El extremismo isl¨¢mico no arraiga en Bosnia
El salafismo gan¨® peso en el pa¨ªs balc¨¢nico durante la guerra en los noventa, pero el discurso radical es hoy minoritario
La casa verde en nada destaca entre una docena de granjas y villas esparcidas alrededor del centro de Stijena, un pueblo pintoresco en el noroeste de Bosnia-Herzegovina. Solo al mediod¨ªa, cuando sus altavoces difunden la llamada a la oraci¨®n, se hace evidente que la casa es en realidad una mezquita. Varios hombres de apariencia salafista ¡ªpantalones hasta los tobillos, gorro y largas barbas¡ª se acercan a la mezquita. Todos rechazan educadamente hacer cualquier declaraci¨®n y se?alan al imam, un hombre bajo y de edad ava...
La casa verde en nada destaca entre una docena de granjas y villas esparcidas alrededor del centro de Stijena, un pueblo pintoresco en el noroeste de Bosnia-Herzegovina. Solo al mediod¨ªa, cuando sus altavoces difunden la llamada a la oraci¨®n, se hace evidente que la casa es en realidad una mezquita. Varios hombres de apariencia salafista ¡ªpantalones hasta los tobillos, gorro y largas barbas¡ª se acercan a la mezquita. Todos rechazan educadamente hacer cualquier declaraci¨®n y se?alan al imam, un hombre bajo y de edad avanzada, como su portavoz. ¡°?Vete de inmediato! ?No te quiero aqu¨ª!¡±, ruge el imam tan pronto como escucha la palabra ¡°periodista¡±, justo antes de a?adir un insulto entre dientes.
En Bosnia, las comunidades salafistas ¡ªuna rama ultraconservadora del islam¡ª como la de Stijena se sienten en la picota despu¨¦s de que el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, describiera el pa¨ªs balc¨¢nico como una ¡°bomba de relojer¨ªa¡± debido a la presencia de grupos islamistas radicales. Sus palabras se sumaron a las declaraciones de diversos pol¨ªticos croatas y serbios tachando el pa¨ªs de ¡°feudo yihadista¡±. La entonces presidenta croata, Kolinda Grabar-Kitarovic, incluso lleg¨® a afirmar que Bosnia cuenta con 10.000 radicales, una seria mancha en el expediente de un pa¨ªs que aspira a acceder a la UE.
¡°Esas afirmaciones son completamente falsas. No tenemos un problema de radicalizaci¨®n. Podemos tener docenas de extremistas, pero no m¨¢s¡±, asegura Halid Genjac, secretario general del Partido de Acci¨®n Democr¨¢tica (SDA), la principal formaci¨®n entre los bosniacos, los ciudadanos de religi¨®n musulmana. Seg¨²n el ¨²ltimo censo, los bosniacos representan un poco m¨¢s del 50% de la poblaci¨®n, mientras que los serbios constituyen el 30% y los croatas el 15%.
¡°Se calcula que entre 260 y 330 bosnios se unieron a grupos yihadistas en Siria e Irak¡±, apunta Matteo Pugliese, un analista del think tank ISPI especializado en seguridad en los Balcanes. Esta cifra representa aproximadamente el 0,018% de la poblaci¨®n bosniaca, casi la mitad del porcentaje registrado entre la poblaci¨®n musulmana francesa (0,034%). En cuanto al n¨²mero de combatientes yihadistas retornados, son alrededor de 60, mientras que en Francia el n¨²mero supera los 300. Por lo tanto, las declaraciones alarmistas procedentes de pol¨ªticos europeos no parecen justificadas. ¡°A Macron le han enga?ado los pol¨ªticos croatas y serbios que quieren debilitar Bosnia para luego desgajarla¡±, espeta Genjac.
Seg¨²n las autoridades bosnias, el pa¨ªs alberga 29 peque?as comunidades salafistas que re¨²nen a unas 3.000 personas. Said Mukajic, el principal imam del municipio de Cazin, al que pertenece Stijena, asegura que los miembros de esta congregaci¨®n viven aislados del resto de creyentes y no desempe?an labores de proselitismo. ¡°Los viernes viene a rezar una decena de personas, y en Ramad¨¢n ser¨¢n unos 30. Siempre han vivido en el pueblo. Hace unos a?os, abrazaron esta ideolog¨ªa y dejaron de mezclarse con el resto de la poblaci¨®n¡±, cuenta un granjero que vive a pocos metros de la mezquita. ¡°No crean problemas. Simplemente viven sus vidas seg¨²n sus principios¡±, agrega este anciano de mirada acuosa.
Si bien la mayor¨ªa de los salafistas bosnios son apol¨ªticos, sus agrupaciones se convirtieron en un caladero para los reclutadores yihadistas al inicio de la guerra de Siria. ¡°El prototipo de joven que se alist¨® para hacer la yihad pertenec¨ªa las comunidades salafistas, tanto urbanas como rurales. Pero tambi¨¦n hubo bosniacos normales a quien les prometieron una mejor posici¨®n social¡±, sostiene Pugliese. Bosnia es uno de los pa¨ªses del mundo con una mayor tasa de paro juvenil ¡ªun 57%, seg¨²n el Banco Mundial¡ª.
El salafismo apareci¨® en Bosnia durante la guerra, con la llegada de cientos de muyahidines, muchos directamente desde los campos de batalla en Afganist¨¢n. Cuando termin¨® el conflicto, algunos se casaron y decidieron crear comunidades en las zonas rurales. Pero algunas agrupaciones ultraconservadoras, como la de Stijena, son mucho m¨¢s recientes y fueron creadas por emigrantes bosnios que regresaron de pa¨ªses occidentales, donde fueron expuestos a estas ideas. De hecho, un par de coches aparcados delante de la casa verde tienen matr¨ªcula austr¨ªaca o eslovena.
El islam adopt¨® un papel m¨¢s prominente en la sociedad bosnia despu¨¦s de la cruel guerra que desangr¨® el pa¨ªs entre 1992 y 1995. En comparaci¨®n con la era comunista, cuando la religiosidad era mal vista, la asistencia a las mezquitas aument¨® despu¨¦s del conflicto. Para los bosniacos, incluso aquellos que no eran religiosos, el islam se convirti¨® en una se?a de identidad m¨¢s potente. Sin embargo, las interpretaciones radicales nunca arraigaron en el pa¨ªs, en parte porque las autoridades religiosas siempre han repudiado el extremismo y no han dejado que sus mezquitas caigan bajo el influjo de pa¨ªses o imames extranjeros.
¡°Durante los ¨²ltimos 150 a?os, los musulmanes bosnios han practicado una interpretaci¨®n liberal del islam. Desde el final del periodo otomano, nuestros intelectuales fueron a estudiar a Viena y otras ciudades europeas y eso influy¨® en su lectura de los textos sagrados¡±, se?ala Sumeja Ljevakovic, investigadora del Instituto Bosniaco de la Tradici¨®n Isl¨¢mica, en Sarajevo.