El explosivo reto de gestionar la crisis en las c¨¢rceles
M¨¢s de 10 millones de personas se encuentran detenidas en el mundo, a menudo en situaciones de hacinamiento
El coronavirus se ha infiltrado en todos los espacios y recovecos de la vida p¨²blica y privada, ha saltado fronteras y muros. Tambi¨¦n donde no hay casi escapatoria posible. Las c¨¢rceles se han convertido en un importante foco de infecci¨®n y preocupaci¨®n de los Gobiernos y ciudadanos en la lucha contra la covid-19, un nuevo frente donde las medidas de contenci¨®n impuestas a la poblaci¨®n en el exterior a menudo se desvanecen. Unas impactantes im¨¢genes de El Salvador con presos hacinados piel con piel, el ...
El coronavirus se ha infiltrado en todos los espacios y recovecos de la vida p¨²blica y privada, ha saltado fronteras y muros. Tambi¨¦n donde no hay casi escapatoria posible. Las c¨¢rceles se han convertido en un importante foco de infecci¨®n y preocupaci¨®n de los Gobiernos y ciudadanos en la lucha contra la covid-19, un nuevo frente donde las medidas de contenci¨®n impuestas a la poblaci¨®n en el exterior a menudo se desvanecen. Unas impactantes im¨¢genes de El Salvador con presos hacinados piel con piel, el reciente brote descontrolado a 100 kil¨®metros de Bogot¨¢ surgido de una prisi¨®n con m¨¢s de 700 infectados, las revueltas en Venezuela por la falta de alimentos y el centenar de muertos en motines alrededor del mundo, ponen en evidencia las deficiencias en los sistemas penitenciarios de muchos pa¨ªses.
Con la irrupci¨®n de la pandemia, los presos suman una nueva condena entre rejas. Faltan jab¨®n y agua para cumplir la recomendaci¨®n de lavarse las manos durante 20 segundos. Y no es posible el distanciamiento social de cerca de dos metros en prisiones a m¨¢s del qu¨ªntuple de su capacidad, como la de Ceb¨², en Filipinas. ¡°Mi marido est¨¢ ah¨ª y no s¨¦ nada de ¨¦l desde hace tres semanas. Es horrible. Los presos gritan desde las ventanas que quieren m¨¢s agua para beber, mejor comida, piensan que todos son casos positivos y no s¨¦ qu¨¦ atenci¨®n m¨¦dica est¨¢n teniendo. Estoy muy preocupada¡±, declara Rowena (nombre ficticio) al tel¨¦fono desde Filipinas. La atenci¨®n a la salud choca con la reducci¨®n de servicios penitenciarios, y la alimentaci¨®n y el necesario ejercicio y actividad se contraponen al desabastecimiento o la supresi¨®n de talleres. Y luego est¨¢ la soledad, la ausencia de la familia, aunque sea en cortas visitas ahora suspendidas.
La poblaci¨®n reclusa en el mundo asciende a m¨¢s de 10 millones de personas repartidas en c¨¢rceles que en 121 pa¨ªses est¨¢n superpobladas, seg¨²n el ¨²ltimo informe de Penal Reform International (PRI). De ellos, m¨¢s de 32.200 reos han dado positivo por covid-19 en 54 Estados, y m¨¢s de 670 han fallecido en 22 pa¨ªses, seg¨²n recoge la organizaci¨®n Justice Project Pakistan, que elabora un sumatorio mundial. Pero no est¨¢n todos los que son. ¡°Los datos reportados no son fiables, ni siquiera en los pa¨ªses m¨¢s transparentes. Son muy bajos respecto a la realidad¡±, alerta Catherine Heard, directora del Programa Mundial de Investigaci¨®n Penitenciaria del Instituto de Investigaci¨®n de Pol¨ªticas de Crimen y Justicia. Un estudio epidemiol¨®gico de la Uni¨®n Americana de Libertades Civiles concluye que solo en Estados Unidos, el pa¨ªs con mayor poblaci¨®n carcelaria con 2,1 millones de presos, el virus podr¨ªa matar a unas 100.000 personas m¨¢s de las ya estimadas entre reclusos y el entorno de los liberados.
¡°El sistema carcelario ya era un espacio olvidado, no prioritario, impopular. Y el virus lo ha puesto en evidencia. El hacinamiento y la falta de productos higi¨¦nicos son las condiciones perfectas para su propagaci¨®n. Es como si tenemos una caja de f¨®sforos, todos juntos. Si arde uno se extiende el fuego. Y afecta no solo a los reclusos, tambi¨¦n a los funcionarios que trabajan dentro y salen, y al resto de la poblaci¨®n¡±, advierte Nathalie Alvarado, coordinadora del ¨¢rea de seguridad ciudadana y justicia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que cuenta que ha recibido numerosas llamadas de Gobiernos para pedir asesoramiento ante esta peligrosa situaci¨®n. El virus ha sido como la chispa que cae sobre esa caja de cerillas abierta.
Una de las medidas m¨¢s dr¨¢sticas ha sido la supresi¨®n de visitas y la limitaci¨®n de la entrada de alimentos, medicamentos, y otros productos que facilitan la vida entre rejas. ¡°Mi sobrino, que est¨¢ privado de libertad, cuenta que est¨¢n siete personas en cuarto cerrado con una puerta de metal, sin aire, con muy mal olor, comiendo en las literas, con ratones. Y solo podemos llevarles algo de comida y productos de limpieza una vez a la semana, haciendo unas colas largu¨ªsimas y apiladas. Est¨¢n atormentados, psicose¨¢ndose, como ellos dicen. Piensan que virus es muerte¡±, asegura Cecilia Vallejos por tel¨¦fono desde Chile. Rodrigo (nombre ficticio) traslada desde una prisi¨®n chilena que las medidas han supuesto ¡°un cambio brusco" para la poblaci¨®n penal. ¡°Se ha colapsado el sistema. Ahora nos hemos organizado para pedir los productos b¨¢sicos a las pocas visitas que tenemos y hemos detenido nuestros conflictos personales. Nuestra ¨²nica meta es tener salud y libertad. El centro lo han desinfectado, pero nosotros limpiamos cuatro veces al d¨ªa las paredes, y los que no estamos en el m¨®dulo de cuarentena salimos una hora al patio", cuenta el preso, que considera que los datos que se trasladan de casos positivos son casi tres veces menos de los que observan.
La reducci¨®n del escaso espacio, la falta de instalaciones para tratar a los enfermos y el resto de deficiencias han explotado en forma de motines, fugas, heridos y m¨¢s de un centenar de muertos sumados en centros de Venezuela, Colombia, Sri Lanka, Argentina, Italia, Sierra Leona y Bolivia. No obstante, para Peter Severin, presidente de la Asociaci¨®n Internacional de Correccionales y Prisiones (ICPA), las primeras revueltas carcelarias sentaron un precedente para evitar errores en otros casos. ¡°El mundo vio reacciones violentas por parte de los internos en Italia cuando se detuvieron las visitas. Esta crisis permiti¨® que otras jurisdicciones aprendieran e implementaran r¨¢pido medidas de mitigaci¨®n como videoconferencias o llamadas adicionales¡± para aliviar la tensi¨®n entre los reclusos, indica.
Criterio de selecci¨®n
En otro extremo, los Gobiernos tambi¨¦n han optado por descongestionar directamente los centros y soltar presos. En el ¨²ltimo mes y medio, Turqu¨ªa ha anunciado la liberaci¨®n de 90.000 encarcelados, aunque ha excluido de la medida a pol¨ªticos y periodistas; Ir¨¢n ha dado permisos penitenciarios para 85.000; Indonesia ha dispuesto la excarcelaci¨®n de 30.000 condenados; Afganist¨¢n de 10.000; M¨¦xico estudia hacerlo con 10.000; Sud¨¢frica prev¨¦ poner a 19.000 en libertad condicional; Marruecos ha dado el indulto a 5.000; Chile lo prepara para 1.300; y Colombia calcula enviar a 4.000 a prisi¨®n domiciliaria. La iniciativa Prison Insider, que documenta las medidas adoptadas por pa¨ªses, a?ade tambi¨¦n como opciones a las que est¨¢n recurriendo los Estados las liberaciones tempranas y la disminuci¨®n de encarcelamientos por sentencias cortas y por prisi¨®n preventiva, entre otras.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, lanz¨® recomendaciones el 25 de marzo: ¡°Ahora m¨¢s que nunca los Gobiernos deber¨ªan poner en libertad a todos los reclusos detenidos sin motivos jur¨ªdicos suficientes, entre otros a los presos pol¨ªticos y otros internos que fueron encarcelados simplemente por expresar ideas cr¨ªticas o disentir¡±. Bachelet inst¨® a priorizar a los presos de m¨¢s edad, a los enfermos y a los menos peligrosos. ¡°Las autoridades deber¨ªan seguir atendiendo las necesidades sanitarias espec¨ªficas de las mujeres reclusas, de las embarazadas, de los internos con discapacidad y los menores de edad¡±, a?adi¨®.
Dar prioridad a la excarcelaci¨®n de estos perfiles, o estudiar cada caso de prisi¨®n preventiva, que en 2019 alcanzaba el 30% de la poblaci¨®n penitenciaria, seg¨²n el informe de PRI, son otras de las recomendaciones de la ONU, recogidas en el documento que el Subcomit¨¦ para la Prevenci¨®n de la Tortura public¨® el pasado 30 de marzo. ¡°Pero hay pa¨ªses en los que estos beneficios se est¨¢n adoptando de forma discriminatoria. Hemos urgido a avanzar en la liberaci¨®n de los presos de conciencia y defensores de derechos humanos¡±, se?ala Daniel Joloy, analista legal de Amnist¨ªa Internacional. La organizaci¨®n ha enviado cartas a Gobiernos como los de Turqu¨ªa, Bahr¨¦in, Camer¨²n, Burundi y Camboya por mantener en prisi¨®n a defensores de los derechos humanos, periodistas, estudiantes, opositores o activistas cuya liberaci¨®n no es para estos una prioridad.
En Italia, que acumula cerca de 30.000 muertos por la enfermedad, el Gobierno ha excarcelado a 376 mafiosos en una pol¨¦mica medida que ahora trata de rectificar. ¡°La selecci¨®n se tiene que hacer de forma justa, sin corrupci¨®n¡±, se?ala Heard. ¡°Es vital descongestionar las c¨¢rceles, pero no liberar a presos que pongan en riesgo la seguridad p¨²blica. Hay que estudiar los casos y comunicar bien a la sociedad¡±, ya que no todos los delitos deben implicar prisi¨®n en esta situaci¨®n, concluye Alvarado. O dicho de otra forma, ¡°el encarcelamiento deber¨ªa ser una medida de ¨²ltimo recurso, en particular durante esta crisis¡±, ha opinado Bachelet.
Una lecci¨®n colectiva
La velocidad con la que se ha expandido el virus ha requerido que los gobernantes, legisladores, abogados, miembros de asociaciones y personal implicado en los sistemas penitenciarios hayan tenido que adoptar medidas inmediatas y de la forma m¨¢s ¨®ptima posible, lo que ha fomentado la comunicaci¨®n entre ellos, seg¨²n coinciden los expertos. ¡°La comunidad internacional de prisiones se ha unido r¨¢pidamente para compartir informaci¨®n y aprender unos de otros. Esto nunca antes hab¨ªa sucedido a este ritmo y con tanta intensidad. Estamos todos al tanto de las buenas pr¨¢cticas y las cosas que ahora sabemos que funcionan y marcan la diferencia¡±, se?ala Peter Severin, presidente de la Asociaci¨®n Internacional de Correccionales y Prisiones, que cuenta con un grupo de trabajo sobre covid-19 que abarca todos los continentes y ofrece consejos y apoyo.
Las gu¨ªas y los documentos de recomendaciones para tratar la covid-19 en las prisiones se han redactado en apenas semanas y est¨¢n disponibles en Internet desde decenas de plataformas a disposici¨®n de los gobiernos y autoridades competentes, instituciones nacionales de derechos humanos y entidades de la sociedad civil. ¡°Esperamos que los pa¨ªses aprendan una lecci¨®n de esto. Lo que ha ocurrido es una llamada de atenci¨®n y esperamos que sirva para mejorar los sistemas penitenciarios¡±, se?ala Catherine Heard, directora del Programa Mundial de Investigaci¨®n Penitenciaria del Instituto de Investigaci¨®n de Pol¨ªticas de Crimen y Justicia. Para Nathalie Alvarado, coordinadora del ¨¢rea de seguridad ciudadana y justicia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), solo el uso que ha empezado a hacerse de la tecnolog¨ªa en la prisi¨®n puede sentar un precedente positivo para mejorar las condiciones de las personas privadas de libertad. ¡°Las videollamadas con familiares, m¨¦dicos, abogados y la formaci¨®n en l¨ªnea necesitaban una implantaci¨®n mayor, y esto lo ha acelerado¡±, concluye.