Fervor conservador para reactivar el bolsonarismo en Brasil
El tercer hijo del presidente, el diputado y aspirante a embajador Eduardo, importa de EEUU a Brasil un evento pol¨ªtico para estimular a su base m¨¢s ideol¨®gica
El ambiente es a ratos de mitin pol¨ªtico, a ratos de pr¨¦dica religiosa con pizcas de curso de autoayuda y a ratos, futbolero, como cuando el fondo de la sala grita con orgullo: ¡°Soy conservador, soy conservador¡±, ¡°Nuestra bandera nunca ser¨¢ roja¡± o ¡°Lula, ladr¨®n, tu sitio es la prisi¨®n¡±. Es la primera reuni¨®n en Brasil de la Conferencia de Acci¨®n Pol¨ªtica Conservadora importada directamente desde Estados Unidos por Eduardo Bolsonaro, el peque?o de los tres hijos pol¨ªticos del presidente Jair Bolsonaro y aspirante a embajador en Washington. ¡°Para m¨ª esto es como jugar en Maracan¨¢¡±, dijo el diputado a cientos de fervorosos bolsonaristas en un hotel de S?o Paulo el viernes por la noche al tomar la palabra despu¨¦s de cantar el himno con la mano en el pecho.
Patria y familia son dos de los pilares del bolsonarismo, un ideario de ultraderecha que descansa tambi¨¦n en un odio visceral al socialismo, al Partido de los Trabajadores de Lula da Silva, a una izquierda caricaturizada por la ministra de Mujer, Familia y Derechos Humanos, Damares Alves. ¡°Estoy aqu¨ª rodeada de j¨®venes desde hace 24 horas y nadie me ha ofrecido todav¨ªa un cigarro de marihuana ni ninguna ni?a se ha introducido un crucifijo en la vagina¡±, arranc¨® su intervenci¨®n este s¨¢bado la pastora evang¨¦lica. Esta superviviente de abusos sexuales que se considera perseguida por cristiana representa, con el ministro de Exteriores, Ernesto Ara¨²jo, a los antiglobalistas en el Gabinete. ¡°Compartimos el amor por el pa¨ªs de uno, esa concepci¨®n de un mundo formado por naciones soberanas, en muchos casos un sentimiento religioso, y el intento de pensar la pol¨ªtica a partir de postulados m¨¢s profundos, de lo que somos y lo que hacemos¡±, declar¨® Ara¨²jo a este diario.
Entre los hombres mayores, proliferan trajes y corbatas. Entre ellas, tacones de v¨¦rtigo, y entre la juventud, independientemente de su g¨¦nero, las camisetas que proclaman el orgullo conservador.
El evento pretende reactivar a los brasile?os que ansiosos por un cambio radical impulsaron a un insignificante diputado a la Presidencia de Brasil con una agenda nacionalista, populista y ultraconservadora porque desde que asumi¨® el poder su popularidad no ha dejado de menguar.
Bolsonaro hijo, que es abogado y polic¨ªa, neg¨® el golpe de Estado del 1964 con el argumento de que ¡°los militares llegaron al poder sin pegar un tiro, con el respaldo del pueblo¡±, defendi¨® el Estado m¨ªnimo, el derecho a llevar armas, critic¨® el aborto... y anim¨® a los presentes a no desistir, a trabajar en red, a diseminar su ideario ¡°Si no hablas un poco de pol¨ªtica, te informas en los medios correctos y te quedas hasta las tantas para mandar ese whatsapp, te van a gobernar los malos¡±, les dijo.
El discurso del n¨²cleo duro del bolsonarismo tiene mucho de trumpismo, de orbanismo, comparte ingredientes con el salvinismo¡ se percibe la mano del agitador y estratega Steve Bannon, que declin¨® la invitaci¨®n por un compromiso en Europa. De todos modos, el gran referente para estos brasile?os es Olavo de Carvalho, un septuagenario que da clases de filosof¨ªa por Internet desde EEUU y cuya foto en pose hombre Malboro preside la sesi¨®n. ¡°?l asfalt¨® el camino para que viniese Bolsonaro¡±, recalca el hijo del presidente. Ni el gran inspirador ni el mandatario -al que Eduardo se refiere en el acto siempre por su nombre, obviando el parentesco¡ª participan siquiera con mensajes grabados en la apertura pese a estar anunciados.
El diputado m¨¢s votado de Brasil con 1,8 millones de votos en las elecciones de octubre pasado, que quiere dejar su esca?o por la Embajada en Washington, es el gran protagonista de un evento que incluye a un congresista de Utah, una cubano-americana que es estratega de la campa?a de reelecci¨®n de Donald Trump y un Orleans y Braganza diputado bolsonarista que lidera el movimiento mon¨¢rquico brasile?o. El anfitri¨®n recalca que Brasil necesita un partido conservador, una prensa conservadora, consolidar un espacio pol¨ªtico propio porque ¡°el tsunami Bolsonaro¡± fue solo ¡°la primera batalla.
La cola para sacarse un selfie con ¨¦l es inmensa. Es el trofeo que todos quieren llevarse a casa cuando estos ap¨®stoles del conservadurismo regresen con la buena nueva. Vanessa Lina, 35 a?os, vino en autob¨²s con otros bolsonaristas de varias ciudades de Minas Gerais. ¡°Vinimos a escuchar a los participantes y poder llevar eso a nuestra ciudad para combatir esas ideolog¨ªas de g¨¦nero, conservar la familia, no es que estemos contra los homosexuales, ?eh? No es eso. Estamos a favor de que los ni?os nacen ni?a y ni?o, a favor de la religiosidad, que se ha perdido en nuestro pa¨ªs, somos temerosos de dios, queremos luchar por un pa¨ªs m¨¢s justo, sin corrupci¨®n, y lejos de esa masa ideol¨®gica del comunismo¡±, explica esta madre de dos hijos, cat¨®lica, divorciada. Y para eso, estos fieles prometen seguir diseminando el bolsonarismo entre parientes y amigos, en universidades y oficinas, entrar al cuerpo a cuerpo con sus cr¨ªticos, inundar las redes de whatsapps y fabricar memes hasta el amanecer.
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