Tecnolog¨ªas de alto impacto y arte para reconstruir los horrores de la violencia en Colombia
Una investigaci¨®n de la Comisi¨®n de la Verdad y Forensic Architecture evidencia detalles de la desaparici¨®n forzada en la retoma del Palacio de Justicia, el despojo y masacres en Urab¨¢ y el pueblo ind¨ªgena Nukak
Cada tanto un periodista acucioso desempolva im¨¢genes de la toma y retoma del Palacio de Justicia, una de las heridas abiertas de la historia reciente de Colombia: muestra personas que salieron vivas del edificio conducidas por militares y luego desaparecidas, detiene la pantalla y las confronta con sus familiares que identifican a sus parientes. Pero ver en un solo trabajo la sincronizaci¨®n de al menos 105 videos y 49 horas y 29 minutos de grabaciones con las historias de 22 personas que salieron vivas del Palacio, fueron llevadas a un museo y luego desaparecidas o asesinadas es sencillamente estremecedor.
La investigaci¨®n que hicieron la Comisi¨®n para el Esclarecimiento de la Verdad y la agencia interdisciplinar Forensic Architecture contribuye a armar de forma rigurosa el rompecabezas de lo que ocurri¨® el 6 y 7 de noviembre de 1985 en Bogot¨¢, cuando la guerrilla del M19 se tom¨® el Palacio de Justicia, sede de los altos tribunales del pa¨ªs, y el Ej¨¦rcito condujo una sangrienta retoma con tanques y fuego. El resultado fue m¨¢s de 90 muertos y al menos 11 personas desaparecidas.
El trabajo de an¨¢lisis que tom¨® dos a?os y medio sigui¨® la pista del grupo de empleados, visitantes y funcionarios judiciales calificados por las fuerzas militares como ¡°especiales¡±, que fueron llevados a diferentes instalaciones militares en Bogot¨¢, algunos siguen desaparecidos, y otros fueron ejecutados extrajudicialmente o torturados.
Con tecnolog¨ªas de visualizaci¨®n, miner¨ªa de datos, sincronizaci¨®n de videos y audios que circularon entre los militares, im¨¢genes satelitales, entrevistas a testigos y reconstrucci¨®n espacial pudieron establecer el momento en los calificaron como ¡°especiales¡± y los ¨²ltimos minutos en los que fueron vistas con vida esas 22 personas.
El seguimiento incluye los edificios a los que fueron llevados los rehenes, los veh¨ªculos utilizados, las calles, los archivos en los que la evidencia fue enterrada y las instituciones y lugares donde se perdi¨® la evidencia clave del caso.
¡°Al analizar minuto a minuto de los ¡®especiales¡¯ queremos conectar el microan¨¢lisis de casos espec¨ªficos y convertirlo en puerta de entrada a una historia m¨¢s grande. Cada historia individual, cada incidente es una manera de entender la matriz de fuerzas. Cada detalle minucioso contiene la larga duraci¨®n de la lucha contra la desaparici¨®n de personas en el caso del Palacio¡±, dijo Eyal Weizman, director de Forensic, quien habla de la investigaci¨®n arquitect¨®nica como puerta de entrada a la memoria.
Aunque muchos de estos datos reposan en documentos judiciales, es la primera vez que el p¨²blico general podr¨¢ acceder a la informaci¨®n pues los resultados de esta investigaci¨®n (y de otros dos hechos del conflicto colombiano) se pueden ver en ¡®Huellas de la Desaparici¨®n¡¯, una exposici¨®n que ir¨¢ hasta abril en el Museo de Arte Miguel Urrutia de Bogot¨¢. Con una mezcla de tecnolog¨ªa de alto impacto y ciencia se hace un acercamiento riguroso y art¨ªstico a la memoria hist¨®rica de la violencia del pa¨ªs.
La investigaci¨®n supuso tambi¨¦n novedades para los familiares de las v¨ªctimas, explica a EL PA?S el comisionado Alejandro Valencia. Por ejemplo, lo que ocurri¨® en el Museo Casa del Florero, el primer lugar al que fueron llevadas estas personas y que hasta ahora se consideraba una ¡°caja negra¡± dentro del proceso. ¡°A partir de una reconstrucci¨®n minuciosa y gracias a testimonios de personas detenidas, sabemos que el museo se convirti¨® en un centro de interrogaci¨®n y de malos tratos y fue la antesala a la desaparici¨®n forzada y a la tortura¡±, dijo Valencia.
Los resultados quedaron consignados en tres videos, uno para cada lugar donde fueron vistos los desaparecidos (la Plaza de Bol¨ªvar a la salida del Palacio, el Museo Casa del Florero y el Cant¨®n Norte), tambi¨¦n evidencia la odisea de los restos de algunas de las v¨ªctimas. ¡°Muestra los errores en el reconocimiento de los restos ¨®seos que han dejado como resultado nuevos desaparecidos¡±, dice Valencia, de la Comisi¨®n para el Esclarecimiento de la Verdad.
Uno de los seguimientos m¨¢s impactantes es el del magistrado Carlos Ur¨¢n. En uno de los videos se ve c¨®mo sali¨® con vida del Palacio y al parecer fue llevado a una ambulancia. Sin embargo, su cuerpo apareci¨® muerto dentro del edificio un d¨ªa despu¨¦s. Es decir, como indican las investigaciones, sus restos
habr¨ªan sido devueltos al Palacio para hacer creer que hab¨ªa muerto en el fuego cruzado.
El trabajo tambi¨¦n dej¨® en evidencia la existencia de un grupo de agentes encubiertos disfrazados de organismos de salud, lo que demostr¨® que ¡°las fuerzas del Estado usaron como fachada las organizaciones humanitarias de salud para detener, torturar y asesinar y desaparecer a algunos de los rehenes¡±. Y que cuando las cintas de video de la televisi¨®n llegaron a los archivos judiciales muchas fueron confiscadas por el Ej¨¦rcito, para ser editadas o fueron robadas.
Las redes del despojo
Adem¨¢s de la investigaci¨®n sobre el Palacio de Justicia, Forensic y la Comisi¨®n de la Verdad hicieron un proceso similar para otros dos hechos del conflicto armado: el despojo de tierras y una serie de masacres en Urab¨¢ y los asesinatos y desplazamiento en el territorio de los ind¨ªgenas Nukak.
Siguiendo la misma metodolog¨ªa crearon una plataforma en 3D utilizando un tipo de visualizaci¨®n de videojuego y cruzaron miles de datos de informaci¨®n catastral y financiera para demostrar los caminos del despojo de tierras en los ¨²ltimos 60 a?os en la zona donde ocurrieron las matanzas de campesinos de la comunidad de Nueva Colonia. As¨ª, en cuatro videos y un mural se puede ver la red de empresas bananeras nacionales e internacionales, bancos, fondos fiduciarios, entidades estatales y paramilitares que terminaron lucr¨¢ndose de la guerra en la regi¨®n.
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