Un d¨ªa fren¨¦tico de campa?a con Evo
EL PA?S acompa?a al presidente de Bolivia que aspira a un cuarto mandato el pr¨®ximo 20 de octubre aupado por el crecimiento y la reducci¨®n de la pobreza


Evo Morales ¨CEl Evo, para la gente; hermano presidente, compa?ero presidente o hermano compa?ero presidente, dependiendo qui¨¦n de su c¨ªrculo se dirija a ¨¦l¡ª sube al avi¨®n, se acomoda tras saludar y rompe el inc¨®modo silencio con una pregunta sobre las preferencias futboleras. Es la primera muestra de que las conversaciones las arranca ¨¦l; pocas veces le gusta que le fuercen a hablar. Ser¨¢ la t¨®nica de la jornada: cuatro viajes en avi¨®n, otros tantos en helic¨®ptero, idas y venidas en carretera en un d¨ªa de campa?a por Bolivia con el presidente de Am¨¦rica Latina que m¨¢s a?os lleva ejerciendo el poder: 14, que pretende que sean cuatro m¨¢s tras las elecciones del 20 de octubre. O qui¨¦n sabe, viendo su trayectoria, si ser¨¢n al menos cuatro a?os m¨¢s.
"Yo, en Espa?a le voy al Real y en Europa, al Bar?a, as¨ª no tengo problemas con los amigos espa?oles". El comentario, m¨¢s all¨¢ de la broma, revela una de las habilidades del antiguo l¨ªder cocalero, a punto de cumplir 60 a?os, que lleg¨® al poder en la primera d¨¦cada del siglo con la ola de dirigentes de izquierda que pobl¨® Sudamerica, con Hugo Ch¨¢vez y Lula como estandartes, y que ahora es un oasis en la regi¨®n: saber contentar y relacionarse con todo el mundo. Lo mismo asiste a la toma de posesi¨®n de Jair Bolsonaro pese a encarnar todo lo que el presidente de Brasil detesta, que defiende sin ambages a Nicol¨¢s Maduro; nacionaliz¨® empresas espa?olas y ahora recibe parabienes de los empresarios; se vio con Emmanuel Macron y Angela Merkel en Nueva York recientemente y con Mauricio Macri e Iv¨¢n Duque mantiene relaciones cordiales, para frustraci¨®n de los seguidores de estos. "Si los presidentes son electos por el pueblo, a m¨ª me da igual si son de derecha o neoliberales, los respeto, porque es la ¨²nica forma de que me respeten. Si queremos hacer negocios para nuestros pa¨ªses, tenemos que entendernos".
Al poco de despegar el avi¨®n presidencial ¡ª"el avi¨®n secuestrado", lo llama, por el aterrizaje de emergencia que tuvo que hacer en Austria en 2013 despu¨¦s de que, volviendo de un viaje a Rusia, le negaran sobrevolar Francia, Portugal, Espa?a e Italia por los rumores de que Edward Snowden viajaba a bordo¡ª hojea los principales diarios bolivianos. P¨¢gina Siete es al que presta m¨¢s atenci¨®n. "Es el medio opositor, quiero saber bien qu¨¦ dicen de m¨ª", asegura con un tono neutro, recurrente, con el que no se termina de saber si est¨¢ bromeando o siendo serio. "Miren, miren", muestra las portadas del resto de diarios. "?Han visto c¨®mo est¨¢n las cosas en Ecuador? Primero Argentina, ahora Ecuador. Es lo que tiene entregarse al Fondo Monetario Internacional. ?Qu¨¦ hubiese pasado si en Bolivia gobernase a¨²n el FMI?".
La pregunta ret¨®rica se convierte en una suerte de ensayo de lo que replicar¨¢ en los actos que tiene por delante. Lo hace como una forma para realzar la buena marcha de la econom¨ªa boliviana, su principal baza en esta campa?a. Frente a las cr¨ªticas de que quiere perpetuarse en el poder tras perder el refer¨¦ndum de 2016 en el que se rechaz¨® cambiar la Constituci¨®n para que pudiese ser reelegido y tras la crisis provocada por los incendios en la Amazonia, Evo garantiza la estabilidad econ¨®mica y la uni¨®n que, en torno a ¨¦l, ha generado entre clases. "Los empresarios quieren hacer m¨¢s negocios y los trabajadores necesitan mejores condiciones. El Gobierno est¨¢ en medio, como en un s¨¢ndwich. Hay que lograr ambas cosas y, a la hora de hacer patria, les digo que todos debemos estar juntos".

Cuando parece que se lanza a hablar del pa¨ªs y se le cuestiona un poco m¨¢s, frena en seco. "Conversamos m¨¢s tarde, mejor". En esta campa?a, en vez de recibir a periodistas, ha optado por que lo acompa?en. Morales se muestra afable y cercano toda la jornada. No esquiva ninguna pregunta en el momento de la entrevista, pero mide ahondar en los temas el resto del d¨ªa. Se le nota m¨¢s abierto cuando es ¨¦l el que pregunta: sobre la situaci¨®n de par¨¢lisis pol¨ªtica en Espa?a o ya a ¨²ltima hora de la tarde cuando cuestiona a Camilo Rozo, el fot¨®grafo, colombiano, sobre la vuelta a las armas por parte de un grupo de excomandantes de las FARC. Despu¨¦s del corte, da varios sorbos a una sopa de pollo y tras engullir en tres mordiscos un huevo duro, se levanta: "Viajamos todo el d¨ªa, ?no?", se cerciora. "Me voy a tumbar un poco. Ver¨¢n que es el secreto para aguantar desde la cuatro en pie".
Morales viaja solo, sin asesores ni jefes de prensa, pero sus pasos est¨¢n medidos al mil¨ªmetro. Todo, eso s¨ª, se ha de intuir. Al bajarse del avi¨®n en Chuquisaca, saluda a los mandos militares de la zona y se dirige sin mediar palabra hacia un helic¨®ptero, dando por hecho que hay que seguirle. En el aire, se mantiene en silencio, revisa sus dos "celus" una y otra vez y trata de hablar con sus ministros, independientemente de la mala cobertura y el ruido que hacen imposible cualquier conversaci¨®n. Nada de eso le hace perder la calma. Al bajar, siempre tiene un equipo de seguridad esper¨¢ndole con al menos dos camionetas. Los cortos tramos de carretera son los ¨²nicos en los que viaja sin los periodistas.
Los inicios de la perforaci¨®n de un pozo exploratorio llevaron el martes a Morales a Chuquisaca. All¨ª le esperaba Antonio Brufau, presidente de la empresa espa?ola Repsol, que participa en la obra junto a Shell y la estatal Yacimientos Petrol¨ªferos Fiscales Bolivianos (YPFB). La sinton¨ªa entre Brufau y Morales se percibe desde el saludo. No siempre fue as¨ª. Tras llegar al poder, Evo nacionaliz¨® por decreto el petr¨®leo y el gas. "Recuerdo la primera reuni¨®n que tuvimos despu¨¦s de que nos expropiara", dijo Brufau en el acto ante la carcajada de Evo. "Nos dijo que quer¨ªa que fu¨¦semos socios y entendimos el mensaje. Esto no pod¨ªa darse sin seguridad jur¨ªdica, sin visi¨®n a largo plazo, sin contacto con las autoridades. Todo esto ocurre en Bolivia". "A veces me pregunto qu¨¦ hubiera sido de la econom¨ªa boliviana si no hubiera habido nacionalizaci¨®n", le respondi¨® Morales, quien lanz¨® un mensaje a Brufau. "Y cuando hay problemas, los resolvemos". Ambos se hab¨ªan reunido a puerta cerrada antes del acto. No quiso Morales m¨¢s adelante ahondar qu¨¦ se trat¨® en el encuentro: "Cuando surge alg¨²n problema, obligo a los ministros a que se encierren hasta que encuentren una soluci¨®n", zanj¨®.

Evo ha basado gran parte de su campa?a en la bonanza econ¨®mica. En los 14 a?os que lleva como presidente ha conseguido reducir la pobreza ¡ªla extrema ha pasado del 38% al 15%; mientras que la pobreza disminuy¨® del 60% al 34%, seg¨²n datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)¡ª y modernizar el pa¨ªs. Impulsado por el boom de las materias primas, ha logrado que la econom¨ªa boliviana crezca a un promedio anual del 4,9% y que la inflaci¨®n apenas exista. "Al margen de la unidad del pueblo, la econom¨ªa es la clave. Puede haber un 30% o un 40% de militantes fieles ideol¨®gicamente, pero tambi¨¦n muchos compa?eros que vacilan a la hora de votar y que se basan en la econom¨ªa. Tienes que garantizar que pueden hacer negocios, emprender, si no, olv¨ªdate. La liberaci¨®n pol¨ªtica no se consigue sin la base econ¨®mica". Nada de esto ha sido ¨®bice para evitar que le salpiquen esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, acusaciones de abuso de poder y cr¨ªticas por querer perpetuarse como presidente. Los analistas alertan de que la alta dependencia de la exportaci¨®n de gas natural y minerales puede sacudir a Bolivia en un hipot¨¦tico nuevo mandato de Morales. La p¨¦rdida de casi 2.000 millones de d¨®lares al a?o por el d¨¦ficit comercial del pa¨ªs podr¨ªa deteriorar el nivel de las reservas de divisas. Afrontar un ajuste, es decir, reducir la inversi¨®n p¨²blica y disminuir las importaciones, ralentizar¨ªa el crecimiento del pa¨ªs.
En medio del estruendoso ruido del helic¨®ptero, de regreso del primer acto, Morales asoma uno de sus tel¨¦fonos m¨®viles. En la pantalla, la noticia de que una encuesta le da mayor¨ªa absoluta. Sonr¨ªe y vuelve a mirar al horizonte. El mandatario se afana en aclarar que no est¨¢ preocupado. Tampoco hace tres a?os, la v¨ªspera del refer¨¦ndum que perdi¨®, mostraba inquietud. Estas son las elecciones presidenciales m¨¢s re?idas desde que lleg¨® al poder. Para ganar en primera vuelta debe lograr el 50% m¨¢s un voto o lograr el 40% y una diferencia de diez puntos sobre el segundo, presumiblemente el expresidente Carlos Mesa. Las encuestas apuntan a que conseguir¨¢ m¨¢s votos que nadie en la primera vuelta, pero por primera vez, a una semana de la elecci¨®n no hay una certeza absoluta de que lo lograr¨¢ con los m¨¢rgenes suficientes. "No me preocupa porque las encuestas nunca nos son favorables. Creo que, adem¨¢s, puede haber lindas sorpresas: nunca la juventud se ha movilizado. La academia tambi¨¦n nos apoya. La mayor¨ªa de las empresas privadas se han sumado al proceso de cambio. Si existe preocupaci¨®n es por lograr dos tercios de los votos".

Para llegar a Unc¨ªa, en el norte de Potos¨ª, Morales viaja en avi¨®n desde Chuquisaca a Oruro y de ah¨ª de nuevo en helic¨®ptero, este m¨¢s peque?o que el anterior, hasta una aldea cercana a la localidad potosina, de casas bajas y donde la altitud -poco m¨¢s de 4.000 metros- no da tregua al for¨¢neo. All¨ª, centenares de personas le llevan en volandas desde que se baja de la camioneta hasta el escenario. En el recorrido, alguien le grita "?el pueblo dijo no!, ?el pueblo dijo no!" y las miradas de sus fieles se giran malencaradas hacia su vecino. Aunque anecd¨®tico en el caso de Unc¨ªa, la mayor parte de las cr¨ªticas a Morales le llueven por haber modificado las leyes bolivianas para poder postularse indefinidamente. Despu¨¦s de perder el refer¨¦ndum de 2016 que ¨¦l mismo convoc¨®, el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, se ampar¨® en el art¨ªculo 23 de la Convenci¨®n Americana de Derechos Humanos para eludir el resultado.
En diciembre de 2017, el Tribunal Constitucional suspendi¨® la prohibici¨®n que imped¨ªa a Morales ser reelegido nuevamente, argumentando que postular a la presidencia era un "derecho humano" de Morales y no pod¨ªa ser coartado. "El refer¨¦ndum era para renovar la Constituci¨®n, como se vot¨® no, no se modifica", zanja Morales en una respuesta que tiene muy bien orquestada. "Los tratados internacionales est¨¢n por encima de la Constituci¨®n. Yo solo respondo a un pedido del pueblo. Estoy sometido a los designios del pueblo".

¡ª?Esta ser¨¢ la ¨²ltima vez que se presente?
¡ªPor m¨ª ya me hubiese retirado el a?o pasado. Por m¨ª, ma?ana mismo me iba a casa. Para hacer pol¨ªtica hay que ser fuerte, valiente y, adem¨¢s, patriota y no platista. Ya sabr¨¢ a qui¨¦n va dirigido este mensaje. La pol¨ªtica no es una profesi¨®n, es una pasi¨®n. Requiere sacrificio.
Durante una hora, Morales, ind¨ªgena aymara, arenga a los fieles potosinos, que entre ellos se comunican en quechua. Evo, siempre en espa?ol, insiste en que en Argentina, en Ecuador, el Fondo Monetario Internacional ha impuesto sus pol¨ªticas y por eso ha aumentado la pobreza y se han recrudecido las protestas. Que eso es lo que quiere imponer la derecha en Bolivia. La gente ondea las banderas, pero cuando se interpela a los asistentes por el FMI, miran extra?ados. "?El qu¨¦?", pregunta perplejo Franklin, de 21 a?os, que trata de vender un helado como sea. "Nosotros creemos en Evo", es su resumen de lo escuchado en el mitin. A su lado, Adriana, de 19 a?os, con su beb¨¦ a la espalda, insiste: "Evo ha conseguido que tenga una casa digna, con luz y agua".
A las cr¨ªticas por su ambici¨®n del poder se le han sumado los ataques por los incendios que han arrasado dos millones de hect¨¢reas en la Chiquitania. La oposici¨®n ha tratado de hacer ver que el principal responsable de lo ocurrido ha sido el mandatario, que aprob¨® una serie de leyes y decretos que facilitan el "chaqueo" o quema controlada de las parcelas, una pr¨¢ctica ancestral cuyo supuesto efecto benefactor est¨¢ en entredicho. Morales ha insistido en que este sistema es lo ¨²nico que tienen muchos campesinos. Sin ¨¦l se morir¨ªan de hambre. Tras los incendios, muchos cruce?os ¡ªde Santa Cruz, la zona opositora por antonomasia a Evo¡ª han cargado contra "la invasi¨®n de campesinos collas", los que provienen del occidente del pa¨ªs. "Son grupos racistas, siempre lo han sido", asegura Morales. Lejos de preocuparse o aclarar su parte de responsabilidad en los incendios, el mandatario considera que esta pol¨¦mica le fortalece. "Todas estas declaraciones nos unen, si alguien estaba dudando, con mensajes de racismo, de odio, de que les quitar¨¢n las tierras, votar¨¢ por nosotros".

En todos los desplazamientos a¨¦reos se percibe una brutal sequ¨ªa. La desaparici¨®n del lago Popo es el problema m¨¢s evidente. "Por el cambio clim¨¢tico, debemos cuidar m¨¢s la Pachamama", admite Morales, a quien se le ha acusado de, precisamente, todo lo contrario. En el viaje entre Oruro y el norte de Potos¨ª, Evo muestra orgulloso los tejados azules ¡ªel color del MAS¡ª que se perciben desde el aire. "Son viviendas que hemos construido; ah¨ª no hab¨ªa nada y ahora hay una escuela". Este trayecto es el que m¨¢s recuerdos le trae. Es la tierra donde creci¨®. Recurre a su infancia y rememora c¨®mo con 11 a?os era un pastor de llamas y viajaba durante casi una semana para conseguir comida. Con los a?os, resume, llegar¨ªa su ¨¦poca de l¨ªder sindical cocalero. Siempre resalta que aquello le sirvi¨® para aprender a negociar. Las nuevas generaciones de dirigentes, admite el mandatario, "no han vivido nada de aquello". La conversaci¨®n sobre su posible reemplazo le lleva entonces a tratar de justificarse. "No creo que todo se haya construido en torno a Evo, hay una nueva generaci¨®n muy preparada. El ¨²nico problema que veo es que a alguno le pueda la ambici¨®n y la envidia".
Desde Orujo viaja a Cochabamba. Es el desplazamiento m¨¢s corto, 20 minutos, apenas hay tiempo para que el avi¨®n ascienda y aterrice. Ya en el aeropuerto militar, Morales se retira a una sala y regresa cuando llega la comida. Son casi las cuatro de la tarde y el tambaqui, un pez amaz¨®nico, acompa?ado de ensalada, arroz y yuca frita, dura segundos en el plato. Durante la comida, no habla m¨¢s que para terminar de organizar las reuniones con asociaciones que tiene poco despu¨¦s y adelanta que quiz¨¢s al acabar haga algo de ejercicio.
Su equipo de seguridad pone en preaviso a los doctores sin poder esconder cierta desaz¨®n al saber que el regreso a La Paz se prolongar¨¢ m¨¢s de lo que les gustar¨ªa. Dos horas despu¨¦s, Evo est¨¢ en el gimnasio de un polideportivo de Cochabamba. Calienta en la bicicleta, hace estiramientos y una sesi¨®n de pesas. Con las mismas, se cambia y se va para el avi¨®n. En el ¨²ltimo viaje se muestra m¨¢s distendido y bromista. "Tienen cara de cansados, eh". A ¨¦l le queda a¨²n una ¨²ltima reuni¨®n. "No creo que acabemos antes de medianoche. Y ma?ana, a las 5.30, me junto con el Gabinete. Est¨¢n invitados".

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
