Hong Kong evoca el esp¨ªritu de Tiananmen

Al Gobierno local de Hong Kong le sali¨® por la culata el permiso que concedi¨® a la polic¨ªa para usar gas lacrim¨®geno y gas pimienta contra los manifestantes prodemocracia el domingo. Este lunes, desafiantes, muchos m¨¢s manifestantes que en d¨ªas previos ¡ª100.000 seg¨²n los organizadores¡ª ocuparon las principales arterias de la ciudad. Pero sin apenas presencia de fuerzas antidisturbios, por orden del jefe del ejecutivo, Leung Chun-Ying. Una victoria para los ciudadanos, a¨²n airados por lo que consideran que fue un uso desproporcionado de la fuerza pero que tambi¨¦n declaraban su satisfacci¨®n por haber logrado hacerse con la calle, en una evocaci¨®n del esp¨ªritu de los sucesos de la plaza de Tiananmen en 1989. En aquella ocasi¨®n las protestas multitudinarias en Pek¨ªn fueron duramente reprimidas incluso con tanques.

El ambiente era muy diferente de las tensiones de los d¨ªas previos. Decenas de miles de hongkoneses, en su mayor¨ªa j¨®venes, abarrotaban las calles en el centro de la excolonia brit¨¢nica en actitud festiva. Algunos hab¨ªan pasado all¨ª la noche, durmiendo sobre el suelo. Muchos hab¨ªan tra¨ªdo bocadillos y bebidas, y se sentaban sobre el asfalto en una suerte de romer¨ªa laica. Otros, los m¨¢s cercanos a la sede del Gobierno local ¡ªjunto a la cual hab¨ªan tenido lugar las peores cargas policiales¡ª sin espacio para sentarse, permanec¨ªan de pie mientras coreaban esl¨®ganes. Muchos reconoc¨ªan que no hubieran acudido sin la represi¨®n policial previa.

Jackie, un estudiante de 21 a?os, y su amiga Cary, de 20, que exig¨ªan a gritos la renuncia de Leung, as¨ª lo declaraban. ¡°Vimos por televisi¨®n la violencia de la polic¨ªa y nos enfadamos mucho, sentimos que ten¨ªamos que venir. El Gobierno de Hong Kong nunca se ha dignado responder a nuestras demandas y ahora emplea la violencia. Vamos a venir hasta que nos escuche¡±, sosten¨ªan.

Los manifestantes est¨¢n perfectamente organizados. Han establecido puestos de primeros auxilios, numerosos puntos de suministro gratuito de comida, bebidas ¡ªimprescindibles en la aglomeraci¨®n bajo temperaturas superiores a los 30 grados¡ª y los productos b¨¢sicos para hacer frente a las cargas de gases policiales: toallas, pl¨¢sticos, mascarillas... Muchos voluntarios llevan bolsas de basura para recoger escrupulosamente cualquier desperdicio. Los desechos se separan para su reciclaje. Las ¨¢reas de c¨¦sped con el cartel ¡°no pisar¡± permanecen inmaculadas. Pese a la muchedumbre, nadie pone un pie encima ni arroja all¨ª una botella vac¨ªa.

La figura m¨¢s impopular, con diferencia, es la de Leung. ¡°Leung Chun-Ying, ?dimite ya!¡±, es el eslogan m¨¢s coreado de la concentraci¨®n, por miles y miles de voces al un¨ªsono. Una careta gigante del jefe del Gobierno con colmillos recibe los mayores abucheos de la noche. Alguien, con un macabro sentido del humor, ha erigido frente a un autob¨²s transformado en puesto de primeros auxilios un altar del tipo que en la cultura china se reserva a los muertos, con velas, incienso y ofrendas de frutas, y el lugar de honor en el conjunto se le ha reservado a una foto del l¨ªder del Ejecutivo, bajo el lema ¡°Verg¨¹enza, Leung¡±.

La protesta, que hasta el domingo se ce?¨ªa a un ¨¢rea limitada y relativamente apartada del tr¨¢fico en el centro de la isla de Hong Kong, se ha extendido tras la represi¨®n del domingo no solo por una amplia zona del distrito pol¨ªtico y financiero, sino tambi¨¦n a dos de los principales n¨²cleos comerciales y tur¨ªsticos del territorio aut¨®nomo, Causeway y Mong Kok, en la pen¨ªnsula de Kowloon.

¡°Nunca esperamos tanta participaci¨®n. No nos fiamos lo suficiente de la gente¡±, declara el profesor universitario Chan Kin-Man, uno de los cofundadores del movimiento civil Occupy Central with Peace and Love (Ocupar Central con Paz y Amor), convocante de la sentada. Seg¨²n ¨¦l, la clave del ¨¦xito del movimiento estuvo en que los manifestantes no solo no se retiraron sino que se multiplicaron tras las cargas del domingo. Esa inesperada respuesta de la poblaci¨®n llev¨® al jefe del Ejecutivo local a cambiar de t¨¢ctica. ¡°Una dureza a¨²n mayor habr¨ªa significado declarar el estado de excepci¨®n, quiz¨¢ hacer intervenir a las tropas del Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n [que cuenta con un cuartel en la colonia]. Probablemente consult¨® con Pek¨ªn y le dijeron que no¡±, considera Chan.

El origen de las protestas est¨¢ en la propuesta de reforma electoral para la excolonia que Pek¨ªn anunci¨® el 29 de agosto. Aunque ¡ªtal como se hab¨ªa comprometido Pek¨ªn hace a?os¡ª introduce el sufragio universal, impone una serie de condiciones destinadas, seg¨²n el movimiento prodemocracia, a garantizar que los candidatos contar¨¢n con el visto bueno de Pek¨ªn. En respuesta, Occupy Central proclam¨® ¡°el comienzo de una era de desobediencia civil¡±. Desde hace una semana los movimientos estudiantiles est¨¢n en huelga. El viernes, una sentada en la sede del Gobierno aut¨®nomo termin¨® con el desalojo de 150 j¨®venes. Un total de 78 personas fueron detenidas en unas protestas que se prolongaron todo el fin de semana y que llevaron a Occupy Central a adelantar el comienzo de su campa?a para reclamar m¨¢s democracia.

La fecha marcada en todos los calendarios es la del mi¨¦rcoles 1 de octubre, d¨ªa nacional de China, la fecha original del comienzo de la campa?a de desobediencia civil de Occupy. Chan considera necesario mantener las movilizaciones hasta entonces. El Gobierno local anunci¨® el lunes que suspende la ceremonia de fuegos artificiales prevista para ese d¨ªa. ¡°Es un reconocimiento de debilidad. Nosotros, en cambio, estamos cobrando impulso. Hay que aprovecharlo¡±, sostiene el profesor.