Macron II, el presidente protector
La pandemia, la recesi¨®n y la sensaci¨®n de inseguridad de los franceses aceleran la mutaci¨®n ideol¨®gica del mandatario
Era el presidente liberal, el que iba a abrir definitivamente Francia a la globalizaci¨®n, el que deb¨ªa romper con las inercias de uno de los pa¨ªses occidentales en los que el Estado es m¨¢s intervencionista, el que barrer¨ªa a la clase pol¨ªtica responsable de estas inercias, y el que transformar¨ªa un modelo social que para muchos es un tesoro digno de preservar intacto y para otros un freno. Emmanuel Macron lleg¨® hace tres a?os y medio al palacio del El¨ªseo con un mensaje rupturista.
Los a?os en el poder y, sobre todo, la covid-19 ¡ªla crisis sanitaria y la econ¨®mica, unida a la sensaci¨®n de inseguridad de muchos ciudadanos¡ª lo han cambiado todo. En la ¨²ltima etapa de su mandato, que acaba en 2022, Macron adopta elementos de la ret¨®rica populista. Habla de soberan¨ªa y de protecci¨®n. Incluso ha hecho suyo el lema de los partidarios de la salida del Reino Unido de la Uni¨®n Europa hicieron campa?a a 2016 a favor del Brexit: take back control. Es decir, recuperar el control o las riendas del pa¨ªs.
¡°Algo ocurre en nuestras sociedades, y es una sensaci¨®n de p¨¦rdida de control mientras que, en paralelo, perdemos el control del sentido. Y pienso en nuestros conciudadanos que quieren que se les ayude a reencontrar el control¡±, dijo el presidente franc¨¦s a finales de agosto, en un encuentro con periodistas en un restaurante de Par¨ªs. ¡°Es lo que vivimos durante la pandemia: la vulnerabilidad ante un virus, pero tambi¨¦n el sentimiento de vulnerabilidad al que conduce esta mundializaci¨®n", a?adi¨®. "As¨ª que, para m¨ª, el hilo rojo de la acci¨®n que pido al Gobierno es c¨®mo recobrar juntos el dominio de nuestro destino individual y colectivo¡±.
No es que Macron se haya convertido en un brexiter a la francesa, ni que haya abrazado las ideas de sus adversarios en la extrema izquierda y la extrema derecha. El presidente franc¨¦s sigue colocando Europa en el centro de sus prioridades: el acuerdo de este verano para el plan de recuperaci¨®n en la UE es un avance que habr¨ªa parecido irrealizable cuando, hace unos a?os, present¨® sus propuestas para una mayor integraci¨®n. Tampoco ha aparcado todas las reformas que puso en marcha en los primeros a?os del mandato.
Pero palabras e ideas que raramente se escuchaban en su boca ¡ªy que en Francia defend¨ªan los populistas de ambos bandos¡ª se han vuelto habituales. Tab¨²es para el macronismo de primera hora como los cierres de fronteras o el endeudamiento masivo han saltado por los aires.
¡°En 2017 el macronismo era un discurso de adaptaci¨®n a la mundializaci¨®n¡±, explica Luc Rouban, polit¨®logo en Sciences Po y autor de Le paradoxe du macronisme. ¡°Era una forma de pragmatismo que consist¨ªa en superar la divisi¨®n entre derecha e izquierda, en explicar que el mundo evoluciona y que Francia debe evolucionar, y en decir que todos los viejos aparatos pol¨ªticos eran incapaces de ofrecer soluciones concretas y que impiden reformar¡±. La pandemia marca un corte despu¨¦s de d¨¦cadas en las que las fuerzas ciegas del mercado o de instancias supranacionales parec¨ªan regir los destinos de la humanidad. ¡°La mirada hacia el mundo evoluciona, con el retorno de los Estados y las fronteras, y la idea de que las democracias representativas solo funcionan si los Gobiernos disponen a¨²n de una capacidad de acci¨®n¡±, argumenta Rouban.
El sondeo anual de Ipsos/Sopra Steria sobre las ¡°fracturas francesas¡±, publicado la semana pasada, refleja una triple demanda de protecci¨®n. Primero, ante el mundo: un 60% cree que la mundializaci¨®n es ¡°una amenaza para Francia¡±, 12 puntos m¨¢s que en 2017, cuando Macron gan¨® las elecciones. Segundo, protecci¨®n ante el vendaval econ¨®mico: un 55% es partidario de reforzar el papel del Estado antes que aumentar el margen de maniobra de las empresas. Y tercero, protecci¨®n ante el crimen, con la chocante cifra de un 55% de franceses partidarios de restablecer la pena de muerte.
Los episodios de violencia ¡ªcomo los choques armados por un ajuste de cuentas en Dijon o la muerte de un conductor de autob¨²s en Bayona tras la agresi¨®n de un pasajero¡ª ocuparon parte de la agenda informativa del verano. Y abrieron el debate sobre lo que el nuevo ministro del Interior, G¨¦rald Darmanin, califica de ¡°asilvestramiento¡±: ensauvagement, en franc¨¦s, un t¨¦rmino que usaba la extrema derecha y con connotaciones coloniales.
Con la crisis sanitaria en marcha y los primeros estragos de la crisis econ¨®mica, el tema de discusi¨®n pol¨ªtica en Francia en este inicio de curso ha sido una supuesta explosi¨®n de la inseguridad. M¨¢s all¨¢ de la discutible realidad estad¨ªstica (pese al repunte reciente de algunos indicadores, a largo plazo la violencia declina), lo que preocupa a Macron es la percepci¨®n de los franceses. Con la mirada en 2022, no quiere ceder ni un mil¨ªmetro a sus oponentes pol¨ªticos. Ni en la izquierda: adem¨¢s de hablar de proteccionismo y protecci¨®n social, agita la bandera del ecologismo. Ni en la derecha: el discurso de la ley y el orden, y el de la autoridad, figura hoy en el centro de su programa.
El mandatario aguanta en las encuestas
La econom¨ªa francesa ha entrado en recesi¨®n, la pandemia de la covid-19 sigue amenazando la salud de millones de franceses y, seg¨²n ministros del propio Gobierno, Francia vive en una situaci¨®n de inseguridad preocupante. Y, sin embargo, Emmanuel Macron aguanta en los sondeos.
Seg¨²n el m¨¢s reciente, publicado este fin de semana por el instituto Ifop, un 38% de los franceses est¨¢n satisfechos con el presidente de la Rep¨²blica, dos puntos por encima de lo registrado el mes pasado. No es un resultado brillante (un 62% est¨¢n insatisfechos con ¨¦l, un punto menos que en agosto), pero s¨ª superior al de sus antecesores, Fran?ois Hollande (23%) y Nicolas Sarkozy (32%), a estas alturas de sus respectivos mandatos. Los datos confirman que Macron dispone de una base electoral s¨®lida.
A ello le ayuda la debilidad de la oposici¨®n. La izquierda est¨¢ dividida entre los populistas de la Francia Insumisa, de Jean-Luc M¨¦lenchon, los restos del Partido Socialista y los pujantes ecologistas. En la derecha, Los Republicanos ven c¨®mo Macron les come el terreno en el ala moderada. De ah¨ª la ofensiva que ha lanzado el exministro Xavier Bertrand para postularse por la derecha como aspirante a la presidencia en 2022, para lo que busca adem¨¢s el respaldo del exmandatario Nicolas Sarkozy. Y, en la extrema derecha, Marine Le Pen afronta la amenaza de su sobrina, Marion Mar¨¦chal, que cuestiona su liderazgo.
Por su parte, la valoraci¨®n del primer ministro, Jean Castex ¡ªen el cargo desde el pasado 3 de julio¡ª, cay¨® tres puntos, al pasar del 48% al 45% de popularidad, mientras el malestar con su trabajo se mantuvo en un 46%.
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