La caravana de migrantes entra en territorio mexicano
El grupo rompe la valla fronteriza del lado guatemalteco, supera el cord¨®n policial y accede al pa¨ªs norteamericano
"?De aqu¨ª no nos vamos hasta que nos dejen pasar!", gritaba el jueves la caravana de alrededor de 4.000 migrantes hondure?os que trata de alcanzar Estados Unidos, agolpada contra las vallas de uno de los dos puentes fronterizos entre Guatemala y M¨¦xico en la localidad de Tec¨²n Um¨¢n. Este viernes un grupo de mujeres, ni?os y ancianos ha logrado por fin entrar en territorio mexicano y ser atendidos por el Instituto Nacional de Inmigraciones tras derribar la valla del lado guatemalteco y cruzar el puente sobre el r¨ªo Suchiate. Sin embargo, el grueso de la caravana permanece a¨²n en el viaducto fronterizo que conecta el municipio guatemalteco con Ciudad Hidalgo (Chiapas).
La frontera viv¨ªa momentos de m¨¢xima tensi¨®n desde primera hora de este viernes, despu¨¦s de que los migrantes hondure?os se arremolinasen en el centro de Tec¨²n Um¨¢n y rompiesen el cerco policial que resguardaba la aduana guatemalteca. Derribada la valla fronteriza, los migrantes se lanzaron al puente que comunica con M¨¦xico.
Muchos gritaban "?s¨ª se pudo!", algunos cantaban el himno nacional y otros simplemente repet¨ªan el nombre de su pa¨ªs: "?Honduras, Honduras!". Hab¨ªa tanta gente que muchos se quedaron varados en el puente, sentados en el piso, agotados. Algunos descansaban en medio de un calor tan asfixiante que oblig¨® a algunas mujeres y ni?os a retroceder hacia Guatemala. Kymberly Olivares, 22 a?os, que viene de Tegucigalpa, estaba muerta de hambre: "Es incre¨ªble lo que nos hacen hacer", dec¨ªa. Pasadas las 13.30, un helic¨®ptero de la Polic¨ªa Federal sobrevolaba la frontera. Abajo, en el r¨ªo, las barcazas que normalmente cubren la distancia entre ambos pa¨ªses, iban y ven¨ªan con la parsimonia habitual.
La situaci¨®n ha sido bastante confusa. Al parecer, algunos migrantes han lanzado piedras y cartones a los polic¨ªas, que esperaban del lado mexicano, para evitar la entrada en masa de la caravana. Manelich Castilla, comisionado de la Polic¨ªa Federal, ha dicho: "Fuimos agredidos por manera muy fuerte por personas que se encontraban ya del lado de M¨¦xico, con cartones, con piedras. Tenemos compa?eros lesionados". El secretario de Gobernaci¨®n, Alfonso Navarrete, ha ido m¨¢s all¨¢: "[Los migrantes] han utilizado a mujeres y ni?os como carne de ca?¨®n para intentar pasar".
Por la ma?ana, antes de romper la valla, la vanguardia de la caravana ya coreaba: "?Los inmigrantes no somos criminales, somos trabajadores internacionales!". "Estamos muy agradecidos con Guatemala, pero ya no podemos esperar m¨¢s: queremos trabajar, queremos un mejor futuro, queremos llegar a Estados Unidos", agregaba Jaro Sierra, de 21 a?os, mientras sosten¨ªa una bandera guatemalteca. Nadie quer¨ªa moverse y perder la oportunidad de cruzar a territorio mexicano.
Era una carrera contra el tiempo y la tensi¨®n no dej¨® de aumentar hasta el cruce final. Dos filas de polic¨ªas guatemaltecos resguardaban, infructuosamente, la aduana del puente fronterizo. A unos metros, el contingente se organizaba para cruzar: los ni?os y mujeres que antes no hab¨ªan dado marcha atr¨¢s eran los primeros en pasar mientras los representantes de la ONU trataban de negociar para que les dejaran cruzar. La multitud se alborotaba y lanzaba arengas contra Trump. Mientras, el secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, insist¨ªa en Ciudad de M¨¦xico ante su hom¨®logo, Luis Videgaray, en que M¨¦xico debe frenar la caravana.
La mayor prueba para los migrantes se present¨® a unos 650 kil¨®metros de San Pedro Sula, el lugar de donde partieron el pasado s¨¢bado. La vanguardia lleg¨® el martes y las primeras solicitudes de refugio se empezaron a tramitar el jueves, seg¨²n han informado las autoridades mexicanas. Las peticiones de asilo se han multiplicado por m¨¢s de 11 en un lustro en el pa¨ªs, pasando de 1.296 en 2013 a 14.596 en 2017. Nueve de cada diez provinieron de Honduras, El Salvador y Guatemala. El a?o pasado solo se aprobaron 1.907, el 13%.
"No tenemos miedo", dec¨ªa Carmen Enamorado, mientras se aferraba a un cami¨®n de carga, que viajaba atiborrado con 50 personas. Algunos colgaban del techo y otros se agarran de las puertas del tr¨¢iler.
"?Vamos bien, llevamos viajando desde el s¨¢bado, ya casi llegamos!", gritaba otro migrante hondure?o. Ellos iban un poco m¨¢s atr¨¢s, pero viajaban m¨¢s seguros, menos hacinados. Era una veintena de personas que asomaban la cabeza sobre la caja descubierta de un cami¨®n m¨¢s peque?o a su paso por el poblado de Retalhuleu, a 80 kil¨®metros de la l¨ªnea fronteriza. Cuanto m¨¢s se avanza hacia M¨¦xico se ve¨ªa a m¨¢s personas, subiendo a transporte de carga, andando con banderas de Guatemala y Honduras.
Las intensas lluvias han hecho muy dif¨ªcil el tr¨¢nsito de los migrantes. Las ansias por no quedarse atr¨¢s son vistas con preocupaci¨®n por los miembros de la red guatemalteca de acogida, sobre todo por la fuerte presencia de ni?os, j¨®venes y mujeres embarazadas. El cansancio, el hambre y el desgaste han pasado factura a los cuerpos de los migrantes en jornadas de varias decenas o, incluso, cientos de kil¨®metros a pie, en autob¨²s o viajando a dedo.
Las noticias sobre la llegada este viernes del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, a territorio mexicano discurr¨ªan con lentitud entre los migrantes. En el centro de las confrontaciones diplom¨¢ticas entre los Gobiernos de Estados Unidos, M¨¦xico, Guatemala, Honduras y El Salvador est¨¢n miles de personas sin viso de detener su traves¨ªa. En el terreno no hay grandes debates sobre pol¨ªtica. Los centroamericanos en tr¨¢nsito se concentran casi de forma exclusiva en su af¨¢n de seguir, sin importar las amenazas y las grandilocuencias institucionales.
La gran inc¨®gnita es qu¨¦ va a pasar si esas tensiones en las altas esferas del poder ¡ªcon el secretario de Estado de EE UU este viernes en la capital mexicana¡ª y en las orillas del r¨ªo Suchiate se combinan. Hasta ahora, el punto m¨¢s ¨¢lgido de la caravana se hab¨ªa producido el pasado fin de semana, cuando se contuvo a los inmigrantes en su paso a Guatemala. La lentitud de los tr¨¢mites migratorios, la concentraci¨®n masiva de hondure?os ¡ªcon y sin papeles¡ª y la porosidad de la frontera entre Ciudad Hidalgo (M¨¦xico) y Tec¨²n Um¨¢n formaban un c¨®ctel de tentaciones peligrosas para que muchos intentasen cruzar con ayuda de traficantes o en balsas improvisadas, tratando de evitar los dos puentes fronterizos de esta localidad, completamente colapsados. Finalmente, el derribo de la valla fronteriza ha permitido el primero de muchos objetivos que tienen por delante: la caravana ya est¨¢ en suelo mexicano.
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