La rutina de las palizas a los periodistas vuelve a las c¨¢rceles de Egipto
Informadores cr¨ªticos con el Gobierno militar denuncian malos tratos durante su detenci¨®n
¡°Son unos s¨¢dicos. Hab¨ªa uno que me golpeaba cada vez que me ve¨ªa, incluso en un pasillo, fuera de la sala de interrogatorios. El polic¨ªa bueno es el que solo te insulta¡±, explica el periodista y documentalista Hossam Meneai. Su voz adquiere una cadencia acelerada tan solo unas horas despu¨¦s de haber sido puesto en libertad. Meneai fue detenido en su apartamento el pasado 23 de enero junto con su compa?ero de piso, Jeremy Hodge, un traductor estadounidense. Durante su arresto, el joven padeci¨® repetidos malos tratos, como les ha ocurrido a otros periodistas v¨ªctimas de una reciente ola de hostigamiento contra los medios de comunicaci¨®n en Egipto.
¡°Las palizas se prolongaron durante diez d¨ªas. En una ocasi¨®n, un agente me lleg¨® a poner una pistola en la cabeza y me amenaz¨® con matarme¡±, recuerda el documentalista, mientras se acaricia nerviosamente con su mano izquierda un mech¨®n de cabello, vestigio de su melena que un agente seccion¨® en uno de los interrogatorios. Adem¨¢s de golpearle en la cara y el pecho, los agentes se cebaron especialmente con sus rodillas, a¨²n amoratadas.
Las horas m¨¢s dif¨ªciles fueron las 36 primeras, cuando fue interrogado de forma ininterrumpida junto a Hodge, ambos maniatados a una silla. Ya entonces empezaron los malos tratos, si bien a Hodge nunca le pusieron la mano encima. Durante todo este tiempo, e incluso durante la entera semana siguiente, no le dieron comida. Y eso a pesar de que su familia y amigos se la llevaban diariamente a la comisar¨ªa del barrio cairota de Dokki junto con dinero, que tampoco le lleg¨® nunca.
¡°Por suerte, fui capaz de confraternizar con los criminales que estaban recluidos en la celda a la que me enviaron. El inicio con ellos fue dif¨ªcil, tuve que hacerme respetar. Pero al final hasta me dieron de su comida¡±, relata Meneai, cuya silueta parece m¨¢s enjuta y sus ojeras m¨¢s marcadas tras su paso por la c¨¢rcel. La celda no superaba los 12 metros cuadrados, y apenas hab¨ªa aire y espacio suficiente para la veintena de reclusos y una legi¨®n de cucarachas. A Hodge le asignaron la celda de los prisioneros pol¨ªticos, siempre m¨¢s segura. Otro privilegio de poseer la nacionalidad de la superpotencia que vierte anualmente cerca de 1.000 millones de euros en las arcas del Ej¨¦rcito egipcio.
Hossam est¨¢ convencido de que si pudo escapar de aquel infierno fue gracias la iniciativa de un grupo de corresponsales extranjeros y al presidente del sindicato de periodistas, Diaa Rashuan, bien conectado con el Gobierno. A¨²n no est¨¢n claras las razones que propiciaron su detenci¨®n. Solo sabe que el ¨²nico cargo por el que est¨¢ siendo investigado es ¡°difundir noticias falsas al extranjero¡±. Y las ¨²nicas pruebas, sus grabaciones durante la revoluci¨®n y un v¨ªdeo que se baj¨® de Internet del violento desalojo del campamento islamista de Rab¨¢ al Adauiya.
Mucho m¨¢s graves son los cargos a los que se enfrentan la veintena de periodistas de Al Yazira acusados de pertenecer a un ¡°grupo terrorista¡±, o de prestarle ayuda, lo que puede acarrear una larga condena. La mayor¨ªa de los encausados se encuentran fuera del pa¨ªs, y ser¨¢n juzgados en rebeld¨ªa el pr¨®ximo d¨ªa 20. En cambio, s¨ª asistir¨¢n a la vista los tres reporteros del canal ingl¨¦s de la emisora detenidos en diciembre: los egipcios Mohamed Fahmy y Baher Mohamed y el australiano Peter Greste.
Fahmy fue sometido a unas duras condiciones en la prisi¨®n conocida como Escorpi¨®n. Mantenido en r¨¦gimen de aislamiento, le raparon la cabeza, le arrebataron la manta, y algunas noches le enfocaban una luz en la cara para privarle del sue?o. Encima, le denegaron tratamiento m¨¦dico para una lesi¨®n en el hombro que se fue agravando hasta no poder levantar el brazo. Sin embargo, gracias a la presi¨®n internacional, Fahmy fue trasladado la semana pasada a la prisi¨®n de Tora, y ahora comparte celda con Greste y Mohamed. ¡°Su situaci¨®n ha mejorado mucho. Ya est¨¢ recibiendo tratamiento para el hombro¡±, declar¨® su abogado, Mokhles al Salihi.
¡°Mi arresto no es un error... env¨ªa un mensaje claro y inequ¨ªvoco a todos los periodistas que cubren Egipto, tanto locales como extranjeros¡±, denunci¨® Greste en una carta escrita desde la c¨¢rcel, en la justificaba su entrevista con un miembro de la Hermandad, hecho en el que se basa la fiscal¨ªa para acusarle ¡°?C¨®mo es posible informar sobre la actual lucha pol¨ªtica Egipto de forma veraz y ecu¨¢nime sin hablar con todos los implicados?¡±, se preguntaba. La cofrad¨ªa fue designada ¡°organizaci¨®n terrorista¡± por el Gobierno egipcio a finales de diciembre, poco antes de que tuviera lugar la entrevista.
Una de las torturas psicol¨®gicas a las que fue sometido Meneai fue obligarle a presenciar los malos tratos contra otros reclusos. De su relato, y el de otros muchos que han pasado por comisar¨ªas y c¨¢rceles durante los ¨²ltimos meses, se puede concluir que las torturas son sistem¨¢ticas en los recintos de detenci¨®n en Egipto. Las organizaciones de derechos humanos calculan que la cifra de personas arrestadas desde el derrocamiento del expresidente Morsi en julio pasado oscila entre 16.000 y 20.000, muchas de ellas en el transcurso de manifestaciones.
A pesar de las evidencias, el Gobierno niega la existencia de abusos. ¡°El Ministerio del Interior enfatiza que las noticias que circulan en p¨¢ginas web sobre quejas de malos tratos y tortura por parte de arrestados pendientes de juicio son falsos¡±, reza un comunicado oficial.
La demanda de una reforma del Ministerio del Interior para que respetara los derechos humanos fue una de las principales de la revoluci¨®n que depuso al exdictador Hosni Mubarak hace ahora tres a?os. Sin embargo, la petici¨®n no ha sido a¨²n satisfecha, ni parece que vaya a serlo en un futuro pr¨®ximo. Las autoridades y los medios de comunicaci¨®n han lazado una campa?a de lavado de imagen de la instituci¨®n, de la que se destaca su hero¨ªsmo en la ¡°lucha antiterrorista¡±, concepto m¨¢gico que lo justifica todo.
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