La Ciudad de M¨¦xico no sabe qu¨¦ hacer con su basura
La grave crisis del manejo de desechos en la capital mexicana ha llegado al ¨¢mbito de los derechos humanos, tanto de los trabajadores como de la ciudadan¨ªa
Los habitantes de la Ciudad de M¨¦xico viven en un ambiente insalubre, no s¨®lo por la contaminaci¨®n del aire, sino tambi¨¦n por el deficiente manejo que sus autoridades dan a la basura. Cada d¨ªa, los capitalinos generan 12.000 toneladas de desechos que siguen un largo trayecto hasta su disposici¨®n final, dejando en el camino una estela t¨®xica en el aire y el suelo. Tras el cierre de su ¨²nico relleno sanitario, la capital separa sus residuos en la v¨ªa p¨²blica sin ninguna precauci¨®n, afectando la salud de los ciudadanos y los trabajadores de limpia, quienes adem¨¢s, laboran en condiciones inadmisibles, muchos de ellos sin pago. Esta bomba de tiempo ha llegado hasta la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la Ciudad, que la investig¨® y denunci¨® en una recomendaci¨®n, mientras el Gobierno local guarda silencio.

La capital mexicana contaba hasta 2011 con un relleno sanitario al que llegaba toda la basura generada por sus habitantes, donde se separaba lo que pod¨ªa reutilizarse y el resto se comprim¨ªa para permanecer all¨ª, hasta que el espacio ya no dio m¨¢s. El Gobierno decidi¨® clausurar el llamado ¡®Bordo Poniente¡¯, ubicado en la delegaci¨®n m¨¢s grande de la ciudad, sin tener otra alternativa para llevar la basura m¨¢s que los Estados vecinos de M¨¦xico y Morelos. El camino es largo y pesado, por lo que los recolectores empezaron a separar los residuos dentro de la ciudad en el espacio p¨²blico, dejando a su paso basura, flujo de lixiviados (l¨ªquidos derivados de la putrefacci¨®n de los desechos org¨¢nicos), aire f¨¦tido y el humo de los camiones, que tienen entre 10 y 40 a?os de antig¨¹edad.
El deficiente tratamiento de la basura es parte del paisaje cotidiano en la Ciudad de M¨¦xico. Aunque los derechos mencionados se han violado desde siempre, seg¨²n recuerdan algunos habitantes del norte, la CDHDF atrajo el caso por las quejas de los vecinos de las delegaciones Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero y la c¨¦ntrica Cuauht¨¦moc. En su investigaci¨®n, el organismo encontr¨® que de las 16 delegaciones pol¨ªticas de la Ciudad, 15 admitieron la existencia de tiraderos no autorizados, pero argumentaron que s¨®lo es una medida de ¡°contenci¨®n¡± ante el cierre del Bordo Poniente.
Como resultado, los camiones recolectores hacen largas filas en los tiraderos emitiendo columnas de humo negro, las mismas que riegan por toda la ciudad mientras recogen la basura. Aunque la nueva Norma ¨Cpublicada tras la crisis ambiental del primer semestre del a?o- obliga a sacar de circulaci¨®n a los veh¨ªculos ostensiblemente contaminantes, los capitalinos ven todos los d¨ªas estas fuentes rodantes de contaminaci¨®n, tanto por el humo del diesel que queman, como por los olores e insectos que despiden al viajar abiertos, as¨ª como los charcos de lixiviados que dejan en cada lugar en el que se detienen.
Este escenario constituye una diaria violaci¨®n al derecho de los capitalinos a un nivel de vida adecuado y a un ambiente sano, as¨ª como al derecho de los trabajadores de limpia a un trabajo digno, de acuerdo con la recomendaci¨®n de la Comisi¨®n de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), dirigida al Gobierno local y a las 16 demarcaciones en que se divide la Ciudad. Su conclusi¨®n es que la ciudad maneja de forma ca¨®tica sus residuos y las delegaciones no tienen infraestructura ni equipo para prestar el servicio.
Sin herramientas y sin pago
Por primera vez en M¨¦xico, los derechos de los trabajadores de la basura se vuelven foco de atenci¨®n. Este sector es uno de los m¨¢s olvidados, considerados en la pr¨¢ctica com¨²n al nivel de indigentes, por tratarse de personas que recogen basura. La poblaci¨®n sabe que estas personas obtienen ingresos de la venta de materiales reciclables y, aun as¨ª, s¨®lo uno de cada 20 capitalinos separa sus desechos, seg¨²n cifras del Gobierno local.
Los ingresos de estos trabajadores dependen del m¨ªnimo salario que les paga el Gobierno capitalino: entre 2.000 y 4.000 pesos (de 100 a 200 d¨®lares) en el caso de los trabajadores formales, pero tambi¨¦n hay un importante n¨²mero de voluntarios, que viven s¨®lo de los residuos y eventuales donaciones de la ciudadan¨ªa. Cada cami¨®n recolector lleva colgando una lata o cubo para que los vecinos les depositen propinas por llevarse su basura, pero lo que llegan a reunir es muy poco: apenas 30 o 40 pesos (unos dos d¨®lares) durante todo el d¨ªa, para cuatro o cinco trabajadores por cami¨®n, seg¨²n relata el recolector Fernando, quien viaja acompa?ado de su hijo y dos voluntarios.
¡°El personal no cuenta con condiciones de higiene y seguridad, ya que no les proporciona la ropa adecuada para desempe?ar sus funciones: botas, guantes, fajas, impermeable, casco, lentes, casaca, chamarra y cubrebocas; cuando se requiere su traslado, estos se realizan sobre los residuos s¨®lidos urbanos que han recolectado, de forma completamente insegura e insalubre¡±, se?ala la recomendaci¨®n del organismo.
Los voluntarios son el grupo m¨¢s vulnerable de esos trabajadores, ya que laboran sin un pago y sin seguridad social que los proteja en caso de accidente o enfermedad, pero los gobiernos delegacionales s¨ª les imponen horarios y rutas de trabajo, sin reconocerlos como trabajadores formales de limpia.
¡°A veces nosotros acabamos poniendo de nuestra bolsa para arreglar el cami¨®n cuando se descompone, porque si no, no podemos seguir trabajando¡±, cuenta Fernando, quien recoge basura en la zona Centro de la ciudad. Su cami¨®n tiene 20 a?os de antig¨¹edad, igual que la mayor¨ªa de las unidades recolectoras: las m¨¢s nuevas son de modelo 2003 a 2013, mientras las m¨¢s antiguas fueron fabricadas en la d¨¦cada de los 70.
Producci¨®n imparable
-Las 12.000 toneladas diarias de basura que genera la Ciudad de M¨¦xico representan el 20% del total del pa¨ªs, seg¨²n el Instituto de Estad¨ªstica. Esto significa que cada capitalino produce 1,4 kilos de desechos por d¨ªa.
-Del total de residuos s¨®lidos que desecha la Ciudad, 86% es acopiada y trasladada al relleno sanitario. El resto se arroja en barrancas y terrenos bald¨ªos.
-S¨®lo uno de cada 20 capitalinos separa su basura.
-En ninguna de las unidades de transferencia de la Ciudad funcionan los extractores y aspersores de polvo.
Fuentes: Inegi, Conacyt y CDHDF
Desde 2012, la secretar¨ªa de Medio Ambiente local lleva a cabo un exitoso programa de recolecci¨®n de residuos para evitar que estos lleguen a los basureros: el Mercado de Trueque. La iniciativa consiste en invitar a la poblaci¨®n a que lleve sus desechos reciclables limpios y compactados a un centro de recolecci¨®n, en el que a cambio les dan vegetales y frutas mediante un sistema de puntos.
Este programa atrae cada mes a 2.500 ciudadanos que arrastran enormes bolsas de basura hasta el centro de acopio -generalmente un bosque o parque de la ciudad-, seg¨²n la secretaria Tanya M¨¹ller. Hasta mayo pasado, el Mercado de Trueque y el Reciclatr¨®n ¨Cprograma de acopio de residuos electr¨®nicos sin intercambio- han recopilado 1.000 toneladas de desechos que ya no llegaron a los dep¨®sitos sino que ser¨¢n reutilizados, seg¨²n cifras del Gobierno. Los ciudadanos se volvieron 'pepenadores' (recolectores de basura).
Estas iniciativas han aligerado la carga en la cadena de tratamiento, pero la parte m¨¢s pesada permanece: 43% de los desechos generados en la ciudad son org¨¢nicos, son los que provocan la contaminaci¨®n y no son reutilizables. Adem¨¢s, contaminan al resto de los materiales cuando no se separan, y de las 12.000 toneladas de basura generadas por d¨ªa, solo 300 se reciclan.
El Gobierno local no respondi¨® a la solicitud de este diario para exponer su postura frente al tema.?
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