Chile decide en las urnas el futuro de la Constituci¨®n de Augusto Pinochet
Despu¨¦s de 40 a?os, 30 de ellos en democracia, 14,7 millones de ciudadanos votar¨¢n en un refer¨¦ndum si reemplazan la carta fundamental redactada en 1980 por la dictadura
Chile enfrenta este domingo un plebiscito hist¨®rico. Despu¨¦s de 40 a?os, 30 de ellos en democracia, 14,7 millones de ciudadanos est¨¢n convocados a decidir el futuro de la Constituci¨®n vigente, redactada en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Es la salida institucional propuesta por las principales fuerzas pol¨ªticas chilenas y el Gobierno de derecha de Sebasti¨¢n Pi?era para e...
Chile enfrenta este domingo un plebiscito hist¨®rico. Despu¨¦s de 40 a?os, 30 de ellos en democracia, 14,7 millones de ciudadanos est¨¢n convocados a decidir el futuro de la Constituci¨®n vigente, redactada en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Es la salida institucional propuesta por las principales fuerzas pol¨ªticas chilenas y el Gobierno de derecha de Sebasti¨¢n Pi?era para encauzar las revueltas que en octubre de 2019 pusieron en riesgo la estabilidad democr¨¢tica. Marcadas por niveles in¨¦ditos de movilizaci¨®n y de violencia, las protestas se repitieron hace una semana al conmemorarse un a?o del estallido social. El porcentaje de participaci¨®n es una de las principales inc¨®gnitas de la jornada, en un pa¨ªs con voto voluntario y r¨¦cord regionales de abstenci¨®n. El refer¨¦ndum se realiza cuando todav¨ªa la primera ola de la pandemia de la covid-19 no est¨¢ controlada y en un medio de una profunda crisis de confianza hacia el Congreso, los partidos pol¨ªticos y el Ejecutivo.
Es el proceso electoral m¨¢s importante y simb¨®lico que se haya registrado en Chile desde 1988, cuando se celebr¨® el plebiscito sobre la continuidad del Augusto Pinochet, que abri¨® paso a las primeras elecciones democr¨¢ticas. Habr¨¢ dos papeletas. Una para decidir si se aprueba o rechaza la idea de cambiar la Constituci¨®n vigente de 1980. En la otra, se le preguntar¨¢ a la ciudadan¨ªa por el ¨®rgano que la redactar¨¢: si una convenci¨®n constitucional compuesta por 155 ciudadanos especialmente elegidos para ese fin o una convenci¨®n mixta de 172 miembros, integrada en partes iguales por parlamentarios (50% y 50%). De ganar la opci¨®n de quienes quieren reemplazar la Constituci¨®n, habr¨ªa otra particularidad: la convenci¨®n elegida en abril pr¨®ximo ser¨¢ paritaria, es decir, compuesta en igual n¨²mero por hombres y mujeres.
Si triunfa la opci¨®n de quienes rechazan el reemplazo de la actual Constituci¨®n, en cambio, seguir¨¢ vigente el texto actual. No existe ning¨²n compromiso de reforma y cualquier cambio quedar¨ªa a la voluntad de los dirigentes pol¨ªticos.
¡°Hemos tenido distintas constituciones en la historia y todas ellas fueron escritas despu¨¦s de alg¨²n evento de fuerza militar. Esta ser¨¢ la primera vez que la Constituci¨®n ser¨¢ redactada por un ¨®rgano de la sociedad chilena, como la convenci¨®n constitucional, si gana esta opci¨®n en el plebiscito¡±, explica Ricardo Lagos, expresidente de la Rep¨²blica entre 2000 y 2006. ¡°Se redactar¨¢ entre 2021 y 2022, cuando estamos en plena revoluci¨®n digital que tiene que consagrar mecanismos para que permitan escuchar a la sociedad de manera adecuada. Lo que est¨¢ en cuesti¨®n es c¨®mo se hace una Constituci¨®n que ayude a recuperar la confianza entre la ciudadan¨ªa y los poderes del Estado¡±, asegura el socialista.
Aunque con voto voluntario se debilita el poder predictor de las encuestas, los sondeos de opini¨®n indican que la opci¨®n de quienes quieren cambiar la Constituci¨®n ganar¨¢ con entre el 69% y el 85% de los votos, de acuerdo al medio Tresquintos, que analiza todos los estudios publicados hace un a?o. Para la convenci¨®n constitucional, el rango de apoyo estar¨ªa entre el 57% y e 70%.
Medio centenar de modificaciones
La carta fundamental vigente ha sufrido 53 modificaciones en su historia. En 2005, durante el Gobierno de Lagos, se eliminaron importantes enclaves autoritarios, como la figura de los senadores designados que representaban a las Fuerzas Armadas y otros poderes del Estado y que alteraron por tres lustros la mayor¨ªa de la centroizquierda en el Parlamento. La Constituci¨®n actual lleva la firma del socialista. Es uno de los argumentos que ha utilizado parte de la derecha para rechazar el proceso de cambio, porque una buena parte del oficialismo apoya la confecci¨®n de un nuevo texto.
¡°El ide¨®logo de la Constituci¨®n de 1980, Jaime Guzm¨¢n, era admirador de Franco y qued¨® devastado cuando todo lo que en Espa?a qued¨® bien atado fue desarmado a los pocos a?os de morir el dictador. Por lo tanto, la carta fundamental vigente defiende la instalaci¨®n de una democracia autoritaria y protegida. Aunque en democracia se ha reformado decenas de veces, no hay una sola coma de esos cambios que no hayan sido concesiones de los partidos herederos de la dictadura, porque se necesitaban altos qu¨®rum para cualquier reforma¡±, explica el constitucionalista chileno Javier Couso, catedr¨¢tico de la Universidad de Utrecht de Holanda. ¡°Jam¨¢s se pudieron tocar los aspectos neoliberales y m¨¢s ideol¨®gicos de la Constituci¨®n, donde se garantizan las soluciones privadas para problemas p¨²blicos en la educaci¨®n, salud o la misma seguridad social¡±.
La fuerza fundamental detr¨¢s de las revueltas es una evidente fractura generacional. Las protestas han sido protagonizadas por las generaciones j¨®venes que no vivieron la dictadura militar (1973-1990). Tambi¨¦n son los que componen mayoritariamente el padr¨®n electoral del plebiscito de este domingo: un 57,9% no ten¨ªa edad de votar en el refer¨¦ndum de 1988 o no hab¨ªa ni siquiera nacido. ¡°Los que tienen entre 18 y 34 a?os se sent¨ªan menos asustados que los mayores cuando arrancaron las revueltas de octubre, participaron m¨¢s en las protestas, consideran en mayor medida que la democracia en Chile funciona mal o muy mal, pero son m¨¢s optimistas frente al futuro¡±, explica Carmen Le Foulon, del Centro de Estudios P¨²blicos (CEP), que realiz¨® en diciembre una de las encuestas que mejor retratan las complejidades de estallido. ¡°Se informan sobre todo por redes sociales y valoran m¨¢s que los mayores la violencia: un 15% justifica la participaci¨®n de barricadas y destrozos¡±.
El soci¨®logo Manuel Canales, acad¨¦mico de la Universidad de Chile, ha alertado hace al menos 15 a?os en sus escritos sobre la olla a presi¨®n que se estaba calentando en Chile: ¡°Era observable que pod¨ªa haber una reacci¨®n popular muy fuerte, porque se percib¨ªa mucho dolor en medio del ¨¦xito¡±. Canales explica que existi¨® un per¨ªodo inicial donde el r¨¦gimen de sociedad que arranca a fines de los a?os setenta logra una conformidad por salir de la pobreza y el inicio del consumo, que constituye un hito sobre el que se gir¨® mucho en la transici¨®n.
¡°Pero esa conformidad de salir de pobres dur¨® lo que dura y en 2005, los hijos de esa generaci¨®n empiezan a manifestar su fatiga de subjetividades¡±, se?ala el acad¨¦mico chileno. Para Canales, ¡°es una generaci¨®n sin miedo y un colectivo que no habla desde la pobreza, sino en nombre de un derecho¡±. ¡°Cuando resuena la frustraci¨®n del d¨ªa a d¨ªa, porque esta vida no era la prometida, deja con hambre. Los que protagonizan estas revueltas, por lo tanto, son los hijos de la promesa de la felicidad¡±. El soci¨®logo explica que no se trata de un malestar de un pueblo que ha satisfecho sus necesidades b¨¢sicas y se plantea nuevas y le viene un malestar por no poder realizarlas. ¡°Se trata de un pueblo que hizo un proyecto y que invirti¨® su vida en lograrlo y que lo hizo en los t¨¦rminos institucionales que les obligamos, pero la prosperidad no le lleg¨®¡±.