Putin promete una respuesta ¡°asim¨¦trica, r¨¢pida y dura¡± a quien cruce las l¨ªneas rojas de Rusia
El presidente ruso acusa a Occidente de orquestar un golpe de Estado en Bielorrusia y el intento de asesinato de Aleksandr Lukashenko
Los enemigos de Rusia ¡°se arrepentir¨¢n¡±. El presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, ha prometido este mi¨¦rcoles que quienes crucen las ¡°l¨ªneas rojas¡± de Rusia recibir¨¢n una respuesta ¡°asim¨¦trica, r¨¢pida y dura¡±. En su discurso sobre el estado de la naci¨®n, centrado en la pol¨ªtica interna y en la econom¨ªa, pero tambi¨¦n ribeteado de amenazas contra Occidente, el l¨ªder ruso ha advertido de represalias si el pa¨ªs se ve obligado a defender sus intereses. ¡°Los organizadores de cualquier provocaci¨®n que atente contra los intereses fundamentales de nuestra seguridad se arrepentir¨¢n de una forma que no han lamentado durante mucho tiempo¡±, ha aseverado ante un sal¨®n lleno de miembros del Gobierno, parlamentarios, l¨ªderes religiosos y personalidades de la ¨®rbita del Kremlin. Todo mientras Mosc¨² ha desplegado en las fronteras con Ucrania un mayor contingente de soldados y armas incluso que en 2014.
Putin no se?al¨® a ning¨²n pa¨ªs y remarc¨® que ser¨¢ Rusia quien se?ale, en cada caso, d¨®nde est¨¢n esas ¡°l¨ªneas rojas¡±. Y aunque remarc¨® que no quiere ¡°quemar puentes¡± y s¨ª ¡°tener buenas relaciones con todos los participantes de la sociedad internacional¡±, tambi¨¦n subray¨® que los arsenales de nuevas armas nucleares de Rusia han aumentado y est¨¢n listos y que pronto se les sumar¨¢n su dron submarino Poseid¨®n y el misil de crucero Burevestnik.
En su discurso ampliamente esperado, con Ucrania, la Uni¨®n Europea y la OTAN en alerta por el despliegue de tropas y el temor a un posible movimiento geopol¨ªtico, y su cr¨ªtico m¨¢s feroz, Alex¨¦i Navalni, preso y enfermo, Putin ha cargado contra el ¡°tono ego¨ªsta y arrogante de Occidente¡± y le ha se?alado por sumar a las sanciones ¡°toscos intentos de imponer su voluntad a otros por la fuerza¡±.
Ante una sala en la que, pese a que son obligatorias por la pandemia de coronavirus, las mascarillas eran muy escasas, el mandatario ruso ha ido un paso m¨¢s all¨¢ y ha acusado a Occidente de organizar lo que ha definido como un intento de golpe de Estado en Bielorrusia que inclu¨ªa, ha dicho, el asesinato del presidente, Aleksandr Lukashenko. ¡°La pr¨¢ctica de organizar golpes de Estado, planes de asesinatos pol¨ªticos, incluidos los de altos funcionarios, ya es demasiado¡±, ha remarcado Putin, que ha mencionado Venezuela y a Nicol¨¢s Maduro, y al ucranio V¨ªktor Yanukovich, que huy¨® del pa¨ªs a Rusia en 2014 empujado por una gran movilizaci¨®n ciudadana proeuropea y contra la corrupci¨®n que termin¨® derivando en la anexi¨®n de la pen¨ªnsula ucrania de Crimea por parte de Rusia mediante un refer¨¦ndum ilegal y en la guerra del Donb¨¢s, en la que Mosc¨² apoya militar y pol¨ªticamente a los separatistas prorrusos. ¡°Ya se han cruzado todas las fronteras¡±, ha dicho Putin.
Es inquietante la menci¨®n del supuesto golpe de Estado, que se produce unos d¨ªas despu¨¦s de que los servicios secretos rusos (FSB) y los bielorrusos (KGB) detuvieran en la capital rusa a algunos de los supuestos cabecillas de la asonada; entre los acusados, el polit¨®logo Aleksandr Feduta, su antiguo portavoz cuando lleg¨® al poder, en 1994, que despu¨¦s se convirti¨® en opositor. El resonante respaldo de Putin a Lukashenko, que reprime las protestas por la democracia en Bielorrusia desde el verano, no solo implica que Bielorrusia est¨¢ girando ya inexorablemente hacia Mosc¨², sostiene Maxim Samorukov, del centro Carnegie de Mosc¨²; tambi¨¦n puede suponer un paso geopol¨ªtico clave m¨¢s en el acuerdo sobre la uni¨®n de ambos pa¨ªses.
Este jueves, Putin y Lukashenko se re¨²nen en Mosc¨² y el l¨ªder bielorruso ha avanzado que tras ese encuentro anunciar¨¢ ¡°una de las decisiones m¨¢s importantes¡± de su presidencia, que supera un cuarto de siglo; un comentario que ha disparado la especulaci¨®n de los analistas.
Putin ha evitado mencionar Ucrania. Tampoco ha hablado del conflicto del Donb¨¢s. Ni de la propuesta que le lanz¨® el martes el presidente ucranio, Volod¨ªmir Zelenski, de encontrarse en esa regi¨®n ucrania, que vive una guerra desde hace siete a?os que ha costado la vida a unas 14.000 personas, seg¨²n la ONU.
Con los ojos puestos en las elecciones parlamentarias de septiembre y ante el creciente descontento social por la p¨¦rdida de ingresos reales en Rusia, que han ca¨ªdo un 11% desde 2013, Putin ha centrado su discurso en temas sociales y econ¨®micos; tambi¨¦n elogi¨® la respuesta rusa a la pandemia de coronavirus y ha pedido a la ciudadan¨ªa que se vacune. Pese a que Rusia fue el primer pa¨ªs en registrar una vacuna, la Sputnik V, autorizada ya en m¨¢s de 60 pa¨ªses y que se ha convertido en una potente herramienta geopol¨ªtica, solo un 6% de los rusos se la ha puesto.
El l¨ªder ruso ha anunciado tambi¨¦n una lluvia de ayudas para ganarse el apoyo de los rusos, que sufren por el gran aumento del precio de los alimentos b¨¢sicos. Estar¨¢n destinadas a apoyar fundamentalmente a las familias con hijos para quienes prev¨¦ una ayuda de unos 110 euros a pagar en agosto, 61 euros para las familias monoparentales y un pago mensual de 64 euros a las ¡°futuras madres en dificultades¡±. Medidas, ha comentado despu¨¦s Dmitri Medv¨¦dev, su antiguo primer ministro y l¨ªder de Rusia Unida (el partido del Gobierno), que ser¨¢n las l¨ªneas maestras de su programa electoral para los comicios de septiembre.
Y mientras Putin iba desgranando sus anuncios y cargaba contra Occidente, las protestas en apoyo al opositor Navalni se iniciaban en varias ciudades del Lejano Oriente ruso que por su huso horario han dado ¡ªmuy t¨ªmidamente¡ª el pistoletazo de salida a las movilizaciones para exigir la liberaci¨®n del l¨ªder opositor, que tendr¨¢ que cumplir dos a?os y ocho meses de condena por violar los t¨¦rminos de la libertad condicional de una sentencia antigua (y pol¨¦mica) mientras estaba en Alemania recuper¨¢ndose del envenenamiento del verano pasado en Siberia que casi le cuesta la vida y tras el que Occidente ve la mano del Kremlin.
En los ¨²ltimos d¨ªas, mientras va aumentando la preocupaci¨®n por la salud del opositor, en su tercera semana en huelga de hambre para reclamar que le vea un m¨¦dico de su elecci¨®n, Rusia ha agudizado la represi¨®n contra los aliados de Navalni con nuevos registros y detenciones y la amenaza de declarar su fundaci¨®n y sus sedes pol¨ªticas como organizaciones extremistas. Las autoridades han advertido que aplastar¨¢n las manifestaciones no autorizadas, como hicieron el pasado enero, cuando el activista anticorrupci¨®n fue arrestado nada m¨¢s regresar a Mosc¨² desde Berl¨ªn. Antes incluso de empezar las protestas en Mosc¨² y San Petersburgo, la polic¨ªa hab¨ªa detenido a m¨¢s de un centenar de personas, pese a que las movilizaciones no fueron nutridas.
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