Chile inicia el camino hacia un nuevo modelo de pa¨ªs sin el lastre de la dictadura
El cambio de la Constituci¨®n heredada de Pinochet deber¨¢ resolver la demanda de m¨¢s derechos sociales
Tras el aplastante triunfo de la opci¨®n para cambiar la Constituci¨®n de 1980 (un 78,27%) en el refer¨¦ndum celebrado el domingo, arranca desde este lunes en Chile una nueva etapa: la elecci¨®n en abril de los 155 ciudadanos que deber¨¢n redactar una nueva ley fundamental que sustituir¨¢ a la vigente desde hace 40 a?os, desde la dictadura de Augusto Pinochet. La convenci¨®...
Tras el aplastante triunfo de la opci¨®n para cambiar la Constituci¨®n de 1980 (un 78,27%) en el refer¨¦ndum celebrado el domingo, arranca desde este lunes en Chile una nueva etapa: la elecci¨®n en abril de los 155 ciudadanos que deber¨¢n redactar una nueva ley fundamental que sustituir¨¢ a la vigente desde hace 40 a?os, desde la dictadura de Augusto Pinochet. La convenci¨®n tendr¨¢ entre nueve meses y un a?o para trabajar en un texto que delinear¨¢ un nuevo modelo de pa¨ªs y que deber¨¢ estar listo en junio de 2022 para ser sometido a refer¨¦ndum y, si se cumplen los plazos, entrar en vigor ese oto?o. Todo apunta a que uno de los nudos de mayor tensi¨®n girar¨¢ en torno a los derechos sociales.
Existen temas importantes, como el propio sistema de Gobierno, con partidarios del presidencialismo, el semipresidencialismo y el parlamentarismo, tanto en el oficialismo de derechas como en la oposici¨®n. ¡°Pero en los derechos sociales probablemente se trasladar¨¢ la discusi¨®n en el eje derecha-izquierda, porque la derecha est¨¢ muy asustada con este asunto. Ha expresado el temor de que si garantizan derechos sociales exigibles en la Constituci¨®n, se llevar¨¢ al pa¨ªs a la quiebra y que ser¨¢ una pol¨ªtica p¨²blica establecida en la carta gundamental, lo que es absurdo¡±, opina Claudia Heiss, polit¨®loga de la Universidad de Chile, que fue integrante de la comisi¨®n t¨¦cnica para el proceso constituyente en 2019 por el Frente Amplio, un conglomerado de izquierdas.
¡°En la derecha existe temor a la judicializaci¨®n, es decir, que en nombre de los derechos sociales sea la justicia la que obligue al Estado a asignar recursos. Pero es un miedo infundado¡±, seg¨²n Heiss. ¡°Hoy en d¨ªa, en Chile hay una agenda robusta en demanda de derechos sociales como parte del mandato que ha dado el plebiscito y el estallido social de octubre de 2019¡±, agrega. ¡°No se trata de enumerar derechos, pero debieran estar, como m¨ªnimo, el derecho a la educaci¨®n, la salud, las pensiones, la vivienda, el trabajo y el medioambiente¡±, concluye.
La constitucionalista Constanza Hube, acad¨¦mica de Derecho de la Universidad Cat¨®lica, explica que ¡°sin duda, un punto central de la discusi¨®n ser¨¢ qu¨¦ derechos sociales se van a incorporar en la nueva Constituci¨®n, de qu¨¦ manera se pretenden garantizar estos derechos sociales y si se va a permitir que la sociedad civil pueda participar de la soluci¨®n de los problemas p¨²blicos¡±. ¡°Este ¨²ltimo punto me parece prioritario y, lamentablemente, desde el punto de vista ideol¨®gico no hay consenso para evitar que solo sea un monopolio del Estado¡±, se?ala Hube, que en el plebiscito del domingo vot¨® no y probablemente ser¨¢ candidata a integrar la convenci¨®n constitucional por el oficialismo.
Javier Couso, constitucionalista chileno y catedr¨¢tico de la Universidad de Utrecht, ha explicado que aunque la actual carta fundamental ha sufrido 53 reformas, ¡°jam¨¢s se pudieron tocar los aspectos neoliberales y m¨¢s ideol¨®gicos de la Constituci¨®n, donde se garantizan las soluciones privadas para problemas p¨²blicos en la educaci¨®n, salud o la misma seguridad social¡±.
Hube discrepa: ¡°No es cierto el debate que se ha instalado de que la Constituci¨®n actual sea neoliberal, porque una Constituci¨®n no establece modelos de sociedad ni modelos econ¨®micos¡±. Lo que es efectivo, dice, ¡°es que la Constituci¨®n vigente es incompatible con determinados sistemas econ¨®micos, como la econom¨ªa centralmente planificada. Pero este texto ha permitido transitar a Chile de un modelo de mercado a otro social de mercado y el Estado en 30 a?os no se ha encogido, sino todo lo contrario¡±.
La acad¨¦mica de la Universidad Cat¨®lica a?ade: ¡°Es interesante mantener los derechos sociales que tenemos hoy d¨ªa, porque reflejan el avance gradual y no el retroceso: el derecho a recibir una justa retribuci¨®n por el trabajo, derecho a la protecci¨®n de la salud, el derecho a la educaci¨®n, a la seguridad social¡±. Pero se reconoce ¡°cauta¡± con respecto a nuevos derechos que se podr¨ªan agregar al nuevo texto. ¡°Hay que ser responsables y evitar las grandes ofertas de derechos sociales para no seguir generando expectativas. No pueden ser garantizados por medio de recursos de protecci¨®n, porque se corre el riesgo de judicializar la pol¨ªtica¡±.
Para Tom¨¢s Jord¨¢n, abogado y coordinador del proceso constituyente del segundo Gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018), en la actual Constituci¨®n ¡°existe un desequilibrio con los derechos sociales¡±. ¡°En 1980 se hizo una opci¨®n ideol¨®gica en favor de los derechos econ¨®micos, dejando de lado la mirada social, de tradici¨®n europea, donde la Constituci¨®n es un marco para habilitar el juego democr¨¢tico, por un lado, y para adoptar medidas que permitan corregir las desigualdades sociales, por otro¡±, se?ala el jurista. ¡°Este ¨²ltimo punto no tiene cabida en nuestra Constituci¨®n¡±.
Una convenci¨®n paritaria
La convenci¨®n que zanje este debate ser¨¢ paritaria entre hombres y mujeres. La elecci¨®n de sus integrantes el 11 de abril se har¨¢ bajo las mismas reglas de la C¨¢mara de Diputados. El tan rotundo apoyo a una convenci¨®n constitucional compuesta por 155 personas especialmente elegida para redactar la Carta Fundamental (78,99% contra un 21,01% que prefiri¨® un ¨®rgano compuesto en partes iguales por parlamentarios), ¡°muestra un rechazo a la clase pol¨ªtica en su conjunto¡±, seg¨²n Sylvia Eyzaguirre, investigadora del Centro de Estudios P¨²blicos (CEP). ¡°Algunos dirigentes y partidos han querido arrogarse el triunfo, como si fuera de la oposici¨®n y el fracaso del Gobierno. Pero es el fracaso de los partidos pol¨ªticos¡±, agrega la doctora en Filosof¨ªa.
Eyzaguirre se?ala que se trata de un ¡°enorme desaf¨ªo¡± lo que Chile tiene por delante: ¡°Se debe lograr que las personas sientan que el ¨®rgano que escribir¨¢ la Constituci¨®n ser¨¢ leg¨ªtimo¡±. Cuando los diferentes sectores pol¨ªticos y t¨¦cnicos acordaron las reglas del plebiscito que finalmente se celebr¨® ayer, se opt¨® por proponer a la ciudadan¨ªa ¡°una figura compleja¡±, seg¨²n la investigadora del CEP. ¡°Vamos a elegir a los convencionales con el mismo sistema que escogemos a los diputados¡±, explica, por lo que se corre el riesgo de que sea un espejo de las fuerzas de la C¨¢mara. Eyzaguirre era partidaria de un ¨®rgano por sorteo, como fue en Islandia, o de una la lista ¨²nica nacional, que es proporcional y da muchas oportunidades a los distintos movimientos de salir electos. ¡°En Chile, adem¨¢s, hay dificultades para formar partidos pol¨ªticos y muchas trabas para los independientes¡±.
El oficialismo de derecha del Gobierno de Sebasti¨¢n Pi?era como los partidos de oposici¨®n comienzan una carrera contra reloj para llegar respectivamente unidos a la elecci¨®n de convencionales el 11 de abril. Tiene una importancia fundamental: afrontar divididos esa fecha tiene un gran costo con miras a conseguir los dos tercios necesarios en la convenci¨®n para aprobar los contenidos de la nueva Constituci¨®n.
Para Alfredo Joignant, acad¨¦mico de la Universidad Diego Portales, ¡°mientras m¨¢s desunida va la oposici¨®n, mejor le va a la derecha¡±. ¡°Y, objetivamente, est¨¢ mejor parado el oficialismo, porque son menos partidos. Son tres o cuatro, mientras que en la oposici¨®n existen al menos 15¡±, agrega Joignant. "En cualquier caso ¨Cconcluye¨C, ¡°no vislumbro que nadie aplaste a nadie, por las reglas electorales que regulan la forma en que se elegir¨¢ la convenci¨®n¡±, se?ala el investigador principal del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesi¨®n Social (COES), que considera un error pensar que en Chile la derecha solo representa el 21,73% que obtuvo ayer la opci¨®n de quienes rechazaban una nueva Constituci¨®n.
El debate sobre la participaci¨®n
En el hist¨®rico plebiscito que se celebr¨® el domingo en Chile hubo un 50,9% de participaci¨®n. ¡°Subimos un punto y tanto en comparaci¨®n con la segunda vuelta presidencial de 2017, pero Chile sigue pegado en un 50% de abstenci¨®n¡±, opina Alfredo Joignant, acad¨¦mico de la Universidad Diego Portales. ¡°Era un refer¨¦ndum donde estaban en juego asuntos cruciales, el proceso electoral m¨¢s importante desde 1988 [del refer¨¦ndum a favor y en contra de Augusto Pinochet]. Y, a pesar de esto, apenas vot¨® el 50% y algo m¨¢s de los chilenos. Hay pa¨ªses que con pandemia han tenido tasas de participaci¨®n muy importantes, y Chile, no¡±, agrega Joignant.
Enumera algunas hip¨®tesis, adem¨¢s del efecto de la pandemia: que el grupo de 60 a?os o m¨¢s no haya acudido a las urnas por temor a los contagios y que los hayan reemplazado los j¨®venes masivamente, un abstencionismo importante de las personas que se dicen de derecha ¨Cporque baj¨® la participaci¨®n en las zonas acomodadas de Santiago¨C y que se trataba de un plebiscito de resultados ultraconocidos, sin sorpresas. ¡°De todo, lo que m¨¢s me alegra es que haya aumentado la participaci¨®n en zonas populares de Santiago, como La Pintana, donde pas¨® del 36% al 50%. Se reducen las brechas de desigualdad pol¨ªtica de voz, aunque no se anulan¡±.
Pero hay quienes opinan que el 50,9% de participaci¨®n es un buen porcentaje, porque se da en un contexto de pandemia, estado de excepci¨®n constitucional ¨Ccon toque de queda¨C y con el pa¨ªs sufriendo un ¡°abstencionismo estructural¡±, como lo llama Marcela R¨ªos, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En Chile, la baja participaci¨®n fue un fen¨®meno que se acrecent¨® desde que se implement¨® el voto voluntario en 2012 (la participaci¨®n cay¨® desde el 87% en 1989 hasta el 49% en la segunda vuelta presidencial de 2017, con un m¨ªnimo hist¨®rico del 36% en las municipales de 2016).
El del domingo, adem¨¢s, congreg¨® al mayor n¨²mero de votantes en la historia de Chile: 7.562.173 personas participaron en el plebiscito. Seg¨²n Joignant, sin embargo, ¡°en estas cosas hay que comparar peras con peras¡±. ¡°Los electorados se expanden y el padr¨®n est¨¢ en 14,8 millones de personas. Lo que se puede comparar, por lo tanto, son los porcentajes¡±.