Un deshielo que no dio alas a la econom¨ªa iran¨ª
La incertidumbre en torno al futuro del pacto nuclear ha dejado en suspenso proyectos de inversi¨®n extranjeros
Cuando Hasan Rohani apareci¨® en enero de 2014 en el Foro de Davos, los directivos de las grandes multinacionales hac¨ªan cola literalmente en el centro de congresos para reunirse con el presidente iran¨ª y su ministro del Petr¨®leo. La posibilidad de un levantamiento de las sanciones ya parec¨ªa real y nadie quer¨ªa quedar al margen de sus jugosos contratos ni de un mercado de casi 80 millones de habitantes. La realidad poco se parece a las expectativas.
Tras el levantamiento efectivo de las sanciones, en enero de 2016, el Fondo Monetario Internacional (FMI) calcul¨® que la econom¨ªa iran¨ª crecer¨ªa un 4% adicional como consecuencia directa del aumento de las exportaciones de petr¨®leo, que la producci¨®n de crudo rondar¨ªa por estas fechas los cuatro millones de barriles diarios y que los flujos de inversi¨®n internacionales se disparar¨ªan en el pa¨ªs de los ayatol¨¢s. Dos a?os y medio despu¨¦s del levantamiento de las sanciones, los beneficios econ¨®micos para Ir¨¢n presentan un balance mixto.
Cierto es que en 2016 el PIB creci¨® un 12,5% pero el a?o pasado apenas un 3,7%. La inflaci¨®n superaba con creces el 30% y, por primera vez en d¨¦cadas, la tasa se situ¨® por debajo del 10%. Pero el desempleo no ha dejado de crecer en estos a?os, hasta el 12,5% el a?o pasado, y la confianza de la poblaci¨®n en las perspectivas econ¨®micas del acuerdo se ha desinflado. Hay algunas causas que explican el estancamiento de la econom¨ªa.
Por un lado, aunque la Uni¨®n Europea ha levantado la mayor¨ªa de las sanciones, Estados Unidos ha mantenido todas aquellas que no ten¨ªan que ver directamente con el acuerdo nuclear. Esas trabas frenan las transacciones entre los bancos iran¨ªes y los estadounidenses y las operaciones con miembros de los Guardianes de la Revoluci¨®n, con una fuerte presencia en la econom¨ªa. Tampoco el Gobierno de Teher¨¢n ha llevado a cabo las reformas y los ajustes previstos, tanto en las cuentas p¨²blicas como en la banca, lastrada por una tasa de morosidad del 12%, ni para combatir su rampante corrupci¨®n.
Finalmente, desde la llegada de Donald Trump ¡°la posibilidad de nuevas sanciones ha desincentivado a muchas industrias extranjeras y a muchos bancos de establecer v¨ªnculos con Ir¨¢n que pueden volver a romperse¡±, asegura un informe del proyecto de Din¨¢micas Econ¨®micas Globales (GED, en sus siglas en ingl¨¦s).
En un encuentro del sector petrolero celebrado en marzo en Londres, la industria dej¨® clara su actitud de esperar y ver. El viceministro del Petr¨®leo, Amir Husein Zamaninia, asegur¨® a los inversores que, en este tiempo, Teher¨¢n ha firmado memorandos de entendimiento (intenciones de inversi¨®n) para 28 proyectos con diferentes compa?¨ªas, incluidas la francesa Total, la italiana Eni, la anglo-holandesa Shell, las rusas Rosneft y Lukoil, y las chinas Sinopec y CNPC, entre otras.
Total, pionera
De todos, el m¨¢s avanzado es el acuerdo con la francesa Total por 4.800 millones de d¨®lares para explotar, junto con CNPC, parte del proyecto de South Pars, el mayor campo de gas del mundo. Pero, la empresa no las tiene todas consigo. ¡°Si el marco cambia, si podemos hacerlo legalmente y ejecutar el contrato, lo haremos. Hay enormes oportunidades en Ir¨¢n. Pero vamos a ver primero si podemos cumplir ese proyecto inicial¡±, admiti¨® Patrick Pouyanne, presidente de Total.
Buena parte de las reticencias a la hora de invertir proceden del sector financiero, escaldado con las multimillonarias sanciones impuestas por EE UU a los bancos HSBC y BNP, de 1.900 y 8.900 millones de d¨®lares, respectivamente. De hecho, uno de los sectores prioritarios para el r¨¦gimen era la renovaci¨®n de la flota a¨¦rea, con m¨¢s de 100 aeronaves encargadas a Airbus por IranAir y otros 80 aparatos a Boeing. Y aunque ambas compa?¨ªas han recibido autorizaciones de exportaci¨®n por parte de EE UU, la banca es reacia a financiar estas compras por temor a nuevas sanciones.
Lo mismo ha sucedido con la industria automovil¨ªstica. Peugeot anunci¨® inversiones por 700 millones de euros, Renault se ha comprometido a construir una nueva planta para producir 350.000 veh¨ªculos al a?o y Volkswagen ha anunciado que volver¨¢ a exportar al pa¨ªs tras 17 a?os. En cambio, BMW, con una elevada exposici¨®n al mercado estadounidense, ha aplazado sus proyectos.
Siemens, Alstom, Ferrovie dello Stato y la empresa ferroviaria china han comprometido inversiones millonarias para renovar los trenes, construir l¨ªneas de alta velocidad y desarrollar la red de metro. Pero ahora todos pueden verse obligados a esperar y ver.
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