Macron admite en Ruanda la ¡°responsabilidad abrumadora¡± de Francia en el genocidio
Par¨ªs quiere normalizar la relaci¨®n con Kigali, envenenada por el apoyo franc¨¦s al r¨¦gimen que perpetr¨® las matanzas de tutsis y por los silencios posteriores
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, abri¨® el jueves un nuevo cap¨ªtulo en la compleja relaci¨®n de Francia con Ruanda al reconocer la ¡°responsabilidad abrumadora¡± de su pa¨ªs en el genocidio de 1994. En un discurso en Kigali, la capital ruandesa, Macron rechaz¨® toda culpa y complicidad francesa en el asesinato de m¨¢s de 800.000 ruandeses de etnia tutsi a manos del r¨¦gimen hutu, pero admiti¨® que Par¨ªs, aunque de forma involuntaria, tuvo un papel en el ¡°engranaje que condujo a lo peor¡±. El anfitri¨®n, Paul Kagame, aplaudi¨® sus palabras.
Macron no present¨® excusas ni pidi¨® perd¨®n de forma expl¨ªcita como hizo hace 21 a?os la antigua potencia colonial, B¨¦lgica, pero en cambio indic¨® que Francia tiene ¡°una deuda¡± hacia las v¨ªctimas y que son estas las que tienen ¡°el don¡± del perd¨®n. El presidente ruand¨¦s, Kagame, describi¨® despu¨¦s en una rueda de prensa el discurso de su hom¨®logo como un acto ¡°de inmenso coraje¡± con ¡°m¨¢s valor que unas excusas¡±.
¡°Al estar hoy [por el jueves] aqu¨ª con humildad y respeto a vuestro lado, vengo a reconocer nuestras responsabilidades¡±, dijo el presidente de la Rep¨²blica en el discurso de 14 minutos en el Memorial Gisozi. All¨ª est¨¢n inhumados los restos de 250.000 v¨ªctimas del genocidio perpetrado hace 27 a?os por un r¨¦gimen que hab¨ªa contado con el apoyo pol¨ªtico y militar de Francia. Desde entonces, el papel de Par¨ªs y la resistencia francesa a asumir sus responsabilidades han envenenado la relaci¨®n entre Par¨ªs y Kigali.
Macron pronunci¨® un discurso denso que refleja su idea de la pol¨ªtica de la memoria para un pa¨ªs que, como dice en una entrevista reci¨¦n publicada por la revista Zadig, necesita ¡°una mirada desacomplejada y l¨²cida¡± sobre el pasado con sus luces y sombras. Es uno de los ejes de su acci¨®n al frente de Francia, en la estela de su predecesor Jacques Chirac, que en 1995 fue el primer presidente en admitir la responsabilidad de Francia en la deportaci¨®n y el exterminio de jud¨ªos durante la Segunda Guerra Mundial. ¡°En la vida de una naci¨®n¡±, dijo Chirac, ¡°hay momentos que hieren la memoria y la idea que uno se hace de su pa¨ªs¡±.
Macron recoge este esp¨ªritu. En los ¨²ltimos meses, se han publicado sendos informes de historiadores: uno, sobre la guerra de Argelia entre 1954 y 1962, que todav¨ªa marca y divide a Francia; y el otro, sobre Ruanda, donde el pa¨ªs, seg¨²n su presidente, ¡°tiene un deber: el de mirar a la historia a la cara y reconocer la parte de sufrimiento que infligi¨® al pueblo ruand¨¦s al hacer prevalecer el silencio durante demasiado tiempo en el examen de la verdad¡±.
La derecha y la extrema derecha francesas suelen acusar a Macron de caer en la autoflagelaci¨®n. En el caso de Ruanda, se a?ade la incomodidad de los antiguos colaboradores del socialista Fran?ois Mitterrand, presidente entre 1981 y 1995 y responsable ¨²ltimo de los errores de Francia en Ruanda, seg¨²n el informe encargado por Macron y publicado en marzo bajo la direcci¨®n del historiador Vincent Duclert.
¡°Solo los que atravesaron la noche pueden, quiz¨¢, perdonar, conceder el don, en este caso, de perdonarnos¡±, dijo Macron. ¡°Lo recuerdo, lo recuerdo, lo recuerdo¡±, a?adi¨® en la principal lengua ruandesa, el kinyarwanda.
Francia ve el discurso como la etapa final en la normalizaci¨®n de la relaci¨®n con Ruanda, que deber¨ªa culminar con el nombramiento de un embajador franc¨¦s, ausente desde 2015. Uno de los momentos m¨¢s complicados lleg¨® en 2006, con la ruptura de las relaciones tras la imputaci¨®n de nueve altos cargos pr¨®ximos a Kagame por el juez franc¨¦s Jean-Louis Brugui¨¨re, que los acus¨® de estar detr¨¢s del atentado contra el avi¨®n en el que muri¨® en 1994 el presidente ruand¨¦s Juv¨¦nal Habyarimana. El atentado marc¨® el inicio del genocidio de los tutsis.
Francia y Ruanda retomaron la relaci¨®n en 2009. Al a?o siguiente, el presidente Nicolas Sarkozy admiti¨® en Kigali ¡°errores pol¨ªticos¡± y ¡°una forma de ofuscaci¨®n¡± de Francia en Ruanda. Pero fue Macron, en el cargo desde 2017, quien fij¨® la plena normalizaci¨®n como prioridad. Apoy¨® a la ruandesa Louise Mushikiwabo para presidir la Organizaci¨®n Internacional de la Francofon¨ªa. Y cultiv¨® como aliado en ?frica a Kagame, que ha liderado con mano de hierro su pa¨ªs durante estas d¨¦cadas y gan¨® las ¨²ltimas elecciones con un 98,8% de votos. La oposici¨®n lament¨®, en v¨ªsperas de la visita de Macron, que este ¡°callase ante el reino autoritario y las violaciones de los derechos humanos¡±, inform¨® la agencia France Presse.
El caso judicial contra los colaboradores de Kagame qued¨® sobrese¨ªdo en julio de 2020, poco despu¨¦s de la detenci¨®n en las afueras de Par¨ªs, donde viv¨ªa escondido, de F¨¦licien Kabuga, considerado uno de los principales responsables del genocidio.
¡°Reconocer este pasado, que es nuestra responsabilidad, es un gesto sin contrapartidas¡±, dijo Macron. ¡°Es exigencia hacia nosotros mismos y para nosotros mismos, deuda hacia las v¨ªctimas despu¨¦s de tantos silencios pasados, don a los vivos de quienes todav¨ªa podemos, si lo aceptan, calmar el dolor¡±.
C¨®mo pedir perd¨®n
Francia no es el primer pa¨ªs o instituci¨®n en asumir responsabilidades en el genocidio ruand¨¦s. ¡°La comunidad internacional, junto a las naciones de ?frica, debe asumir su parte de responsabilidad en esta tragedia¡±, dijo el expresidente de EE UU Bill Clinton en 1998. Un a?o despu¨¦s, el ex secretario general de la ONU Kofi Annan expres¨® su ¡°remordimiento profundo¡± por no haber hecho m¨¢s para frenar el genocidio. Y en 2000, el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt declar¨®: ¡°En nombre de mi pa¨ªs, rindo tributo a las v¨ªctimas, y en nombre de mi pa¨ªs, de mi pueblo, os pido perd¨®n¡±. Tambi¨¦n el Vaticano ha pedido perd¨®n por ¡°los pecados¡± de la Iglesia y sus miembros. El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, que ten¨ªa 16 a?os cuando se perpetr¨® el genocidio y no pertenece a ninguno de los partidos que gobernaba entonces, se aparta de estos y otros gestos de contrici¨®n. Su m¨¦todo es distinto: no presenta sus excusas y, aunque se acerca a ello, no pide perd¨®n directamente. Pero reconoce a las v¨ªctimas la potestad de conceder este perd¨®n. ¡°Un genocidio no se borra¡±, afirm¨® ayer en Kigali. ¡°Es indeleble. Nunca tiene un final¡±.
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