Cementerios de bicicletas en China
El estallido de la burbuja del sector de las bicicletas compartidas en el pa¨ªs deja montones de chatarra en las principales ciudades
La estampa de centenares de bicicletas de colores abandonadas y apiladas en el extrarradio de una gran ciudad china empieza a ser habitual. Es la otra cara de la enorme burbuja registrada en el sector de estos veh¨ªculos compartidos, que si bien ha revolucionado el transporte urbano y recibido inyecciones de capital multimillonarias, se ha topado con un modelo de negocio cuya viabilidad est¨¢ en cuesti¨®n.
Nacidas apenas hace un par de a?os, varias startup chinas se han sumado al tambi¨¦n llamado "Uber de las bicicletas". Cada una con su distintivo color (naranja para Mobike, amarillo para Ofo, azul para Bluegogo, y as¨ª un sinf¨ªn de tonalidades distintas), las compa?¨ªas han desplegado millones de veh¨ªculos en las principales ciudades. El sistema ha sido bien acogido porque es sencillo, pr¨¢ctico y barato. A trav¨¦s de una aplicaci¨®n y tras haber abonado un dep¨®sito a la empresa, cualquiera puede montar en uno de sus veh¨ªculos por un yuan (13 c¨¦ntimos de euro) por cada media hora de uso. Al ir equipados con GPS, el usuario puede dejarlos en cualquier sitio para que otro los use. El pago se efect¨²a a trav¨¦s del m¨®vil.
El secreto del negocio, de hecho, es que haya muchas y que estas se usen varias veces al d¨ªa. Pero si esta ¨²ltima condici¨®n no se cumple, el coste de fabricaci¨®n de la bicicleta apenas puede amortizarse y acaba convirti¨¦ndose en un estorbo en las ya de por s¨ª muy concurridas calles y aceras de las grandes urbes. As¨ª que las autoridades locales ponen en marcha de vez en cuando sus particulares "operaciones de limpieza".
Las ¨²ltimas im¨¢genes que han sorprendido a centenares de internautas son de Xiamen, ciudad costera situada en el sureste de China. En las afueras de la urbe, dos gr¨²as de gran tama?o tratan de lidiar con lo que se ha convertido en una colina de veloc¨ªpedos apilados en una superficie equivalente a la de un campo de f¨²tbol. Muchos en las redes han comparado la estampa con "una obra de arte" por su colorido.
La realidad, sin embargo, es algo m¨¢s mundana: hay muchas bicicletas para no tanta demanda, lo que empieza a poner en serios aprietos a varias empresas. Bluegogo, tercera compa?¨ªa del sector en China, declar¨® hace unos d¨ªas el fin de su actividad por sus dificultades financieras. La firma hab¨ªa desplegado unas 700.000 bicis en todo el pa¨ªs y recaud¨® fondos de varios inversores por valor de m¨¢s de 70 millones de euros. Muchos usuarios (lleg¨® a alcanzar los 20 millones) se han quedado por el momento sin poder recuperar su dep¨®sito.
En el ¨²ltimo a?o y medio el sector ha sido la diana de un inmenso apetito de los inversores. Mobike y Ofo, l¨ªderes indiscutibles, tienen el apoyo financiero de Alibaba y Tencent, gigantes del comercio electr¨®nico y de las redes sociales en China, respectivamente, y est¨¢n inmersas en una guerra de precios para hacerse con el control del mercado. La pr¨¢cticamente en bancarrota Bluegogo espera que una de estas dos grandes se haga con sus operaciones.
Este invierno puede pillar desabrigadas a muchas de estas empresas, sobre todo a las peque?as. No solamente porque cuesta m¨¢s coger una bici si hace fr¨ªo (los ingresos, por lo tanto, caen), sino tambi¨¦n por la entrada en vigor de restricciones al n¨²mero de bicicletas que se pueden desplegar en las ciudades. Ser¨¢ cada vez m¨¢s dif¨ªcil tener el calor de los inversores en un sector en el que solamente se puede sobrevivir gastando grandes cantidades de dinero hasta que quede uno, el que se comer¨¢ el pastel.
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