Costa Rica encara la cuarta semana de huelga en el sector p¨²blico sin acuerdo a la vista

El Gobierno de Costa Rica y los sindicatos del sector p¨²blico han fracasado este domingo en el ¨²ltimo intento por alcanzar un acuerdo que ponga final a la huelga m¨¢s larga que vive el pa¨ªs centroamericano en casi dos d¨¦cadas. El movimiento de protesta cumplir¨¢ a primera hora del lunes tres semanas, con alteraciones en los servicios estatales y p¨¦rdidas a¨²n sin determinar en el principal motor de la econom¨ªa tica -el turismo-.

Los dirigentes sindicales han rechazado en las ¨²ltimas horas el acuerdo preliminar anunciado en la madrugada del s¨¢bado junto a una comisi¨®n designada por el presidente Carlos Alvarado (centroizquierda) y que hab¨ªa contado con la Iglesia cat¨®lica como intermediario para facilitar el acercamiento entre ambas partes. El documento mencionaba el fin de la huelga y la apertura de negociaciones paralelas a la reforma fiscal, pero una mayor¨ªa de bases gremiales insisten en que el Ejecutivo debe desistir del proyecto que impulsa en el Congreso para enfrentar la mayor crisis fiscal desde 1980. Las agrupaciones de trabajadores hospitalarios s¨ª avalaron el acuerdo, pero el bloque sindical intenta mantenerse unido en su pulso con el Gobierno, que, a su vez, cuenta con el apoyo de parte de la oposici¨®n.

Aunque la huelga no ha paralizado todos los servicios p¨²blicos ni la actividad econ¨®mica en su conjunto, s¨ª ha afectado al d¨ªa a d¨ªa de miles de estudiantes de centros estatales, de asegurados que perdieron citas m¨¦dicas y de operaciones programadas desde tiempo atr¨¢s. Tambi¨¦n hay ciudadanos perjudicados por los bloqueos intermitentes en las calles en distintos puntos del pa¨ªs e importantes sectores econ¨®micos golpeados en proporciones que ni los empresarios ni el Gobierno han dimensionado a¨²n.

Da?o al turismo

Uno de los sectores m¨¢s afectados es el turismo, aut¨¦ntica joya de la econom¨ªa costarricense: de ¨¦l depende m¨¢s de uno de cada cuatro trabajadores. Hasta la fecha, las p¨¦rdidas en ese sector rondan los tres millones de d¨®lares, seg¨²n los c¨¢lculos de Sary Valverde, presidenta de la C¨¢mara Nacional de Turismo (Canatur), en declaraciones a EL PA?S. Los ingresos, siempre seg¨²n sus cifras, han ca¨ªdo hasta en un 20% en hoteles, restaurantes y tours.

La empresa de cruceros Celebrity ha descartado atracar en la costa del Pac¨ªfico tico. Otros dos cruceros en el Caribe s¨ª lo han hecho, pero sus pasajeros han tenido que salir del puerto escoltados por la polic¨ªa. ¡°Se pregunta uno si esta es la imagen que se quer¨ªan llevar los turistas sobre nuestro pa¨ªs. Es un golpe fuerte para una industria clave. Esperemos que no afecte la temporada alta que empieza en noviembre¡±, dijo Valverde sobre el sector que representa el 40% de las exportaciones y que preve¨ªa registrar un crecimiento del 5% este a?o. Esa previsi¨®n queda en cuarentena ante la disrupci¨®n ocasionada en las tres ¨²ltimas semanas.

La C¨¢mara Costarricense de la Construcci¨®n inform¨® el viernes del despido de 300 trabajadores por parte de sus empresas asociadas, ante el par¨®n provocado por las dificultades para conseguir la materia prima necesaria para la elaboraci¨®n del asfalto. Las alteraciones en los puertos tambi¨¦n preocupan a los productores de pi?a, fruta de la cual Costa Rica es el mayor exportador del mundo. El presidente de la C¨¢mara de Industrias, Enrique Egloff, acus¨® a los sindicatos de afectar el funcionamiento del pa¨ªs solo para defender los ¡°privilegios¡± de los trabajadores p¨²blicos, dada la pol¨ªtica de recorte de gastos que contiene la reforma fiscal.

Aunque los sindicatos no lograron paralizar el pa¨ªs como se lo propusieron, la huelga s¨ª ha provocado alteraciones en distintos puntos del pa¨ªs. Durante la primera semana de paros, en el Caribe se registraron actos vand¨¢licos que la Polic¨ªa atribuy¨® al clima de inestabilidad provocado por la huelga. El Gobierno tambi¨¦n denunci¨® el intento de sabotaje del servicio en la empresa estatal de combustibles (Refinadora Costarricense de Petr¨®leo, Recope) y los trastornos tambi¨¦n han afectado al transporte y han provocado, puntualmente, desabastecimiento en algunas gasolineras.

Recope es una de las cinco instituciones en las que m¨¢s apoyo ha tenido la huelga, junto a los maestros, trabajadores de los hospitales, el Instituto Costarricense de Electricidad -aunque no se interrumpi¨® el suministro- y la entidad que administra los puertos del Caribe, que han tenido que ser controlados por las fuerzas de seguridad para evitar interrupciones en la llegada de productos al pa¨ªs. Los porcentajes de apoyo a la huelga var¨ªan mucho entre la versi¨®n sindical y la gubernamental.

Tijeretazo fiscal

¡°Estamos unidos. Lo que recibimos esta tarde fue un plant¨®n del Gobierno, que sali¨® huyendo¡±, dijo este domingo Albino Vargas, un veterano dirigente sindical que acusa al presidente Alvarado de estar ¡°secuestrado por los neoliberales¡±. Fuentes del Gobierno dudan de la capacidad del bloque sindical de sostener unido la huelga por mucho tiempo m¨¢s y cuestionan el liderazgo de los dirigentes y su intenci¨®n real de di¨¢logo. ¡°Lo que sigue es que la reforma fiscal siga avanzando con toda la fuerza en la Asamblea Legislativa porque necesitamos sanear las finanzas¡±, afirm¨® la ministra de Planificaci¨®n, Pilar Garrido.

El Ejecutivo considera indispensable aprobar en octubre el proyecto de estabilizaci¨®n de las finanzas p¨²blicas para frenar el crecimiento de la deuda (que ya supera el 50% del PIB). El proyecto legislativo aportar¨ªa unos 390.000 millones de colones (casi 680 millones de d¨®lares), un tercio de lo necesario para dejar en cero el hoy abultado d¨¦ficit fiscal, del 7% del PIB. La reforma propone un aumento de la carga fiscal y un fuerte recorte del gasto que pasa por limitar el crecimiento del salario de un buen n¨²mero de trabajadores estatales (el 15% de la fuerza laboral). Este tijeretazo, junto con la puesta en marcha de un impuesto del 1% a varios productos de la canasta b¨¢sica son los principales motivos aducidos para los paros.

La huelga tuvo el apoyo del ¨²nico diputado de izquierda, Jos¨¦ Mar¨ªa Villalta (Frente Amplio) y despert¨® tambi¨¦n simpat¨ªas en el Partido Restauraci¨®n Nacional (PRN), de base religiosa evang¨¦lica y convertida en tercera fuerza pol¨ªtica en el Legislativo tras las pasadas elecciones. Sostienen que la reforma golpear¨¢ m¨¢s a la clase media y a quienes viven por debajo del umbral de la pobreza (uno de cada cinco costarricenses). El Gobierno, por su parte, remarca que 80 de cada 100 colones recaudados por el fisco con este proyecto provendr¨¢n de los sectores m¨¢s acaudalados.

Pr¨¦stamo de emergencia

Alvarado, que lleg¨® al poder en mayo con el progresista Partido Acci¨®n Ciudadana (PAC), gobierna con un equipo econ¨®mico m¨¢s cercano a las tesis de mercado. Para sacar adelante el plan fiscal cuenta con el apoyo de las fuerzas tradicionales: Liberaci¨®n Nacional (PLN, la mayor bancada legislativa) y Unidad Social Cristiana (PUSC).

La aprobaci¨®n definitiva del paquete fiscal, sin embargo, a¨²n depende de la posibilidad de aumentar la carga fiscal que recae sobre grandes empresas o cooperativas. La ministra de Hacienda, Roc¨ªo Aguilar, admite que la reforma es ¡°insuficiente¡± e imperfecta, pero insiste en que es necesaria por los ingresos que dar¨ªa al fisco y por la se?al de saneamiento financiero ante los mercados internacionales, que han elevado el inter¨¦s que exigen a Costa Rica ante la creciente desconfianza sobre el estado de las cuentas p¨²blicas.

Ante la falta de liquidez, el Gobierno firm¨® el mi¨¦rcoles un pr¨¦stamo de emergencia de 860 millones de d¨®lares con el banco central tico. El cr¨¦dito, por tres meses, obliga a Costa Rica a emitir moneda y pone, de esa forma, en entredicho la estabilidad de precios y el tipo de cambio. ¡°Estoy comprometido a hacer absolutamente todo lo necesario para evitar una crisis econ¨®mica¡±, dijo el martes el presidente Alvarado, consciente de que ciertos sectores temen llegar a una situaci¨®n como la que hoy atraviesa Argentina o como la que vivi¨® la propia Costa Rica en la d¨¦cada de los ochenta, cuando la pobreza se dispar¨® hasta el 40% de la poblaci¨®n.