Jap¨®n acoge el segundo toro de Osborne erigido fuera de Espa?a
La obra, de Santiago Sierra, ha sido construida con t¨¦cnicas antis¨ªsmicas y se exhibir¨¢ en la Trienal de Arte Echigo Tsumari, la exposici¨®n al aire libre m¨¢s grande del mundo
Un toro de Osborne, obra del artista Santiago Sierra (Madrid, 1966), erigido frente al pueblo japon¨¦s de Matsunoyama (3.000 habitantes) ser¨¢ el segundo toro no publicitario de Osborne fuera de Espa?a, despu¨¦s del construido en el Superkilen Park de Copenhague (Dinamarca) en 2016. La obra, construida con t¨¦cnicas antis¨ªsmicas nunca usadas en la ic¨®nica valla de la firma espa?ola de bebidas alcoh¨®licas y jamones, se inaugur¨® el pasado domingo, mide diez metros de altura por diez de ancho y se exhibir¨¢ durante tres meses en la Trienal de Arte Echigo Tsumari, conocida como la feria de arte al aire libre m¨¢s grande del mundo con 160 artistas invitados para intervenir un paisaje de 760 kil¨®metros cuadrados.
En septiembre, el pueblo de Matsunoyama, famoso por sus aguas termales curativas, decidir¨¢ si adopta de forma definitivael toro de Santiago Serra. La trienal fue iniciada en el a?o 2000 para reanimar zonas rurales cada vez menos pobladas, o aisladas por las fuertes nevadas, y en cada edici¨®n fomenta la permanencia de las principales obras con el fin de generar visitas todo el a?o.
As¨ª, en un paisaje de campos de arroz, granjas tradicionales de madera y escuelas abandonadas, es posible encontrarse con obras firmadas por artistas como James Turrel, Marina Abramovic o Yayoi Kusama. Un presupuesto de unos 4,5 millones de euros reunido con subvenciones, aportes de impuestos y donaciones, se usa para pagar a los artistas y producir sus obras.
El toro de Osborne, titulado Black Symbol (S¨ªmbolo negro), se fabric¨® en acero cort¨¦n tras adaptar el manual de construcci¨®n espa?ol a las exigencias de un archipi¨¦lago propenso a los terremotos y una regi¨®n con acumulaciones de nieve de hasta tres metros. ¡°Ser¨¢ el toro m¨¢s seguro de todos¡±, afirma el director de comunicaci¨®n de Osborne, Iv¨¢n Llanza, quien explica que en Espa?a el requisito m¨¢s frecuente es orientar las estructuras con el filo hacia el viento dominante.
La idea de poner un toro en Jap¨®n parti¨® de Santiago Sierra, contin¨²a el portavoz que presenta al artista madrile?o como ¡°Premio Nacional¡± de artes pl¨¢sticas, pese a que el galard¨®n fue rechazado por el homenajeado con el argumento de que ¡°instrumentaliza en beneficio del Estado el prestigio del premiado¡±. Sierra, que declin¨® dar declaraciones para esta cr¨®nica, pidi¨® autorizaci¨®n a Osborne por considerar que la c¨¦lebre silueta era apropiada para integrarla en el entorno rural de un pa¨ªs que admira mucho.
Uno de los organizadores de la trienal, Takafumi Shimoka, considera que el concepto de Sierra cumple con los principios ecol¨®gicos de la muestra y es ¡°casi seguro¡± que la obra se sume al prestigioso cat¨¢logo permanente de la regi¨®n por lo singular de su bagaje cultural y pese a ser un s¨ªmbolo de identidad corporativa.
Aunque desde finales del siglo pasado los japoneses reemplazaron la imagen de la Espa?a taur¨®fila de Hemingway por la Sagrada Familia de Gaud¨ª y el baile flamenco, los toros mantienen una fuerte connotaci¨®n ib¨¦rica por la noticia puntual cada 6 de julio en medios locales y redes del chupinazo de los Sanfermines.
Para el portavoz de Osborne dejar un ¡°pueblo con toro¡± en Niigata ser¨¢ el aporte de su empresa a las celebraciones de los 150 a?os de relaciones diplom¨¢ticas entre Espa?a y Jap¨®n (1868-2018), en un a?o adem¨¢s afortunado para su sector por la reciente formalizaci¨®n del acuerdo de libre comercio entre la Uni¨®n Europea y Jap¨®n que reducir¨¢, entre otros, aranceles a las importaciones niponas de vinos y carnes.
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