Las discrepancias sobre si investigar la corrupci¨®n de la c¨²pula judicial abre fisuras en el bolsonarismo

Los ¨²ltimos d¨ªas, algo inusual ocurri¨® entre simpatizantes del presidente Jair Bolsonaro (PSL,?Partido Social Liberal).?Hasta el momento, en sus influyentes grupos del mundo virtual, especialmente en WhatsApp, era raro ¡ªpor no decir imposible¡ª encontrar cr¨ªticas contra el mandatario o contra cualquiera de sus tres hijos pol¨ªticos:?el senador Fl¨¢vio, el diputado federal Eduardo y el concejal Carlos.?Pero ha bastado una maniobra considerada turbia de Flavio Bolsonaro contra la creaci¨®n de una comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria para investigar a la c¨²pula del Poder Judicial para acabar con este blindaje. Desde la noche del lunes, es f¨¢cil encontrar memes y cr¨ªticas en las redes sociales contra el hijo mayor del presidente.

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Mientras Bolsonaro se recupera de su cuarta cirug¨ªa en un hospital de S?o Paulo,?el senador Flavio se ha erigido como uno de los principales promotores para impedir que se constituya la comisi¨®n destinada a investigar a los magistrados de las cortes superiores de justicia, incluido el Supremo. ?l lo niega vehementemente. Para crear la comisi¨®n de investigaci¨®n, cuyos defensores consideran que es necesaria para seguir con el trabajo contra la corrupci¨®n de la operaci¨®n Lava Jato e impedir retrocesos, se necesitan las firmas de 27 senadores. Este qu¨®rum se alcanz¨® la semana pasada. Pero, la tarde del lunes, Maria do Carmo Alves, del partido Dem¨®cratas, desisti¨® de apoyar la medida. Oficialmente, aleg¨® que su partido estaba concentrado en respaldar las reformas econ¨®micas y que este ¡°no es el momento de debilitar las instituciones democr¨¢ticas¡±. No obstante, EL PA?S pudo saber que fue Flavio Bolsonaro el primero que le pidi¨® que retirara su nombre. Lo mismo hizo el hijo del presidente con al menos otros tres parlamentarios. Otro que tambi¨¦n se dirigi¨® a do Carmo fue el presidente del Senado y correligionario de ella, Davi Alcolumbre, aunque la senadora tambi¨¦n niegue la interferencia de los colegas.

La retitada del apoyo de Do Carmo fue la gota que colm¨® el vaso para irritar a los promotores de la iniciativa, crear una peque?a crisis en el partido de Bolsonaro y para enfadar a parte de los bolsonaristas en los grupos de WhatsApp. Sin el n¨²mero legal estipulado para crear la comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n, sus promotores tratan ahora de obtener nuevos apoyos, y ni siquiera el Ejecutivo se libra de su artiller¨ªa.

Esta es la tercera vez que se intenta constituir esta comisi¨®n sobre la c¨²pula judicial. En las otras dos ocasiones tambi¨¦n se produjeron retiradas de firmas en el ¨²ltimo minuto y el archivo por parte del presidente de la C¨¢mara alta. La ambig¨¹edad del Ejecutivo y del partido de Bolsonaro siempre ha estado presente. Por un lado, estaba el alineamiento con los "lavajatistas" y el apoyo t¨¢cito al bolsonarismo m¨¢s radical que criticaba a la Corte Suprema de Brasil. Por otro, estaba un Gobierno reci¨¦n constituido que no ver¨ªa ventajas en un nuevo alboroto en el Parlamento con una comisi¨®n, mucho menos con una que confrontaba directamente a la c¨²pula del Poder Judicial. Ahora, ha cobrado cuerpo el papel del hijo mayor del presidente quien, causante de un esc¨¢ndalo, tampoco quiere enemistarse con los magistrados m¨¢s poderosos del pa¨ªs. Hay un proceso abierto en la Justicia de Rio de Janeiro que investiga si Flavio, cuando era diputado estatal, percib¨ªa parte de los sueldos que cobraban los funcionarios que ¨¦l mismo hab¨ªa nombrado. Se trata del caso que salpica a su exch¨®fer y expolic¨ªa, Fabr¨ªcio Queiroz, sospechoso de su ser testaferro. El procedimiento se encuentra paralizado por una resoluci¨®n del magistrado Antonio Dias Toffoli, presidente del Constitucional brasile?o.

Los movimientos que repercuten en las redes han acabado por agravar una divisi¨®n entre los bolsonaristas fieles y los lavajatistas, aquellos que votaron al presidente apostando en su discurso anticorrupci¨®n. El segundo grupo tiene como principal referencia al ministro de Justicia, S¨¦rgio Moro, por delante de Jair Bolsonaro. Y, a pesar de los embates internos entre el presidente y su auxiliar,?el exjuez de la Operaci¨®n Lava Jato parece inc¨®lume a los ataques que recibi¨® las ¨²ltimas semanas, con las revelaciones del esc¨¢ndalo de las filtraciones de los mensajes telef¨®nicos, denominado Vaza Jato. Mientras que la popularidad de Bolsonaro a d¨ªa de hoy ha ca¨ªdo hasta el 29%, la de Moro alcanza el 54%, conforme arroja un estudio de Datafolha.

Un ejemplo elocuente de que el senador no est¨¢ a salvo de las bolsonaristas ocurri¨® cuando el administrador de uno de los grupos de WhatsApp que apoya al presidente envi¨® recientemente el siguiente mensaje a sus 15.000 miembros: ¡°Hemos recibido pocas pero ruidosas cr¨ªticas por estar atacando al senador Fl¨¢vio Bolsonaro. Por eso, lanzo una ¨²nica pregunta: ?Por qu¨¦ Flavio no ha firmado la lista que solicita que se abra la CPI de la Lava Toga (en referencia a la comisi¨®n de investigaci¨®n)? A estos apasionados les pedimos que, en vez de seguir toc¨¢ndonos las narices, con todo el respeto, llamen al senador y se lo pregunten directamente a ¨¦l¡±. Seguidamente, comparti¨® el tel¨¦fono del gabinete del parlamentario.

Un dato que llama la atenci¨®n de los simpatizantes es que el ¨²nico de los cuatro senadores del PSL que no ha firmado la petici¨®n ha sido Fl¨¢vio Bolsonaro. Dos de los que la firmaron, Major Ol¨ªmpio y Selma Arruda, ya estudian abandonar la formaci¨®n si el partido insiste en dificultar la iniciativa. El presidente del PSL, el diputado Luciano Bivar, emiti¨® un comunicado admitiendo que fue ¨¦l el responsable de la articulaci¨®n contra la comisi¨®n, eximiendo as¨ª a Fl¨¢vio. Pero, antes, lleg¨® a decir a la web O Antagonista que el primog¨¦nito del presidente hab¨ªa actuado en nombre del partido.

Para el promotor de la CPI, el senador Alessandro Vieira, del partido Ciudadan¨ªa, hay al menos tres grupos de inter¨¦s intentando impedir la investigaci¨®n: los magistrados, los pol¨ªticos que tienen procesos judiciales o investigaciones en curso y un grupo de empresarios que no quiere correr el riesgo de que las reformas econ¨®micas acaben bloqueadas en el parlamento nacional. ¡°Tenemos hoy un poder que cree que no puede ser vigilado, el Judicial. Es el momento de cambiar eso, por el bien de la democracia¡±.