California vac¨ªa sus masificadas prisiones
2.700 reclusos han sido excarcelados desde noviembre por un cambio legal que pretende aliviar el hacinamiento y reinvertir fondos en educaci¨®n
Una espiral de droga y prostituci¨®n llev¨® por primera vez a la c¨¢rcel a Charsleen Poe hace 20 a?os. ¡°Pens¨¦ que mi vida se hab¨ªa acabado¡±, asegura. Envi¨® a sus tres hijos a casa de su madre, en Alabama, y acab¨® viviendo en las calles de Los ?ngeles. Hoy ha rehecho su vida, lleva ¡°limpia¡± siete a?os y trabaja como coordinadora de A New Way of Life Reentry Project, una organizaci¨®n que ayuda a la reinserci¨®n de presos en el sur de Los ?ngeles. Pero con cuatro delitos en su historial (por posesi¨®n de coca¨ªna y prostituci¨®n), a los 56 a?os no puede rehacer su vida.
Poe present¨® el martes una solicitud para reclasificar sus antecedentes de delitos a faltas. Un cambio legal aprobado por los californianos para aliviar el sobresaturado sistema penitenciario permite esa posibilidad ¡ªque significa eludir la c¨¢rcel¡ª y que, adem¨¢s de dar nuevas perspectivas a miles de exreclusos, ha conllevado la excarcelaci¨®n de 2.700 presos en cuatro meses.
En tres d¨¦cadas la poblaci¨®n carcelaria creci¨® un 600% hasta llegar a 170.000 reclusos
Una persona con antecedentes, aunque sean delitos menores, tiene muy dif¨ªcil abrirse paso cuando sale en libertad. Cualquier empleador puede pedir su historial criminal y, si ha estado entre rejas, lo habitual es que no le contrate. Le negar¨¢n acceso a un alquiler social o a un pr¨¦stamo. Hay empleos p¨²blicos a los que no puede ni optar. Poe quiere ser enfermera, un trabajo al que ahora mismo no puede acceder por sus antecedentes de hace dos d¨¦cadas.
California aprob¨® el pasado 4 de noviembre en las urnas la llamada Proposici¨®n 47, que, con efecto retroactivo, reclasifica como faltas una serie de delitos menores, como robos o fraudes por valor de menos de 950 d¨®lares (905 euros), adem¨¢s del uso personal de drogas ilegales. Antes conllevaban penas de c¨¢rcel. Si a Poe le dan la raz¨®n en los juzgados, tendr¨¢ una segunda oportunidad en la vida que ¡°no pod¨ªa ni so?ar¡± hace solo un a?o.
La Proposici¨®n 47 tiene como objetivo reducir la poblaci¨®n carcelaria de California y reinvertir el dinero que se ahorre en programas sociales de prevenci¨®n, especialmente, tratamientos de drogas y de salud mental. Desde noviembre, 2.700 personas han sido excarceladas y se estima que saldr¨¢n m¨¢s de 10.000 internos de prisi¨®n. Cada a?o, 40.000 personas son condenadas en California por hechos que antes eran delitos y ya no lo son, como la posesi¨®n de la mayor¨ªa de drogas.
La nueva ley, aprobada en las urnas, reclasifica como faltas algunos delitos con efecto retroactivo, lo que supondr¨¢ la liberaci¨®n de unos 10.000 presos y decenas de miles no entrar¨¢n en la c¨¢rcel
La poblaci¨®n carcelaria de California aument¨® un 600% en tres d¨¦cadas y lleg¨® a ser de 170.000 personas en 2007, el 0,5% del total de habitantes del Estado. Las razones tras este espectacular aumento se pueden resumir en una competici¨®n electoralista para ver qui¨¦n era m¨¢s duro contra el crimen. La famosa ley de los tres errores (three strikes), se aplic¨® con m¨¢s dureza que en cualquier otro Estado. B¨¢sicamente, enviaba a la c¨¢rcel de por vida a alguien con tres delitos cualesquiera. Adem¨¢s, el lobby de los guardas de prisiones ha sido tradicionalmente un poderoso aliado pol¨ªtico. California gasta 62.000 d¨®lares al a?o por cada preso (sirva de comparaci¨®n los 9.000 que dedica a cada estudiante de primaria), seg¨²n cifras de Californians for Safety and Justice, uno de los principales grupos de apoyo a la proposici¨®n. Las estimaciones indican que la Proposici¨®n 47 supondr¨¢ un ahorro de entre 100 millones y 200 millones de d¨®lares al a?o.
California ha sido reduciendo su poblaci¨®n carcelaria desde 2011 por orden de los jueces, que consideraron inhumano el hacinamiento en prisi¨®n. Pero con la nueva norma, se pone a la cabeza de una tendencia que recorre Estados Unidos. Es el pa¨ªs con m¨¢s ciudadanos presos: m¨¢s de 2,2 millones de personas, m¨¢s que China. En 1980 eran medio mill¨®n. EE UU gasta m¨¢s de 70.000 millones de d¨®lares al a?o en prisiones.
La nueva ley tiene partidarios y detractores en ambos partidos. La Proposici¨®n 47, por ejemplo, fue apoyada por el excandidato presidencial republicano Newt Grigrich y por el actual presidenciable del mismo partido Rand Paul, junto a decenas de organizaciones sociales. Sin embargo, se opuso la senadora dem¨®crata Dianne Feinstein, alineada con las oficinas de los sheriff y el lobby de los guardas de prisiones. Un Estado muy republicano como Texas tiene programas hace a?os para reducir su poblaci¨®n carcelaria y reforzar la reinserci¨®n para cortar la espiral de reincidencia.
La ley de California es la m¨¢s avanzada dentro de una tendencia nacional de alivio de las c¨¢rceles que tiene apoyos en los dos partidos
La tendencia desaf¨ªa todos los manuales pol¨ªticos que dicen que ser duro contra el crimen da votos. ¡°El crimen ya no da miedo¡±, explica el analista Joe Mathews, coautor del libro California crack up (la fractura de California) y columnista del espacio de debate Z¨®calo. La violencia en Los ?ngeles, por ejemplo, ha retrocedido a niveles de los cuarenta. ¡°Hay un cambio nacional en las preocupaciones de los partidos. El crimen ha bajado y los presupuestos est¨¢n ajustados, as¨ª que surge la pregunta: ?necesitamos a toda esta gente en prisi¨®n? Lo interesante ser¨¢ ver si hay una reacci¨®n. Yo creo que la habr¨¢¡±.
Como advierte Mathews, la historia de la Proposici¨®n 47 no ha terminado a¨²n. Los cr¨ªticos aseguran que est¨¢n aumentando los peque?os cr¨ªmenes contra la propiedad. Adem¨¢s, los fiscales se han dado cuenta de que no pueden recoger muestras de ADN de aquellos detenidos por faltas, lo que perjudica las investigaciones. Las peticiones para enmendar la ley empiezan a hacerse o¨ªr.
Jessica Farris, de la Uni¨®n Americana por las Libertades Civiles, uno de los principales promotores de la proposici¨®n, sostiene que los verdaderos efectos se ver¨¢n a partir de los pr¨®ximos presupuestos, cuando se empiecen a financiar proyectos de reinserci¨®n. ¡°Cuando empecemos a ver los programas sociales en marcha veremos bajar las cifras de crimen¡±, asegura.
Mientras, decenas de miles como Amie Zuniga, esperan que los jueces les reclasifiquen sus condenas. Por sus antecedentes de posesi¨®n de drogas y robo de coches, a Zuniga le han negado alojamientos sociales, empleos y alquileres. ¡°Empec¨¦ a tomar drogas a los 12 a?os y a los 13 estaba en una banda¡±, cuenta. Tiene 34 a?os y seis hijos. Le quitaron la custodia de cinco de ellos y para poder verlos tiene que demostrar al juzgado que ha rehecho su vida por completo. Solo vive con el peque?o, de dos a?os y medio, y con el padre. ¡°Si me aprueban [la solicitud] quiero volver a la escuela y ascender. Hay que seguir y dar ejemplo de que si uno quiere hay puertas para ir hacia arriba. Cometimos errores, pero es hora de enmendarlos¡±.
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