Las divisiones sacuden al Black Lives Matter
La fundadora de la organizaci¨®n contra la brutalidad policial enfrenta acusaciones de falta de transparencia entre los integrantes del movimiento negro
Un paseo por casi cualquier barrio urbano de Estados Unidos es suficiente para ver el apoyo a Black Lives Matter (BLM, ¡°Las Vidas Negras Importan¡±), la organizaci¨®n nacida en las redes sociales en 2013 tras la absoluci¨®n de un hombre, George Zimmerman, de 28 a?os, que mat¨® a tiros al afroamericano Treyvon Martin, de 17. Ocho a?os despu¨¦s, el movimiento se ha hecho mundialmente conocido, sus demandas han...
Un paseo por casi cualquier barrio urbano de Estados Unidos es suficiente para ver el apoyo a Black Lives Matter (BLM, ¡°Las Vidas Negras Importan¡±), la organizaci¨®n nacida en las redes sociales en 2013 tras la absoluci¨®n de un hombre, George Zimmerman, de 28 a?os, que mat¨® a tiros al afroamericano Treyvon Martin, de 17. Ocho a?os despu¨¦s, el movimiento se ha hecho mundialmente conocido, sus demandas han calado en el debate social estadounidense y su trabajo ha sido fundamental para lograr, por ejemplo, la condena de Derek Chauvin, el polic¨ªa que asfixi¨® y caus¨® la muerte al afroamericano George Floyd en mayo de 2020.
Las banderas del movimiento se han reproducido en los ¨²ltimos a?os en porches, ventanas y patios de casas y apartamentos de toda clase social, donde conviven con la ense?a de las barras y las estrellas. La organizaci¨®n, que obtuvo 90 millones de d¨®lares (unos 74 millones de euros) en donativos el a?o pasado, vive una severa crisis por su falta de direcci¨®n y diversas pol¨¦micas que involucran a su dirigente m¨¢s visible.
Tory Johnson, de 35 a?os, se mud¨® en 2012 al sur de Los ?ngeles. Lleg¨® a la costa oeste con escaso equipaje procedente de Marion, Indiana, al noreste del pa¨ªs. Con los a?os fue encontrando una vocaci¨®n de activista comunitario en Huntington Beach, un enclave conservador mayoritariamente blanco que solo tiene un 1,4% de poblaci¨®n negra. ¡°Somos muy pocos. Hay unos 10.000 comercios en la zona y solo tres o cuatro son de afroamericanos¡±, cuenta por tel¨¦fono mientras detalla sus esfuerzos por hacer que de la zona sea m¨¢s diversa y atractiva para las minor¨ªas.
Johnson gan¨® legitimidad cuando encabez¨® las protestas de Black Lives Matter en Huntington Beach el 31 de mayo de 2020, cuando miles de estadounidenses salieron a las calles a protestar por el asesinato de George Floyd. La manifestaci¨®n en esa zona, que tiene presencia de grupos radicales de la ultraderecha, tuvo momentos de tensi¨®n despu¨¦s de que la polic¨ªa declarara ilegal la protesta y disparara gas pimienta para dispersar a los manifestantes.
Despu¨¦s de aquello, Johnson intent¨® convertir a establecer su organizaci¨®n en una de las plataformas oficiales de Black Lives Matter. Insisti¨® numerosas veces con llamadas y correos a la fundaci¨®n creada y encabezada por las activistas californianas Patrice Kahn-Cullors, Alicia Garza y por Opal Tometi, de Phoenix (Arizona). Nunca obtuvo respuesta. Desde entonces, la organizaci¨®n de Johnson es una de las muchas extraoficiales que hay en el pa¨ªs defendiendo que las vidas de los negros importan. En 2020 una decena de estas subsidiarias pidieron dinero a la matriz para poder seguir operando. Kahn Cullors y Garza declinaron las peticiones de entrevista de este peri¨®dico. Tometi no pudo ser contactada.
Johnson ha utilizado la marca local de BLM como una plataforma pol¨ªtica. Ha iniciado un largo camino para tratar de convertirse, en las elecciones de 2022, en el primer concejal negro de Huntington Beach. Como activista est¨¢ decepcionado con el movimiento que se convirti¨® en un fen¨®meno nacional despu¨¦s de su nacimiento como hashtag en las redes sociales. ¡°Hay mucho descontento y divisi¨®n entre las filas. Necesitamos liderazgo, alguien que d¨¦ un paso al frente y nos organice a todos¡±, admite.
Voces cr¨ªticas como las de Johnson se escuchan cada vez m¨¢s en Estados Unidos. No solo por parte de los l¨ªderes locales de un movimiento que se inici¨® desde abajo y que ha crecido velozmente y de forma desarticulada. Tambi¨¦n los familiares de las v¨ªctimas de la violencia han puesto en duda la eficacia de la organizaci¨®n. Una de ellas ha sido Tamika Palmer, la madre de Breonna Taylor, la joven de 26 a?os muerta en un tiroteo provocado en marzo de 2020 por polic¨ªas de Kentucky que irrumpieron en su casa a la fuerza. ¡°Nunca he tratado personalmente con la plataforma de BLM de Louisville y creo que son un fraude, Attica Scott [la congresista local dem¨®crata] tambi¨¦n lo es¡±, escribi¨® Palmer en abril en una publicaci¨®n de Facebook que despu¨¦s borr¨®.
Lisa Simpson, madre de Richard Risher, un joven de 18 a?os asesinado por la polic¨ªa en California en 2016, tambi¨¦n ha acusado de inaccesible a la dirigencia de la organizaci¨®n. ¡°Es muy triste que Patrice Cullors salga en los medios diciendo que es muy f¨¢cil dar con ella cuando llevo cinco a?os tratando de hablar con ella. Nunca la he visto en mi vida en Los ?ngeles y eso que ah¨ª nac¨ª y crec¨ª¡±, dijo Simpson en una entrevista a finales de abril.
Sospechas financieras
Activistas con larga trayectoria sobre el terreno, como Najee Ali, dirigente del proyecto Esperanza Isl¨¢mica, han acusado a Black Lives Matter de falta de transparencia. Ali, que ha tenido una tirante relaci¨®n con BLM desde 2016, ha hecho un llamamiento a la organizaci¨®n a reparar los da?os econ¨®micos de las familias de las v¨ªctimas y los gastos legales que estas afrontan con los millonarios donativos ingresados el a?o pasado para la causa.
Ali, Tory Johnson y otras voces cr¨ªticas de Black Lives Matter se han encargado de publicitar un controvertido hecho. La artista Khan-Cullors ha comprado al menos tres casas entre 2016 y 2020, dos de ellas en Los ?ngeles y otra m¨¢s en Atlanta, Georgia, por m¨¢s de 1,5 millones de d¨®lares (alrededor de 1,2 millones de euros). A mediados de abril, The New York Post afirm¨® tambi¨¦n que la activista y su esposa hab¨ªan comprado una residencia de 1,4 millones de d¨®lares en la zona angelina de Topanga Canyon. Una revelaci¨®n que fractur¨® a¨²n m¨¢s las complicadas relaciones dentro del movimiento. El l¨ªder de la plataforma de BLM en Nueva York, Hawk Newsome, pidi¨® investigar la gesti¨®n del dinero de la fundaci¨®n.
Las transacciones inmobiliarias no se han podido vincular directamente a los donativos recibidos, pero los rumores obligaron a la organizaci¨®n a calificar de falsas las acusaciones. La fundadora del movimiento emiti¨® un comunicado asegurando que solo ha cobrado 120.000 d¨®lares de BLM desde 2013 por su trabajo como portavoz y que en 2019 dej¨® de percibir salario por ello. Cullors, quien se identifica como marxista, se convirti¨® en una de las activistas m¨¢s afamadas de Estados Unidos. Consigui¨® contratos para publicar libros, patrocinios de la marca de calzado UGG y un acuerdo de un mill¨®n de d¨®lares con los estudios Warner para producir contenidos afroamericanos para la televisi¨®n. Tambi¨¦n es maestra de Prescott, una universidad privada de Arizona.
Pese a lo que dicen sus fundadoras, ni un d¨®lar han visto Tory Johnson y algunas v¨ªctimas de la brutalidad policial. ¡°No entiendo c¨®mo Cullors ha hecho tanto dinero. Est¨¢ comprando casas que dice que son para su familia. Su familia est¨¢ viva y nuestros hijos est¨¢n muertos y no van a volver¡±, dijo Lisa Simpson.
Los gastos de la organizaci¨®n
La Fundaci¨®n BLM asegur¨® en un informe publicado el pasado mes de febrero que 8,4 millones de d¨®lares (unos 6,9 millones de euros) de su presupuesto se han utilizado en gastos operativos y m¨¢s de dos millones de d¨®lares en la campa?a de televisi¨®n para motivar el voto negro en Georgia. Otros 21,7 millones fueron donados a 33 ONG, de las cuales 23 pertenecen al movimiento LGTBI y a plataformas oficiales de la organizaci¨®n. EL PA?S contact¨® con tres de estas asociaciones sin ¨¢nimo de lucro para saber si los donativos efectivamente se hab¨ªan realizado, pero no obtuvo respuesta.
¡°Ya no somos un movimiento peque?o o pobre. Ahora somos una instituci¨®n, somos maduros. Estamos creciendo y aumentando la participaci¨®n en el mundo de la filantrop¨ªa¡±, asegura el informe anual de la fundaci¨®n, que sostiene que en caja, sin gastar, quedan unos 60 millones de d¨®lares.