La UE se apunta un ¨¦xito pol¨ªtico con el acuerdo nuclear de Ginebra

Hay pol¨ªticos dispuestos a exhibir sus logros antes de que est¨¦n maduros. Y otros reacios a divulgarlos aun cuando llega el momento de recoger los frutos. A esta ¨²ltima especie, poco com¨²n entre los personajes p¨²blicos, pertenece Catherine Ashton, la jefa de la diplomacia europea y cara visible del ¨¦xito alcanzado en Ir¨¢n. Tras haber liderado la negociaci¨®n durante meses, Ashton prefiri¨® ayer limitarse a celebrar el pacto y dejar que el representante estadounidense, John Kerry, abundara en los detalles.

Pese a esas resistencias de imagen, el hist¨®rico acuerdo con el nuevo Gobierno iran¨ª se convierte en el principal logro de la trayectoria de Ashton al frente de la pol¨ªtica exterior europea. Atenazada por los intereses nacionales de los Estados miembros y eclipsada por las urgencias de la crisis, la diplomacia europea no ha vivido su ¨¦poca m¨¢s brillante en los ¨²ltimos a?os. A seis meses de las elecciones en la UE, la paz con Ir¨¢n proporciona a la Alta Representante europea la historia de ¨¦xito que necesitaba para cerrar su mandato.

La brit¨¢nica Ashton, baronesa de t¨ªtulo, ha podido ensayar en las conversaciones de Ginebra lo que sus allegados le atribuyen como principal virtud: la capacidad de construir consensos, de buscar puntos comunes entre los negociadores para alcanzar metas concretas. Una vez conquistadas, Ashton reh¨²ye las grandes palabras y, sobre todo, recela de atribuirse el m¨¦rito. En la breve comparecencia celebrada ayer en Ginebra, lo m¨¢s grandilocuente que lleg¨® a decir fue que los seis pa¨ªses participantes en el acuerdo con Ir¨¢n hab¨ªan alcanzado ¡°una soluci¨®n amplia a largo plazo¡±.

Mucho m¨¢s solemne, el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, lo defini¨® en un comunicado como ¡°un gran avance para la seguridad mundial y la estabilidad¡±, mientras el l¨ªder del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, salud¨® los ¡°significativos efectos regionales y globales¡± que genera.

Tras el acuerdo de Kosovo, Ashton suma otro hito diplom¨¢tico

Con la soluci¨®n de Ir¨¢n, la UE da por bien empleado el r¨¦gimen de sanciones que introdujo en 2007 para penalizar al r¨¦gimen por su programa nuclear y por las violaciones de derechos humanos. Tanto en el caso iran¨ª como en el de otros Gobiernos castigados por la comunidad internacional, la diplomacia europea presume de su pol¨ªtica de sanciones, que requiere algo casi imposible en Bruselas: la unanimidad de los 28 Estados miembros.

En el caso del r¨¦gimen de Teher¨¢n, las sanciones, adicionales a las que ya hab¨ªa adoptado Naciones Unidas, bloquean por completo el comercio de armas, de petr¨®leo y de cualquier material relacionado con el enriquecimiento de uranio. Adem¨¢s, cierran la puerta a la financiaci¨®n de entidades p¨²blicas, a las transferencias de capital y congelan los activos de entidades vinculadas al programa de proliferaci¨®n de armas nucleares. Como castigo a la falta de respeto a los derechos humanos, la UE mantiene un veto a 87 personas y una entidad iran¨ªes.

La UE adopt¨® un r¨¦gimen de castigo econ¨®mico contra Ir¨¢n adicional al de la ONU

Pese a haberse anotado un buen tanto en el expediente, los expertos coinciden en que el ¨¦xito de las conversaciones de Ir¨¢n radica m¨¢s en el aire fresco que ha insuflado el nuevo l¨ªder Hasan Rohan¨ª ¡ªy en la predisposici¨®n de Estados Unidos a dar un giro hacia su pol¨ªtica de castigo a ese r¨¦gimen¡ª que en la labor de Ashton, esencialmente basada en la mediaci¨®n. En todo caso, el abrazo con el que la baronesa se fundi¨® con el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, tras anunciar el pacto, quedar¨¢ para la posteridad como uno de los s¨ªmbolos de su mandato.

Solo le iguala en importancia el logro conseguido hace unos meses en el ¨¢rea de mayor influencia de la UE, los Balcanes. El hist¨®rico pacto de reconciliaci¨®n que sellaron los mandatarios de Serbia y de su antigua provincia, Kosovo, constitu¨ªa, hasta ayer, el principal hito de Ashton. Como en otras ocasiones, la prudencia marc¨® hasta el final la comunicaci¨®n p¨²blica de ese apret¨®n de manos, de forma que costaba creer en su trascendencia.

Esa forma de trasladar a la ciudadan¨ªa el acierto pol¨ªtico alcanzado en la zona m¨¢s convulsa de Europa contrasta con la ret¨®rica que desplegaba su antecesor en el cargo, Javier Solana. M¨¢s all¨¢ de su personalidad retra¨ªda y reticente a los focos ¡ªAshton apenas acepta preguntas en las conferencias de prensa en un entorno, el bruselense, donde las comparecencias p¨²blicas son distendidas¡ª, no hay que olvidar que la alta representante recibe una valoraci¨®n muy cr¨ªtica en Reino Unido, el pa¨ªs al que representa en la Comisi¨®n Europea. Ashton, elegida por el anterior Ejecutivo brit¨¢nico, presidido por el laborista Gordon Brown, es uno de los pocos l¨ªderes comunitarios actuales que no pertenecen a la familia conservadora. El episodio de Ginebra cambiar¨¢, sin duda, la escasa valoraci¨®n que hasta ahora ha recibido.