Leer, dormir y escribir sus memorias: la nueva vida de la excanciller Merkel
La colaboradora m¨¢s cercana de la mandataria anuncia que escribir¨¢n a medias una biograf¨ªa pol¨ªtica
Se lo han preguntado muchas veces en los ¨²ltimos meses, y ella apenas ha soltado prenda: ?Qu¨¦ va a hacer Angela Merkel tras abandonar la canciller¨ªa alemana, que ha ocupado 16 a?os? En septiembre reconoci¨® que desde que entr¨® en pol¨ªtica no hab¨ªa tenido un minuto libre para decidir a qu¨¦ iba a dedicarse despu¨¦s. Lo dijo en un encuentro con la autora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, el mismo en el que ...
Se lo han preguntado muchas veces en los ¨²ltimos meses, y ella apenas ha soltado prenda: ?Qu¨¦ va a hacer Angela Merkel tras abandonar la canciller¨ªa alemana, que ha ocupado 16 a?os? En septiembre reconoci¨® que desde que entr¨® en pol¨ªtica no hab¨ªa tenido un minuto libre para decidir a qu¨¦ iba a dedicarse despu¨¦s. Lo dijo en un encuentro con la autora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, el mismo en el que por primera vez confes¨®: ¡°S¨ª, soy feminista¡±, tras haber evitado pronunciarse durante sus tres d¨¦cadas en cargos p¨²blicos. ¡°He cumplido 67 a?os y no me queda una cantidad infinita de tiempo¡±, reflexion¨®. ¡°?Quiero escribir, quiero hablar, quiero hacer senderismo, quiero quedarme en casa, quiero ver mundo? He decidido empezar por no hacer nada y ver qu¨¦ sucede despu¨¦s¡±, asegur¨®.
Nadie imaginaba a Merkel echando el rato ociosa en su casa, y menos a¨²n despu¨¦s de que hace unos d¨ªas se filtrara a la prensa la solicitud que present¨® al Bundestag para disponer de su propia oficina en el bulevar berlin¨¦s Unter den Linden. Todos los excancilleres tienen derecho a un despacho, a personal y a ch¨®fer, pero el documento en el que Merkel pide nueve empleados (dos directores de oficina, dos asesores especializados, tres administrativos y dos conductores) acab¨® de confirmar que la exmandataria va a desarrollar alg¨²n tipo de actividad p¨²blica. De momento, se sabe que est¨¢ preparando unas memorias pol¨ªticas que escribir¨¢ a cuatro manos con una de sus confidentes m¨¢s cercanas, Beate Baumann.
La que ha sido jefa de gabinete de Merkel desde 1992 adelanta que el libro que preparan no ser¨¢ una autobiograf¨ªa al uso. ¡°La canciller no quiere contar su vida, sino explicar sus principales decisiones pol¨ªticas con sus propias palabras y relacion¨¢ndolas con su trayectoria vital¡±, ha relatado a Der Spiegel. El relato saltar¨¢ de crisis en crisis: la financiera, la del euro, la de los refugiados, la del coronavirus. Es la primera vez que la enigm¨¢tica Baumann, que jam¨¢s ha concedido una entrevista, permite que un medio cite sus palabras. El proyecto se alargar¨¢ durante dos o tres a?os. ¡°La canciller y yo ten¨ªamos claro que si hac¨ªamos este libro ser¨ªa nosotras solas, sin escritor en la sombra, sin historiadores ni periodistas¡±, detalla.
Merkel se ha mudado a la antigua oficina de Margot Honecker, ministra de Educaci¨®n de la RDA comunista y esposa del presidente Erich Honecker, en un edificio propiedad del Bundestag en el n¨²mero 71 de Unter den Linden. Tambi¨¦n all¨ª tuvo el despacho su predecesor Helmut Kohl al abandonar la canciller¨ªa. Merkel y su marido, el cient¨ªfico Joachim Sauer, seguir¨¢n viviendo en el centro de Berl¨ªn, en su piso de alquiler cerca de la Isla de los Museos, aunque quiz¨¢ ahora se permitan m¨¢s escapadas a una casa en propiedad que tienen en el distrito rural de Uckermark, cerca de Templin, la ciudad de la Alemania oriental donde se crio la excanciller. Se sabe que la pareja es muy aficionada a los largos paseos por el campo, uno de los pocos hobbies que se le conocen a Merkel.
Otra que han hecho p¨²blica es la m¨²sica cl¨¢sica. El matrimonio es asiduo a conciertos y a ¨®peras en Berl¨ªn y no suele perderse los festivales de Bayreuth y Salzburgo (Austria), donde seguramente se les ver¨¢ en las pr¨®ximas ediciones, en verano. El Gobierno austriaco le acaba de regalar a Merkel un pase vitalicio para que no se pierda ninguna cita. Hasta ahora, ella misma se pagaba las entradas, asegura el comunicado de la canciller¨ªa del pa¨ªs vecino. Est¨¢ por ver si, adem¨¢s, empieza a dar conferencias, escribir tribunas en prensa o participar como ponente en alguna cita internacional. Se descarta completamente que haga como Kohl, o su inmediato predecesor, el socialdem¨®crata Gerhard Schr?der, que iniciaron negocios privados casi inmediatamente despu¨¦s de abandonar el cargo. Tampoco podr¨ªa: una ley de 2015 proh¨ªbe ahora las puertas giratorias en el primer a?o.
Lo que s¨ª ha sugerido es que estar¨¢ disponible para que el nuevo Gobierno le consulte de vez en cuando, y su sucesor, Olaf Scholz, dijo en el traspaso de la jefatura de Gobierno que le gustar¨ªa poder escuchar su opini¨®n. Si ocurre, ser¨¢ en casos puntuales y en privado, asegura la polit¨®loga Andrea R?mmele. No se espera que comente la actualidad pol¨ªtica ni d¨¦ consejos en p¨²blico al nuevo Ejecutivo. ¡°Merkel se ha ido¡±, subraya la profesora de la Hertie School of Governance.
La excanciller seguir¨¢ recibiendo su sueldo ¨ªntegro ¨Cunos 35.000 euros mensuales- durante un trimestre, la mitad de esa cantidad como m¨¢ximo durante un periodo de transici¨®n de 21 meses, y despu¨¦s le corresponder¨¢ una pensi¨®n de unos 15.000 euros, seg¨²n c¨¢lculos de Deutsche Welle. ?Lo usar¨¢ para viajar por el mundo? En alg¨²n momento ha dicho que le gustar¨ªa volver a las universidades que la han hecho doctora honoris causa para poder charlar tranquilamente con los estudiantes. De hacerlo, visitar¨ªa dos decenas de ciudades en 13 pa¨ªses, de China a Estados Unidos. Tal vez pase temporadas en Italia, donde su marido ha sido nombrado profesor de la Universidad de Tur¨ªn.
El jueves, el primer d¨ªa tras abandonar el cargo, el diario Bild la fotografi¨® entrando a su nueva oficina a las 8.20 de la ma?ana. No est¨¢ claro que vaya a tomarse un descanso, pese a que este verano dijo al recibir el doctorado en la Johns Hopkins que quiere disfrutar del tiempo libre tras 16 a?os de servicio ininterrumpido a su pa¨ªs: ¡°Tal vez intente leer algo, y se me cerrar¨¢n los ojos porque estar¨¦ cansada, as¨ª que me echar¨¦ una siesta, y luego ya veremos¡±.
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