Hidroituango y el gran fracaso del modelo antioque?o
A la destrucci¨®n de miles de hect¨¢reas de bosque, al desplazamiento sistem¨¢tico y violento de las comunidades, a la persecuci¨®n y asesinato de sus l¨ªderes, se suma ahora la desaparici¨®n y muerte del r¨ªo Cauca tras la construcci¨®n de una represa en Colombia
Hay un pasaje de Primero estaba el mar, la turbia y perfecta novela de Tom¨¢s Gonz¨¢lez, donde J., el protagonista, agobiado por la mala situaci¨®n econ¨®mica, decide cortar y vender la madera del terreno donde ¨¦l y su mujer se han refugiado de la vida urbana. Es uno de los momentos m¨¢s tristes de todo el libro porque J. se ha pasado varios cap¨ªtulos admirando la belleza de la selva. "Mientras m¨¢s miro estos ¨¢rboles menos me entusiasma la idea de cortarlos. Pero como vamos no habr¨¢ m¨¢s remedio. Tocar¨¢ participar en la Gesta del Hacha, como dicen los poetas de la raza. ?Paso a la civilizaci¨®n, ceibas de mierda!", escribe J. en su diario con un tono que quiere ser sarc¨¢stico pero que a duras penas es melanc¨®lico y resignado. En esa contrariedad, en esa melancol¨ªa donde la autoconciencia del destino manifiesto del paisa se revela con iron¨ªa, uno percibe que J. habr¨ªa querido hacer las cosas de otra manera, pero sencillamente no sabe c¨®mo: al fin y al cabo, J. es, aunque renegado, un antioque?o de la cabeza a los pies. La tensi¨®n inicial entre el rechazo a la socialidad de Medell¨ªn y el impulso de la huida a la naturaleza ¡ªel impulso de vivir de otra manera, de romper con el legado de la "raza"¡ª va cediendo poco a poco ante las leyes de una econom¨ªa pol¨ªtica que J. lleva consigo, inscrita en su cuerpo. Para J. no hay alternativa porque para ¨¦l, en el fondo de su esp¨ªritu, solo existe una ¨²nica manera de estar en el mundo y es transformando el territorio en propiedad, los seres vivos en mercanc¨ªas, los cuerpos en pura fuerza de trabajo.
Uno se pregunta entonces si las cosas no habr¨ªan podido suceder de otra manera, qu¨¦ habr¨ªa pasado si J., por ejemplo, hubiera entablado una relaci¨®n diferente con los habitantes de la zona, si en lugar de verlos como posibles peones, sirvientes, objetos pasivos de la explotaci¨®n laboral o sexual, J. les hubiera preguntado al menos c¨®mo vivir all¨ª, c¨®mo usar los recursos, c¨®mo aprovecharlos de una manera que no pasara necesariamente por una visi¨®n estrecha del negocio y el lucro.
Pues bien, este ejemplo prestado de la literatura nos permite comprender mejor el horror humano y medioambiental de la represa de Hidroituango, una nueva repetici¨®n a gran escala de aquella tragedia at¨¢vica de la antioque?idad encarnada por J. en la novela de Gonz¨¢lez. Sus impulsores visibles e invisibles ¡ªentre los primeros, el expresidente ?lvaro Uribe y el exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo¡ª han insistido en mostrar que la construcci¨®n de esta obra era algo inevitable, prioritario, esencial y, por supuesto, imposible de detener. En suma, que no hab¨ªa alternativa. Entretanto, el movimiento R¨ªos Vivos lleva a?os denunciando el acoso a las comunidades ribere?as y se calcula por centenas la cifra de cuerpos de desaparecidos que fueron arrojados al agua durante el largo y violento proceso de instauraci¨®n del gran proyecto hidroel¨¦ctrico en la zona. A la destrucci¨®n de miles de hect¨¢reas de bosque tropical seco ¡ªun ecosistema en v¨ªas de desaparici¨®n en el planeta y, por eso mismo, vital para la regulaci¨®n del clima¡ª, al desplazamiento sistem¨¢tico y violento de las comunidades, a la persecuci¨®n y asesinato de sus l¨ªderes, se suma ahora el que quiz¨¢s sea el mayor desastre ecol¨®gico de la historia de Colombia: la desaparici¨®n y muerte por estrangulaci¨®n del r¨ªo Cauca, el segundo m¨¢s importante del pa¨ªs, ocasionado por el cierre de las compuertas de la represa, en riesgo de derrumbe desde mayo pasado, cuando una falla estructural puso al descubierto una serie de irregularidades en la gesti¨®n del proyecto.
Pero los responsables del desastre, la EPM (Empresas P¨²blicas de Medell¨ªn) y la Gobernaci¨®n de Antioquia, sus principales inversores, repiten que la hidroel¨¦ctrica es indispensable y que se trata de una demostraci¨®n m¨¢s de su compromiso con el progreso, cuando toda la evidencia apunta a una oscura cadena de corrupci¨®n, crimen, irresponsabilidad y chamboner¨ªa.
En los ¨²ltimos d¨ªas el cauce del r¨ªo ha descendido tanto que el paisaje cambi¨® dr¨¢sticamente: ya no hay r¨ªo, sino una planicie de arenales secos donde las canoas aparecen varadas sobre los cientos de miles de peces que mueren atrapados en el fango. Y por si no bastara con esa imagen desoladora, la empresa no tuvo mejor idea que enviar a unos empleados con cubos de pl¨¢stico para ¡°salvar¡± a la fauna moribunda del r¨ªo.
Desde hace m¨¢s de siete meses, se habla incluso de la posibilidad de que los diques se rompan, lo cual provocar¨ªa una cat¨¢strofe de proporciones dif¨ªciles de calcular en t¨¦rminos de p¨¦rdidas humanas y da?o medioambiental, de ah¨ª que algunos expertos no duden en comparar este caso con Chern¨®bil.
Hidroituango, un proyecto concebido como un s¨ªmbolo del modelo colonizador antioque?o, ha acabado por convertirse en lo contrario: representa el fracaso de ese modelo, de esa gesta del hacha que, bajo la mitolog¨ªa del individuo y la civilizaci¨®n, ha tra¨ªdo en las ¨²ltimas d¨¦cadas destrucci¨®n y muerte por todo el pa¨ªs.
?Existen alternativas a ese modelo? Por supuesto, aunque no se prev¨¦ un cambio de paradigma en el futuro inmediato, mucho menos en este gobierno desde?oso de la paz, err¨¢tico en su modelo de desarrollo y falto de imaginaci¨®n a la hora de proponer algo distinto a una repetici¨®n mec¨¢nica de la guerra uribista de hace quince a?os.
De momento, al menos, podr¨ªamos empezar por escuchar a la gente de los territorios, a los l¨ªderes y t¨¦cnicos de los movimientos sociales como R¨ªos Vivos, a gente como don Antonio Oliveros, un campesino y trovador del municipio ribere?o de C¨¢ceres, que viene advirtiendo en sus versos: ¡°Y s¨ª es muy cierto que hace falta la energ¨ªa / pero EPM nunca pens¨® en los dem¨¢s/ el da?o grande que le causa a nuestras vidas/ si esa represa un d¨ªa les llega a fallar.¡±
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