La eutanasia cancelada de Martha Sep¨²lveda: cuando tu decisi¨®n de morir se convierte en debate nacional
La colombiana de 51 a?os que padece una enfermedad degenerativa contin¨²a exigiendo su derecho a una muerte digna. As¨ª fue la semana en que le negaron un procedimiento para poner fin a su vida
Todos los d¨ªas desde que le cancelaron la eutanasia, Martha Sep¨²lveda se ha enfrentado a una pregunta recurrente: ¡°?Sigues segura de tu decisi¨®n?¡±. Sus abogados, que adelantan demandas para que sea autorizado nuevamente el procedimiento de muerte digna, se la repiten para saber si contin¨²an con esos tr¨¢mites judiciales.
Afuera, en el mundo que ella ya no quer¨ªa vivir desde que padece la enfermedad degenerativa Esclerosis Lateral Amiotr¨®fica (ELA), arrecia un vendaval de opiniones, juicios, entrevistas y comunicados, que han intentado aplastar a esta mujer de 51 a?os, que d¨ªas antes sali¨® en un reportaje de televisi¨®n plena y sonriente esperando su muerte.
Su respuesta ¨Ccuenta su abogada Camila Jaramillo¨C ha sido invariable. ¡°No he cambiado de opini¨®n¡±, les dice. Lo que s¨ª le ha cambiado es la sonrisa, que ya no la tiene.
La eutanasia que no fue
El domingo 10 de octubre a las 7 de la ma?ana, Sep¨²lveda esperaba morir. A esa hora ya deb¨ªa haber ido a la cl¨ªnica Instituto Colombiano del Dolor, Incodol, en Medell¨ªn, se habr¨ªa ubicado en un cuarto donde le habr¨ªan preguntado en varias oportunidades si entend¨ªa las consecuencias de su decisi¨®n y si estaba de acuerdo, y ella habr¨ªa dicho que s¨ª. Luego le habr¨ªan inyectado un sedante con otras sustancias y, sin consciencia, morir¨ªa por un paro cardiorespiratorio. ¡°Inconsciente y sin dolor¡±, agrega Jaramillo.
Luego, como la mujer lo hab¨ªa pedido, se har¨ªa una misa y se cremar¨ªa su cuerpo, todo el mismo domingo, d¨ªa importante para una mujer cat¨®lica como ella. Terminar¨ªa as¨ª con el sufrimiento que le produce la enfermedad por la que requiere ayuda para caminar.
Nada de eso ocurri¨®. Misa, cremaci¨®n y encuentros familiares para recordarla quedaron suspendidos. Un comit¨¦ cient¨ªfico de personas que ella no conoce, y que ya hab¨ªa autorizado antes su eutanasia, decidi¨® que no ser¨ªa as¨ª.
La noche del viernes 8 de octubre, una carta se desliz¨® por la puerta de la casa donde viven Sep¨²lveda y su hijo, Federico Redondo. Les anunciaban que se hab¨ªa cancelado el procedimiento. Ambos pensaron que era una broma de mal gusto, alg¨²n fan¨¢tico religioso molesto por su decisi¨®n.
¡°Cuando le cont¨¦ que era real yo temblaba y ella, que tampoco lo cre¨ªa, termin¨® ri¨¦ndose. ¡®Entonces ser¨¢ cuando Dios quiera¡¯, dijo¡±, cuenta Camila Jaramillo, que pertenece al Laboratorio de Derechos Econ¨®micos, Sociales y Culturales (Desclab), que lleva varios casos de eutanasia.
Su caso ha sacudido a Colombia y se ha convertido en tema de conversaci¨®n entre familias, en caf¨¦s y restaurantes en ciudades grandes y tambi¨¦n peque?as y ha generado decisiones pol¨ªticas y jur¨ªdicas. Sep¨²lveda iba a ser la primera mujer en el pa¨ªs en acceder a la eutanasia ¨Cdespenalizada en 1997 y reglamentada en 2015¨C sin tener una enfermedad terminal.
Para ella todo empez¨® hace tres a?os cuando sinti¨® un dolor profundo en la mano y le diagnosticaron ELA. Con el tiempo, comenz¨® a perder movilidad y a necesitar m¨¢s ayuda para dar pasos, para asearse y eventualmente para comer. Ven¨ªa mascullando la idea de la eutanasia hace tiempo, discuti¨¦ndola con su hijo y con su madre, que no estaba de acuerdo.
Hasta 2021 esa opci¨®n estaba disponible en Colombia para pacientes con enfermedades cuyo pron¨®stico de vida es menor a seis meses. Pero en julio, la Corte Constitucional extendi¨® el derecho a la muerte digna a personas con enfermedades no terminales que por causa de ellas tengan ¡°intenso sufrimiento f¨ªsico o mental por lesiones corporales o enfermedades graves e incurables¡±.
La de Sep¨²lveda es incurable y como ella ha dicho le causa sufrimiento. Por ello, cuatro d¨ªas despu¨¦s de conocer la sentencia solicit¨® a su cl¨ªnica acceder al procedimiento bajo ese nuevo fallo. La instituci¨®n m¨¦dica lo estudi¨® y se lo autoriz¨®, despu¨¦s del an¨¢lisis de un comit¨¦ cient¨ªfico basado en su historia cl¨ªnica. La mujer hizo el duelo, se despidi¨® de los suyos y, el domingo anterior a la fecha prevista para su eutanasia, sali¨® en televisi¨®n el domingo en horario de m¨¢xima audiencia.
Una sociedad religiosa
Colombia es un estado laico, pero su poblaci¨®n es mayoritariamente cat¨®lica. La misma Martha, que vive en Antioaquia, uno de los departamentos m¨¢s religiosos del pa¨ªs, la practica. Sus palabras, pero sobre todo su sonrisa ante las c¨¢maras de televisi¨®n, causaron pol¨¦mica y un comunicado de la Iglesia que le ped¨ªa replantear su decisi¨®n.
Tras el reportaje, en el transcurso de la semana, la cl¨ªnica llam¨® a la mujer para una nueva revisi¨®n con una neur¨®loga. La familia crey¨® que era un tr¨¢mite m¨¢s y asisti¨®. Nunca les dijeron que estaban revaluando la decisi¨®n. La neur¨®loga consign¨®, de acuerdo con el portal La Silla Vac¨ªa, que Martha ten¨ªa un ¡°mayor deterioro de la marcha¡± y hab¨ªa perdido fuerza en sus miembros superiores. Por eso la decisi¨®n de dar marcha atr¨¢s al procedimiento caus¨® desconcierto.
En medio de la avalancha, el gerente de la cl¨ªnica, Fredy Quintero, asegur¨® que encontraron que la enfermedad de Martha ¡°no hab¨ªa progresado en los ¨²ltimos tres meses y tiene una mayor expectativa de vida¡±. Fernando Redondo explot¨® en sus redes sociales: ¡°?De qu¨¦ mejor¨ªa habla (Incodol)? Si en la cita a la que mi mam¨¢ se vio obligada a ir por exigencia de Incodol la conclusi¨®n de la especialista fue otra radicalmente distinta, ?el sustento de esto es una valoraci¨®n que se le hizo a mi mam¨¢ por TV?¡±, denunci¨® en su cuenta de Twitter.
Las lecturas sobre lo que pas¨® van desde lo jur¨ªdico hasta lo pol¨ªtico. El representante a la C¨¢mara Jos¨¦ Reyes Kuri, del partido Liberal, quien ha presentado tres proyectos de ley de eutanasia, considera que ante el impacto medi¨¢tico del reportaje, la cl¨ªnica se asust¨® porque el Ministerio de Salud no hab¨ªa actualizado la reglamentaci¨®n sobre el procedimiento de eutanasia bajo las condiciones que aprob¨® en julio. ¡°Relacionado a eso creo que tambi¨¦n influye un Congreso que no ha legislado sobre un derecho tan importante y adem¨¢s, una presi¨®n muy fuerte de grupos religiosos que quieren imponerle su visi¨®n del mundo al resto de la sociedad¡±, dijo a EL PA?S.
El caso de Martha moviliz¨® entonces al Gobierno de Iv¨¢n Duque, cuyas bases son conservadoras y usualmente contrarias a la eutanasia y el aborto en Colombia. Ante la pol¨¦mica, el Ministerio se escud¨® en que el ¨²ltimo fallo no se conoc¨ªa en su integralidad y que ellos no hab¨ªan sido notificados. Por lo tanto, dijeron, ¡°no se producen los efectos jur¨ªdicos derivados de la sentencia¡±. Sin embargo, desde hace dos d¨¦cadas, en Colombia estos tienen efectos desde que son comunicados por la Sala Plena del tribunal constitucional.
Un d¨ªa despu¨¦s, la Corte Constitucional ¨Choy de mayor¨ªa liberal¨C le respondi¨® al Gobierno, public¨® el fallo completo e inst¨® al Congreso a avanzar en la ¡°protecci¨®n del derecho fundamental a morir dignamente, con miras a eliminar las barreras a¨²n existentes para el acceso efectivo a dicho derecho¡±.
Martha y su hijo han guardado silencio. Ella, ha dicho el muchacho, volvi¨® a tener un semblante sombr¨ªo como cuando empez¨® a deteriorarse por la enfermedad. Su decisi¨®n de morir se convirti¨® en una discusi¨®n nacional que promete no detenerse. Seg¨²n cuenta su abogada, Sep¨²lveda decidi¨® retirarse al campo y esperar a que le reprogramen la eutanasia. Se mantiene en su decisi¨®n.
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