Las rectificaciones de Obama
El presidente de EE UU ha corregido dos principios ante la guerra civil siria: la amenaza de intervenci¨®n si Asad usaba armas qu¨ªmicas y la exigencia de que el dictador se retirara
El presidente Barack Obama es prisionero de sus palabras. Ante la guerra civil siria, que estall¨® en 2011, ha esgrimido dos principios. El primero: el dictador Bachar El Asad ten¨ªa que abandonar el poder. ?l era el problema. Y el segundo principio, formulado un a?o y medio despu¨¦s de comenzar la guerra: si el r¨¦gimen de Asad usaba armas qu¨ªmicas, Estados Unidos intervendr¨ªa militarmente. Las armas qu¨ªmicas eran la l¨ªnea roja, dijo el presidente. Cuatro a?os y m¨¢s de 200.000 muertos despu¨¦s, ambos principios han dejado de ser v¨¢lidos.
Asad us¨® armas qu¨ªmicas. En septiembre de 2013, el Pent¨¢gono lo ten¨ªa todo preparado para cumplir la palabra de Obama: bombardear Siria. En el ¨²ltimo minuto, Obama dio marcha atr¨¢s. El no del Parlamento brit¨¢nico a la intervenci¨®n y las reticencias del Congreso de EE UU enfriaron los planes. Una negociaci¨®n de ¨²ltima hora, propuesta por Rusia, para retirar de Siria las armas qu¨ªmicas acab¨® por abortar los bombardeos. Primera rectificaci¨®n.
La irrupci¨®n del Estado Isl¨¢mico en Oriente Pr¨®ximo ha hecho saltar por los aires los c¨¢lculos de la Administraci¨®n Obama
La segunda rectificaci¨®n, que ayer el secretario de Estado, John Kerry, insinu¨® en una entrevista con la cadena CBS, ata?e al futuro de Asad. Asad debe irse: el estribillo que se escuch¨® durante a?os en la Casa Blanca se oye cada vez menos. Asad ha dejado de ser el problema: ahora es un actor imprescindible en la soluci¨®n. El mensaje de Kerry no es nuevo. Cuando en noviembre de 2014, en la cumbre del G20 en Brisbane, un periodista pregunt¨® a Obama si EE UU ten¨ªa planes para expulsar a Asad del poder en el marco de una transici¨®n en Siria, la respuesta fue escueta y clara: ¡°No¡±.
?Qu¨¦ ha cambiado? La irrupci¨®n del Estado Isl¨¢mico en Oriente Pr¨®ximo ha hecho saltar por los aires los c¨¢lculos de la Administraci¨®n Obama. Los yihadistas sun¨ªes, que controlan parte de Siria y del vecino Irak, son a la vez enemigos de Asad y de Estados Unidos. Washington, que hace un a?o y medio sopesaba ayudar a los rebeldes sirios contra Asad, bombardea desde hace unos meses al grupo rebelde m¨¢s poderoso, que es el Estado Isl¨¢mico. Obama y Asad luchan en el mismo bando.
La pol¨ªtica de EE UU no ha cambiado de la noche al d¨ªa: ha evolucionado. Obama es un pragm¨¢tico, un l¨ªder h¨¢bil a la hora de adaptarse a las circunstancias. Y la realidad en Siria ¡ªel ascenso del Estado Isl¨¢mico y la ausencia de un recambio¡ª y en EE UU ¡ªel escaso apetito para meterse en nuevas guerras¡ª se impone.
Que toda soluci¨®n pasa por Asad; que su ca¨ªda ser¨ªa una cat¨¢strofe; que es un aliado de facto; que la soluci¨®n al conflicto no es b¨¦lica y debe participar el r¨¦gimen y la oposici¨®n moderada; y que solo en ¨²ltimo t¨¦rmino el dictador deber¨ªa retirarse son, desde hace tiempo, la doctrina m¨¢s o menos oficial de la Administraci¨®n Obama: los nuevos principios. La declaraci¨®n de Kerry coincide con el inicio de una nueva ronda negociadora sobre el programa nuclear iran¨ª. Ir¨¢n es, con Rusia, el m¨¢ximo patrocinador de la Siria de Asad y, con EE UU, el pa¨ªs que m¨¢s esfuerzos militares invierte contra el Estado Isl¨¢mico. Las alianzas en Oriente Pr¨®ximo se reconfiguran. El enemigo de ayer es el amigo de ma?ana.
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