?Por qu¨¦ el 80% de los chilenos no acude a votar?
En medio de un proceso constituyente empujado por la movilizaci¨®n social, la pasada elecci¨®n de gobernadores alcanz¨® cifras r¨¦cord de ausentismo en las urnas
El domingo pasado se celebraron en Chile las primeras elecciones democr¨¢ticas de gobernadores regionales, en las que solo particip¨® el 19,6% de los convocados, es decir 2,5 millones de chilenos de los 13 millones llamados a las urnas. Fue una marca hist¨®rica de baja participaci¨®n que, sin embargo, no sorprendi¨® a los expertos: desde que el plebiscito de 1988 que sell¨® la suerte de la dictadura de ...
El domingo pasado se celebraron en Chile las primeras elecciones democr¨¢ticas de gobernadores regionales, en las que solo particip¨® el 19,6% de los convocados, es decir 2,5 millones de chilenos de los 13 millones llamados a las urnas. Fue una marca hist¨®rica de baja participaci¨®n que, sin embargo, no sorprendi¨® a los expertos: desde que el plebiscito de 1988 que sell¨® la suerte de la dictadura de Augusto Pinochet, la participaci¨®n en las elecciones ha ca¨ªdo de forma imparable.
En 2012, cuando entr¨® en vigor el voto voluntario, la tendencia se aceler¨® y en las elecciones municipales de 2016 apenas particip¨® el 36%, el anterior r¨¦cord de baja participaci¨®n. La apat¨ªa de la mayor¨ªa de los ciudadanos se ha visto reforzada por fen¨®menos coyunturales, como la pandemia. Pero llama la atenci¨®n que en un pa¨ªs sumido en un proceso constituyente impulsado por la movilizaci¨®n social, que puso contra las cuerdas a la institucionalidad con las revueltas de octubre de 2019, haya tal desinter¨¦s por acudir a votar.
El soci¨®logo Octavio Avenda?o, doctor en Ciencia Pol¨ªtica, dice que la sociedad chilena est¨¢ marcada por el ¡°apoliticismo¡±. ¡°En 2019 hubo movilizaciones, paralizaciones y huelgas en muchos territorios del pa¨ªs, incluso en lugares rec¨®nditos. Pero es errado pensar que involucr¨® a toda la poblaci¨®n en su conjunto. Los que se sumaron al proceso de cambio son parte de un segmento minoritario, mientras que el resto no se interesa por nada¡±, explica el acad¨¦mico de la Universidad de Chile. 48 horas antes de las elecciones del domingo, los ciudadanos hac¨ªa largas filas fuera de los centros comerciales de Santiago en previsi¨®n del confinamiento que comenz¨® a regir el mismo fin de semana de la votaci¨®n: ¡°La clase pol¨ªtica y los sectores progresistas no quieren reconocer que existen expectativas sociales que no tienen relaci¨®n con el cambio estructural por una sociedad igualitaria, como algunos quisieran, sino que el com¨²n de los chilenos apuesta a tener mayores oportunidades en el mercado¡±, asegura Avenda?o.
El proceso de cambios profundos que vive Chile se est¨¢ realizando ¡°bajo condiciones de precariedad institucional¡±, dice el profesor, sin partidos ni organizaciones representativas fuertes, como los sindicatos, colegios profesionales y las federaciones estudiantiles. Esto explica, a su juicio, lo vol¨¢til del escenario pol¨ªtico. ¡°Cambia todos los d¨ªas, semana a semana¡±, asegura sobre el mapa pol¨ªtico chileno.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) considera que hay factores que explican la baja participaci¨®n chilena: problemas de representaci¨®n, de desconfianza en el sistema y la falta de informaci¨®n, que no se resuelven de un d¨ªa a otro. ¡°La activaci¨®n pol¨ªtica que ha provocado el proceso constituyente no necesariamente se traslada a la elecci¨®n habitual de autoridade¡±, asegura Marcela R¨ªos, coordinadora del ¨¢rea de gobernabilidad en la oficina de Chile del PNUD. Ofrece un dato: en el plebiscito de octubre de 2020, donde gan¨® con un 80% la opci¨®n de reemplazar la actual Constituci¨®n, aument¨® la participaci¨®n entre los j¨®venes 18 a 29 a?os, pero dejaron de participar los mayores de 50 a?os, que eran votantes fieles, probablemente por la pandemia.
Adem¨¢s, ¡°nunca antes tuvimos un calendario electoral tan abultado, con tantas elecciones juntas¡±, explica la soci¨®loga sobre las 10 elecciones que se van a celebrar en Chile entre mayo pasado y noviembre pr¨®ximo, cuando se celebren las parlamentarias y presidenciales. Antes, se celebrar¨¢n las primarias presidenciales, el 18 de julio, en apenas un mes. Tampoco hay mecanismos que favorezcan la participaci¨®n, como el voto anticipado, el sufragio postal y las facilidades para las personas con problemas de movilidad. ¡°El padr¨®n es r¨ªgido y los ciudadanos no pueden elegir el lugar de votaci¨®n. Tenemos un sistema electoral poco amigable que obliga a la gente a trasladarse y a que miembros de una misma familia deben moverse a distintos lugares para poder sufragar, muchas veces lejos de su domicilio¡±, comenta la experta.
La nueva ola de la covid-19 no contribuy¨® a que la gente concurra a las urnas. Ni tampoco que se tratara de una elecci¨®n de gobernadores, un cargo desconocido para una buena parte de la poblaci¨®n. ¡°Hubo poca informaci¨®n por parte del Estado y los partidos pol¨ªticos, preocupados sobre todo por la presidencial, al igual que los medios de comunicaci¨®n¡±, comenta R¨ªos.
Y, nuevamente, se repitieron las diferencias de participaci¨®n entre los ricos y pobres. En Vitacura, una zona acomodada de la capital, acudi¨® a las urnas el 52,82% de los convocados. En la popular La Pintana, en cambio, el 16,07%. Lo mismo sucedi¨® entre las regiones. En Antofagasta, en el norte, acudi¨® solo un 12,2% del padr¨®n. En Santiago, en tanto, un 25,70%. Para muchos expertos fue una paradoja que una elecci¨®n que apunta a disminuir el centralismo de Chile, la de gobernadores, contara con la participaci¨®n de 1,5 millones de votantes de la capital sobre un total de 2,5 millones.
Javier Sajuria, doctor en Ciencia Pol¨ªtica y director del centro de estudios Espacio P¨²blico, considera que los chilenos que no votan ¡°tienden a ser menos politizados, se identifican menos con la izquierda-derecha y los partidos pol¨ªticos y tienen menor inter¨¦s y opini¨®n¡±. Para Sajuria, hay un asunto central: si un ciudadano no est¨¢ acostumbrado a votar resulta dif¨ªcil que luego adquiera el h¨¢bito.
El editor de la revista acad¨¦mica Politics agrega a la ecuaci¨®n el papel de los propios dirigentes pol¨ªticos. ¡°Es menos complejo hacer que los que apoyan a tus contrincantes no voten que movilizar a la gente a votar por tu propia opci¨®n¡±, asegura sobre las campa?as negativas.
La baja participaci¨®n electoral ha llevado al Parlamento a impulsar un proyecto de reposici¨®n del voto obligatorio, que se ha aprobado en la C¨¢mara de Diputados y ser¨¢ discutido en breve por el Senado. Es una medida que, a juicio de los expertos, no basta si no est¨¢ acompa?ada de otras iniciativas. ¡°Chile necesita una agenda robusta, amplia y sistem¨¢tica de fomento a la participaci¨®n que tiene que considerar que es un fen¨®meno multidimensional que no se va a resolver autom¨¢ticamente¡±, opina R¨ªos del PNUD.
Para el soci¨®logo Avenda?o, firme partidario del voto obligatorio, esta medida llega tarde. ¡°Es hoy en d¨ªa un arma de doble filo, porque no sabemos lo que va a movilizar al 60% o al 50% de la poblaci¨®n que no ha votado de manera regular. Ser¨ªa bueno saberlo, sin duda, pero podr¨ªan optar por soluciones de tipo populista o autoritaria¡±.
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