B¨¦lgica sigue sin formar Gobierno en plena emergencia sanitaria
Socialistas franc¨®fonos y nacionalistas flamencos no logran poner fin a la par¨¢lisis tras m¨¢s de 15 meses con un Gobierno en funciones
Lo que no han logrado cientos de horas de reuniones durante m¨¢s de 450 d¨ªas, tampoco lo ha conseguido la amenaza del virus que ha convertido Europa en epicentro de su expansi¨®n. El en¨¦simo intento de dotar a B¨¦lgica de un Gobierno estable ha fracasado este domingo tras un fin de semana de conversaciones maratonianas. La negociaci¨®n recobr¨® fuerza ante la b¨²squeda de un mando s¨®lido para afrontar la crisis sanitaria derivada del coronavirus, pero volvi¨® ...
Lo que no han logrado cientos de horas de reuniones durante m¨¢s de 450 d¨ªas, tampoco lo ha conseguido la amenaza del virus que ha convertido Europa en epicentro de su expansi¨®n. El en¨¦simo intento de dotar a B¨¦lgica de un Gobierno estable ha fracasado este domingo tras un fin de semana de conversaciones maratonianas. La negociaci¨®n recobr¨® fuerza ante la b¨²squeda de un mando s¨®lido para afrontar la crisis sanitaria derivada del coronavirus, pero volvi¨® a desinflarse ante el rechazo de los socialistas franc¨®fonos a compartir coalici¨®n con los nacionalistas flamencos antinmigraci¨®n de la N-VA.
El Gobierno, en funciones desde la ruptura de la alianza de cuatro partidos que dirig¨ªa el pa¨ªs en diciembre de 2018 por un desencuentro sobre c¨®mo gestionar la inmigraci¨®n, continuar¨¢ por tanto liderado por la liberal franc¨®fona Sophie Wilmes, con apoyos puntuales desde el exterior de socialistas y verdes. ¡°No ha habido errores significativos hasta ahora, pero s¨ª una ausencia inevitable de proyecto¡±, se?ala a este diario el escritor y fil¨®sofo Philippe Van Parijs.
Tras m¨¢s de 15 meses con un Gobierno en funciones, no es descabellado pensar que algunos pa¨ªses estar¨ªan al borde del estallido social, o que la clase pol¨ªtica se ver¨ªa abocada a pactar ante las presiones de empresas, sindicatos y dem¨¢s poderes f¨¢cticos. En B¨¦lgica, sin embargo, no ha sucedido ni lo uno ni lo otro.
Dos factores lo explican parcialmente: la amplia descentralizaci¨®n del poder en las tres regiones que la conforman ¡ªFlandes, Valonia y Bruselas¡ª, permite al pa¨ªs funcionar incluso con un Gobierno federal en asuntos corrientes. Tambi¨¦n una extensa tradici¨®n de largos periodos de vacaciones gubernamentales: en 1988 tardaron 150 d¨ªas en atar una coalici¨®n, en 2007-2008 el pa¨ªs estuvo as¨ª nueve meses y medio. Y en 2010-2011 superaron el r¨¦cord mundial de Camboya al llegar a los 541 d¨ªas.
Si nada cambia antes, en junio se rebasar¨¢ esa cota. De nada parece servir que la m¨¢s alta autoridad del Estado, el rey Felipe, obligado durante meses a otorgar y despojar de la misi¨®n de formar Gobierno a dirigentes de uno y otro partido sin resultado, haya hecho p¨²blico su hartazgo en las ¨²ltimas semanas. ¡°La paciencia de los belgas no es indiferencia¡±, advirti¨® en un discurso hace mes y medio. ¡°Cada uno debe renunciar a algo para que el conjunto gane¡±, a?adi¨® en un recado a los partidos.
Hay que remontarse muy atr¨¢s para hallar las ra¨ªces del problema. Los nacionalistas flamencos de la N-VA, partidarios de la mano dura con la inmigraci¨®n, retiraron su apoyo al Ejecutivo del liberal franc¨®fono Charles Michel ¡ªhoy presidente del Consejo Europeo¡ª el 8 de diciembre de 2018. Tras la ruptura estuvo el decidido apoyo de este al Pacto Migratorio de la ONU, inaceptable para sus socios nacionalistas.
Diez d¨ªas despu¨¦s, Michel dimit¨ªa al haber quedado su Gobierno en franca minor¨ªa, pero aceptaba continuar en funciones hasta la convocatoria electoral de mayo de 2019. Los resultados de los comicios, lejos de aportar claridad, confirmaron a B¨¦lgica como palad¨ªn europeo de la fragmentaci¨®n pol¨ªtica, y profundizaron en la brecha territorial. Flandes amaneci¨® con un dominio reforzado de la derecha y la ultraderecha nacionalistas, mientras los electores en Valonia y Bruselas se decantaron por opciones socialistas y verdes.
La sopa de siglas, en un pa¨ªs sin partidos de ¨¢mbito nacional, parec¨ªa abocarla desde el principio a un nuevo bloqueo. Y as¨ª se ha confirmado incluso con la llegada del coronavirus, una emergencia sanitaria que algunos confiaban que lograra lo imposible: ver en un mismo Ejecutivo a los nacionalistas flamencos y a los socialistas franc¨®fonos, algo as¨ª como la noche y el d¨ªa.
La l¨®gica matem¨¢tica no deja otras muchas opciones. Y con el n¨²mero de casos de Covid-19 al alza, ¡ªB¨¦lgica roza los 900 infectados, pero se sospecha que su cifra es mucho mayor dado que solo se han realizado an¨¢lisis a los pacientes graves¡ª el momento de excepcionalidad que afronta el pa¨ªs, unido al alcance de las medidas y las ayudas econ¨®micas a aprobar para estimular la econom¨ªa, todo indicaba que habr¨ªa cesiones y llegar¨ªa el empuj¨®n definitivo hacia el acuerdo.
No ha sido as¨ª. Y la primera ministra, Sophie Wilmes, ha visto reforzada su posici¨®n. La l¨ªder liberal fue capaz de sacar adelante en la noche del jueves medidas dr¨¢sticas contra el virus al cerrar bares y restaurantes y prohibir eventos culturales y deportivos durante tres semanas. El plan contra las concentraciones masivas muestra, sin embargo, fisuras. Este domingo algunos parques de Bruselas recib¨ªan una afluencia similar a la de cualquier otro fin de semana.