Relatos salvajes
El ¨¦xito de una pel¨ªcula que tiene la violencia como hilo conductor
Ha sido hasta ahora la pel¨ªcula m¨¢s taquillera en la historia del cine argentino. Aclamada en el Festival de Cannes es tambi¨¦n candidata al Oscar como mejor pel¨ªcula en lengua no inglesa. La revista Time la ha seleccionado como una de las diez mejores pel¨ªculas de 2014. ?Por qu¨¦ tanto ¨¦xito de una pel¨ªcula que tiene la violencia como hilo conductor en sus distintas historias? Quiz¨¢ porque logra tratar con humor, aunque sea negr¨ªsimo, la rabia y su consecuencia inmediata: la venganza, dos sentimientos que est¨¢n presentes en todo ser humano y que depende de cada quien y de sus circunstancias saber manejar.?
Relatos Salvajes ha llegado al p¨²blico cin¨¦filo en un a?o signado por el horror y la impiedad. De alg¨²n lugar del infierno lleg¨® un grupo de fan¨¢ticos llamado EI o IS, seg¨²n se trate de espa?ol o ingl¨¦s, que se solaza en filmar y difundir sus decapitaciones y asesinatos colectivos. Antes de eso y ya desde atr¨¢s, la guerra civil en Siria con sus m¨¢s de 200.000 muertos e incontables desplazados, el fanatismo yihadista en Pakist¨¢n que causa la muerte de m¨¢s de 100 ni?os de una escuela y los actos terroristas en Afganist¨¢n e Irak tambi¨¦n con su secuela de civiles masacrados.?
M¨¦xico fue y sigue siendo una noticia que averg¨¹enza: 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en Iguala, Estado de Guerrero, fueron asesinados por un acto de complicidad entre polic¨ªas y bandas de narcotraficantes. Y no es el ¨²nico crimen masivo que ocurre en ese pa¨ªs en circunstancias similares.?
En Venezuela, en el mes de abril, 42 personas murieron asesinadas a balazos por militares y grupos paramilitares afectos al gobierno por manifestarse en contra del r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro. En noviembre m¨¢s de 50 presos de la c¨¢rcel de Uribana en el estado Lara murieron envenenados muy probablemente por los guardianes del penal. La verdad nunca se sabr¨¢, al menos mientras gobierne el chavomadurismo. Poco importa la vida de unos presos, por lo general pobres, en un pa¨ªs que en 2013 registr¨® 25.000 asesinatos, en su mayor¨ªa impunes. Se estima que al cierre de 2014 se supere esta cifra macabra bajo el mismo signo de la impunidad. ?
Tiene que haber mucho odio, mucho resentimiento social o la irracionalidad de todo fanatismo para que segar vidas sea algo banal y mec¨¢nico. Y ver morir algo rutinario, parte del paisaje. Es dif¨ªcil sin ser psiquiatra o psic¨®logo, saber qu¨¦ pasa por la mente de un delincuente o lo que hay en su historia personal, para asaltar a una mujer a todas luces pobre y arrebatarle la mu?eca a su hijita de cuatro a?os. ?C¨®mo drenar la rabia que producen esos hechos que se van acumulando sin que sus perpetradores sufran alg¨²n castigo? All¨ª radica la popularidad de Relatos Salvajes: cada uno de los personajes que ha sido atropellado, ofendido, abusado, enga?ado, tiene la posibilidad de cobrar la afrenta y hacerlo con creces. Es el placer de la revancha, ese manjar que seg¨²n dec¨ªa Walter Scott, es el m¨¢s sabroso y se prepara en el infierno.?
La pel¨ªcula argentina ha tenido un enorme ¨¦xito en su pa¨ªs, pero no s¨¦ si equiparable al que a¨²n tiene en Venezuela despu¨¦s de muchas semanas en cartelera. Ese dulce placer de la venganza ante la injusticia y la violencia impune que vivimos a diario lo disfrutamos por intermedio de cada uno de los vengadores de Relatos Salvajes. No podr¨ªa asegurar que la pel¨ªcula sea tan exitosa en pa¨ªses en los que la justicia funciona, en donde hay polic¨ªas que cumplen con su deber de perseguir y apresar a los delincuentes y jueces independientes y honestos que se encargan de imponerles las penas que establece la ley. Es la diferencia abismal entre pa¨ªses con leyes para ser acatadas y pa¨ªses con leyes para ser violadas, especialmente por sus gobernantes.?
Siempre me asombr¨®, en mi trato con sobrevivientes del Holocausto, que en esas personas que hab¨ªan sufrido las m¨¢s atroces torturas y los m¨¢s indescriptibles vej¨¢menes, no hubiese un ¨¢pice de resentimiento y que en su mayor¨ªa hubiesen reconstruido sus vidas, formado familias y, en muchos casos, tuvieran un excelente sentido del humor y ejercer de manera activa la solidaridad. Pienso que su venganza, su revancha, fue la derrota del nazismo, su aplastamiento, su desaparici¨®n como r¨¦gimen genocida y perverso. En ese caso, aunque por otras v¨ªas, tambi¨¦n hubo justicia. Esa que cojea en muchos pa¨ªses de la Am¨¦rica latina y que en Venezuela tiene brazos y piernas amputados.
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