar de las amenazas.
La matanza suscit¨® declaraciones de condena por parte de varios actores pol¨ªticos dentro y fuera de Egipto. Desde Washington y Bruselas hubo muestras de preocupaci¨®n por las muertes, y se inst¨® a no utilizar la violencia.
Por otro lado, este s¨¢bado se ha sabido que una delegaci¨®n que incluy¨® el exvicepresidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos consigui¨® el permiso para realizar una visita al presidente Morsi, que se encuentra detenido e incomunicado. El exrais declin¨® hablar con la delegaci¨®n, pero s¨ª lo hizo Refaa al-Tahtawi, uno de sus consejeros. Tras la visita, la delegaci¨®n explic¨® que Morsi se encuentra en un buen estado de salud, y que no est¨¢n siendo sometido a presiones. Se espera que durante las pr¨®ximas horas sea trasladado a la prisi¨®n de Tora, la misma que alberga a Mubarak.
Nuevas sombras sobre la reforma constitucional
El estallido de violencia de la madrugada de hoy ha desplazado a un segundo plano el proceso pol¨ªtico que hab¨ªan lanzado las nuevas autoridades durante los ¨²ltimos d¨ªas. A mitad de semana, el presidente interino, Adly Mansur, inici¨® una ronda de reuniones con la finalidad de conseguir una ¡°reconciliaci¨®n nacional¡±, una iniciativa que ahora parece completamente muerta. Una vez elegido el Ejecutivo, la siguiente fase de la transici¨®n pasa por enmendar la Constituci¨®n, suspendida desde el golpe militar.
Un comit¨¦ de diez expertos legales comenz¨® el pasado domingo su labor de presentar enmiendas a la Carta Magna, aprobada en diciembre sin el respaldo de los partidos laicos y ratificada en refer¨¦ndum con una participaci¨®n de solo el 32%. De acuerdo con la hoja de ruta patrocinada por el Ej¨¦rcito, el comit¨¦ de juristas dispone de un plazo de un mes para presentar sus propuestas, que ser¨¢n luego revisadas por un ¨®rgano formado por 50 personas y que representar¨¢ ¡°todas las categor¨ªas de la sociedad y la diversidad demogr¨¢fica¡± del pa¨ªs. En concreto, el texto cita, entre otros, a partidos pol¨ªticos, las Fuerzas Armadas, las instituciones religiosas, y establece que deber¨¢ incluir a 10 j¨®venes y mujeres como m¨ªnimo.
Este ¨®rgano contar¨¢ con un periodo de dos meses para elaborar el texto definitivo, sobre el que la ciudadan¨ªa ser¨¢ consultada a trav¨¦s de refer¨¦ndum. En caso de ser aprobado, el presidente convocar¨¢ elecciones legislativas, que se celebrar¨¢n en un periodo m¨¢ximo de dos meses.
Si se cumple el calendario previsto, Egipto volver¨¢ a contar con un parlamento electo en febrero, y posteriormente celebrar¨¢ los comicios presidenciales. ¡°Me temo que los plazos ser¨¢n m¨¢s largos. En la primera transici¨®n se habl¨® tambi¨¦n de un plazo de medio a?o, pero acabaron siendo 16 meses. Y eso que las condiciones eran mejores¡±, sostiene Jaled elGindy, un analista de la Brookings Institution.
El tortuoso camino que sigui¨® la elecci¨®n del nuevo primer ministro hace prever un proceso muy tenso. Adem¨¢s de los movimientos juveniles y los partidos laicos, la coalici¨®n de fuerzas que apoy¨® el derrocamiento de Morsi incluye el partido salafista Nur, islamista y ultraconservador. Mientras las fuerzas laicas desean cambios profundos en la Carta Magna, Nur pretende que se mantengan intactas las provisiones de corte islamista.
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