El principal acusado de los atentados de Par¨ªs afirma que se arrepinti¨® en el ¨²ltimo momento
¡°No he matado a nadie¡±, declara Salah Abdeslam, que revela que no activ¨® su chaleco explosivo aunque confirma su lealtad al Estado Isl¨¢mico
En el largo proceso judicial en marcha por los atentados yihadistas del 13 de noviembre de 2015 en Par¨ªs todav¨ªa se est¨¢ lejos de buscar respuestas sobre el papel concreto de los 20 acusados en la noche que dej¨® 130 muertos y cientos de heridos, decenas de ellos en la sala Bataclan. Pero en el primer interrogatorio en el que ...
En el largo proceso judicial en marcha por los atentados yihadistas del 13 de noviembre de 2015 en Par¨ªs todav¨ªa se est¨¢ lejos de buscar respuestas sobre el papel concreto de los 20 acusados en la noche que dej¨® 130 muertos y cientos de heridos, decenas de ellos en la sala Bataclan. Pero en el primer interrogatorio en el que se profundiz¨® sobre su radicalizaci¨®n y el periodo inmediatamente anterior a los ataques yihadistas, el ¨²nico terrorista que sobrevivi¨® a la terrible noche parisina, Salah Abdeslam, arroj¨® este mi¨¦rcoles luz sobre una de las principales inc¨®gnitas que penden desde hace m¨¢s de seis a?os sobre esas horas de horror: ?Sobrevivi¨® porque le fall¨® el cintur¨®n explosivo que llevaba o porque se arrepinti¨® en el ¨²ltimo momento y no lo hizo detonar?
La respuesta, que no hab¨ªan logrado dilucidar los expertos pese a que han analizado minuciosamente todas las pruebas y tratado de reproducir las circunstancias, la dio de forma inesperada el propio Abdeslam. En una ¡°declaraci¨®n espont¨¢nea¡± al comienzo de dos d¨ªas de interrogatorio, dijo que el hecho de afrontar una pena grave (la perpetua) aunque no haya ¡°matado a nadie, herido a nadie, ni un rasgu?o¡±, seg¨²n subray¨®, env¨ªa el mensaje a futuros arrepentidos de que da igual que no den el paso, porque se les castigar¨¢ como si lo hubieran hecho.
¡°En el futuro, cuando un individuo se encuentre en el metro, en un autob¨²s o en otro lugar con una maleta con 50 kilos de explosivos, y que en el ¨²ltimo momento se diga que quiere dar marcha atr¨¢s, ese individuo sabr¨¢ que no tiene derecho a pensar eso, porque se le va a perseguir, a matar o a humillar como se me est¨¢ haciendo a m¨ª hoy¡±, dijo mirando fijamente al presidente del tribunal, Jean-Louis P¨¦ri¨¨s. Horas despu¨¦s, confirm¨® que decidi¨® no activar los explosivos. ¡°Cuando se est¨¢ las 24 horas del d¨ªa en aislamiento [en la c¨¢rcel], uno se dice: ¡®Deber¨ªa haber detonado esa cosa¡¯. Uno se dice: ¡®?Hice bien en dar marcha atr¨¢s o deber¨ªa haber ido hasta el final?¡±, agreg¨® durante las preguntas de uno de los abogados de la acusaci¨®n, que le recrimin¨® ¡°chantajear¡± al tribunal insinuando que si le cae una pena dura, otros futuros terroristas arrepentidos acabar¨¢n accionando sus explosivos.
La locuacidad de Abdeslam en el juicio sigue sorprendiendo tras el f¨¦rreo silencio que mantuvo desde su detenci¨®n en marzo de 2016, incluso durante su primer juicio en B¨¦lgica en 2018, donde fue condenado a 20 a?os de c¨¢rcel.
Pero en Par¨ªs rompi¨® a hablar el primer d¨ªa del proceso, en septiembre, para proclamar que lo hab¨ªa dejado ¡°todo¡± para convertirse en un ¡°combatiente del ISIS¡± y desde entonces no ha desaprovechado una sola oportunidad de manifestarse, hasta el punto de que P¨¦ri¨¨s ha tenido que silenciarle en varias ocasiones.
Este mi¨¦rcoles, sin embargo, el juez quer¨ªa saber m¨¢s de este hombre de 32 a?os que, como cont¨® en un primer interrogatorio sobre su personalidad, en noviembre, tuvo una infancia ¡°sencilla¡± en el barrio bruselense de Molenbeek, donde creci¨® ¡°impregnado de valores occidentales¡±. ?C¨®mo acab¨® este chaval al que le gustaba ¡°vivir como un libertino, sin temor de Dios¡± convertido en un miembro de un comando suicida preparado en el basti¨®n sirio-iraqu¨ª del Estado Isl¨¢mico?, se preguntan P¨¦ri¨¨s y millones de franceses hasta hoy. Algo m¨¢s, aunque no demasiado, se averigu¨® este mi¨¦rcoles durante un fluido y curiosamente educado debate entre el ¡°se?or presidente¡± y el acusado que se prolong¨® varias horas.
Pese a su eventual arrepentimiento final y a que, aunque se le ¡°pas¨® por la cabeza¡±, no lleg¨® a viajar a Siria (como s¨ª hizo su hermano Brahim, otro de los terroristas que muri¨® el 13 de noviembre), Abdeslam se dijo convencido hasta este mi¨¦rcoles de la legitimidad de la lucha del Estado Isl¨¢mico y justific¨® su violencia ¡ªpara ¨¦l los ataques como los de Par¨ªs no son atentados sino ¡°operaciones militares¡± que responden a las ¡°agresiones¡± de Francia y Occidente¡ª porque ¡°combate¡±, seg¨²n ¨¦l ¡°para restablecer el orden isl¨¢mico¡±.
¡°El mundo occidental impone su ideolog¨ªa al resto. En muchos pa¨ªses, los valores occidentales pasan por encima de los isl¨¢micos. Para nosotros los musulmanes, eso es una humillaci¨®n¡±, afirm¨®. Por eso hizo su juramento de lealtad al Estado Isl¨¢mico ¡°48 horas antes¡± de los atentados, declar¨®, si bien algo m¨¢s tarde se desdijo y asever¨® que lo hab¨ªa hecho en su ¡°coraz¨®n¡±, pero ¡°sin seguir las reglas¡±. Aun as¨ª, insisti¨® en otro momento, no se considera un ¡°peligro para la sociedad¡±.
Sus palabras indignan a las v¨ªctimas. ¡°Quiere hacernos creer que no es quien pensamos porque no ha matado a nadie y no se ha hecho estallar¡±, dijo Philippe Dupeyron, presidente de la asociaci¨®n 13onze15 Fraternit¨¦ et verit¨¦. Como record¨®, Abdeslam ¡°hizo lo que hizo, estaba donde estaba¡±.
El horror comenz¨® a las 21.16 de aquel viernes 13 de noviembre de 2015 cuando, cerca del Estadio de Francia, donde se jugaba un amistoso Alemania-Francia en presencia del presidente Fran?ois Hollande y con m¨¢s de 80.000 personas en las gradas, un kamikaze hizo estallar el chaleco con explosivos que portaba. Poco despu¨¦s, los tel¨¦fonos empezaron a sonar en todas las instancias francesas: se hab¨ªan registrado disparos y explosiones en otras partes de Par¨ªs, una zona de bares del centro y en la sala de conciertos Bataclan.
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