Una hora y media de cola para votar en el Parlamento brit¨¢nico
La C¨¢mara de los Comunes reanuda con pol¨¦mica su actividad y con dificultades para mantener las distancias
El coronavirus no es compatible con los usos y costumbres del Parlamentarismo brit¨¢nico. Las votaciones en la C¨¢mara de los Comunes, con la divisi¨®n y aglomeraci¨®n de diputados en los dos lobbies (pasillos) que flanquean la sala y separan el s¨ª del no a cualquier ley, no respetan las medidas de distanciamiento social requeridas. Los 527 diputados que han acudido este martes a Westminster para decidir si el Parlamento reanudaba su actividad normal y abandonaba los debates y votaciones virtuales han tenido que aguantar colas de hora y media que se extend¨ªan por los pasillos del edificio y...
El coronavirus no es compatible con los usos y costumbres del Parlamentarismo brit¨¢nico. Las votaciones en la C¨¢mara de los Comunes, con la divisi¨®n y aglomeraci¨®n de diputados en los dos lobbies (pasillos) que flanquean la sala y separan el s¨ª del no a cualquier ley, no respetan las medidas de distanciamiento social requeridas. Los 527 diputados que han acudido este martes a Westminster para decidir si el Parlamento reanudaba su actividad normal y abandonaba los debates y votaciones virtuales han tenido que aguantar colas de hora y media que se extend¨ªan por los pasillos del edificio y por la amplia pradera contigua.
El ministro de Relaciones con la C¨¢mara y brazo ejecutor de Boris Johnson en la sede legislativa, Jacob Rees-Mogg, se ha salido con la suya y ha logrado que se aprobara, por 261 votos a favor y 163 en contra, el texto que exig¨ªa la vuelta a la normalidad. Se ha impuesto la mayor¨ªa conservadora, pero a costa de provocar la irritaci¨®n de muchos diputados, que no han entendido que se ponga de ese modo en riesgo su salud con el ¨²nico prop¨®sito, sospechaban, de recuperar la hinchada de apoyo a Johnson que ha echado en falta durante las sesiones de control. Sin la alegre bancada de diputados conservadores a sus espaldas, los enfrentamientos de cada mi¨¦rcoles con el l¨ªder de la oposici¨®n, Keir Starmer, dejaban al descubierto numerosas carencias del primer ministro.
¡°Votar a distancia, mientras se pasea al sol o se ve la televisi¨®n, supone una injusticia a nuestro sistema democr¨¢tico¡±, se atrevi¨® a decir Rees-Mogg durante el debate de su proposici¨®n, para irritaci¨®n de muchos diputados. El ministro conservador asegura que muchos proyectos legislativos han quedado pendientes y bloqueados debido al coronavirus y est¨¢ empe?ado en recuperar el ritmo habitual de Westminster.
Justo en el d¨ªa en que la m¨¢xima autoridad sanitaria de Inglaterra hab¨ªa se?alado que las minor¨ªas ¨¦tnicas presentan el doble de riesgo a contraer el virus, la provocaci¨®n del Gobierno ha tenido una dura respuesta de la oposici¨®n laborista. ¡°Tenemos el doble de posibilidades de morir¡±, ha protestado la l¨ªder laborista en la C¨¢mara de los Comunes, Valerie Vaz. ¡°Basta ya de marear con el mito de que solo trabajamos cuando nos reunimos en pleno¡±, ha dicho. La mayor¨ªa de los diputados deben desplazarse largas distancias desde sus circunscripciones, con el riesgo de contagio del virus que eso supone.
Rees-Mogg ha anunciado finalmente que plantear¨¢ la semana que viene una segunda moci¨®n que permita mantener con ciertas condiciones las intervenciones por videoconferencia de los diputados, habituales desde el 21 de abril. Desde esa fecha, el l¨ªmite de diputados presentes en la C¨¢mara es de cincuenta (son m¨¢s de 600, y lo normal es que no quepan todos en las bancadas de cuero verde de la sala), con se?ales en los esca?os para mantener la distancia. Las votaciones, sin embargo, volver¨¢n a ser presenciales en su mayor¨ªa. Las escenas de este martes, con colas kilom¨¦tricas y eternas calificadas de ¡°absurdas¡± y de ¡°genialidad¡± (ir¨®nicamente) por muchos diputados han vuelto a poner en evidencia la err¨¢tica estrategia de Downing Street durante toda esta crisis. El diputado del Partido Nacional Escoc¨¦s (SNP, en sus siglas en ingl¨¦s), Stewart McDonald, ha dado en el clavo al sugerir que todo lo ocurrido no era m¨¢s que el ensayo previo del Partido Conservador ante las ¡°previsibles colas en los aeropuertos que vendr¨¢n con la era post-Brexit¡±.