As¨ª se compra un Estado. C¨®mo una minera rusa corrompi¨® todos los poderes en Guatemala
Una colaboraci¨®n de una veintena de medios, entre ellos EL PA?S, revela las maniobras de Solway, el gigante ruso-suizo del n¨ªquel que extrae de la reserva de la biosfera de Izabal, en Guatemala, miles de toneladas de mineral para procesar en Ucrania
Carlos Choc acude el 22 de cada mes a firmar al juzgado de El Estor, a pocos kil¨®metros de Puerto Barrios, en el Caribe de Guatemala. Da igual donde est¨¦, si su hijo est¨¢ enfermo, si tiene trabajo o si su vida corre peligro cada vez que acude a la oficina del Ministerio P¨²blico. Cada 22 de mes debe presentarse ante un funcionario para ratificar las medidas provisionales en su contra. Choc es un periodista ind¨ªgena de su municipio, El Estor, de casi 75.000 habitantes. Normalmente cubre accidentes viales, la crecida del r¨ªo, la falta de agua o las inauguraciones del alcalde de esta regi¨®n maya Q¡¯eqchi¡¯ Q¡¯chi, compuesta por decenas de comunidades salpicadas por el imponente verde de las monta?as de Guatemala. Visita comunidades grabadora y libreta en mano, preguntando sobre el aumento de casos de dengue o los retrasos en la construcci¨®n del embarcadero, que manda desde su vieja computadora a su peri¨®dico Prensa Comunitaria. Se puede decir que Choc, que acaba de cumplir 39 a?os, es El periodista de su pueblo. As¨ª era hasta que la mina de n¨ªquel propiedad del gigante ruso Solway, con sede en Suiza, pas¨® a dominar toda la informaci¨®n. El enorme cr¨¢ter, una de las minas a cielo abierto m¨¢s grandes de Centroam¨¦rica, ha convertido su pueblo en lugar de paso decenas de camiones que cada d¨ªa salen cargados de tierra roja en direcci¨®n a Ucrania. Desde entonces se la pasa recogiendo historias sobre erupciones en la piel, un extra?a mancha que apareci¨® en el lago, los lamentos de un trabajador despedido o las consecuencias del Estado de sitio decretado por su presidente.
Una filtraci¨®n de ocho millones de documentos recibida por Forbidden Stories y que incluye conversaciones internas, ¨®rdenes de los directivos, estrategias represivas, balances financieros y correos electr¨®nicos revela la sumisi¨®n del Estado de Guatemala ante la minera, el ocultamiento de da?os ambientales o los buenos resultados econ¨®micos obtenidos durante el tiempo en que la mina tendr¨ªa que haber interrumpido operaciones debido a una orden judicial que le obligaba a una consulta previa. La investigaci¨®n, en la que han colaborado periodistas de medios como Le Monde, The Guardian o The Incetercept, es parte de la serie ¡®Green Blood¡¯, sobre el trabajo de periodistas amenazados, encarcelados o asesinados mientras investigaban temas medioambientales. Dos a?os despu¨¦s, la investigaci¨®n contin¨²a con la publicaci¨®n de ¡®Mining Secrets¡¯.
El 27 de mayo de 2017, Carlos Choc tuvo la mala suerte de ser el ¨²nico periodista en tomar una foto que le cambi¨® la vida. Era el cuerpo de Carlos Maaz tirado en el asfalto. Maaz formaba parte de un grupo de pescadores que protestaban contra la mina de ferron¨ªquel que agujerea las tierras de su pueblo y que supuestamente hab¨ªa vertido una extra?a mancha roja que hab¨ªa reducido brutalmente la pesca del lago. Durante la represi¨®n la polic¨ªa neg¨® que nadie hubiera muerto, pero Choc demostr¨® lo contrario y la mina y las autoridades le acusaron de instigaci¨®n a delinquir.
El peso del Estado cay¨® sobre ¨¦l. Primero emitieron una orden de busca y captura y despu¨¦s le abrieron una causa judicial. En su pueblo, El Estor, tampoco le ha ido mejor. Le han amenazado, han entrado en su casa, le han matado el perro y la causa judicial abierta amenaza con alejarlo de sus hijos. Lo ¨²nico que Carlos no ha dejado de hacer es escribir en su vieja computadora, aunque cada vez pisa menos su pueblo debido a las amenazas.
Carlos Choc es la v¨ªctima de una cadena de corrupci¨®n en la que ¨¦l se lleva la peor parte y que tiene a una minera rusa como protagonista. Una vasta lluvia de millones, que caen de arriba a abajo sobre todos los poderes de Guatemala. La investigaci¨®n de Forbidden Stories (FS) y sus socios revela las pr¨¢cticas con las que act¨²a la mina F¨¦nix, propiedad de Solway Investment Group, una multinacional de capital ruso con sede en Suiza que opera en Guatemala bajo las siglas de la Compa?¨ªa Guatemalteca de N¨ªquel (CGN) y Pronico. Ubicada en una reserva de la biosfera, F¨¦nix es una de las minas a cielo abierto m¨¢s grandes de Centroam¨¦rica, con acceso al lago Izabal y un puerto al Atl¨¢ntico a pocos kil¨®metros. La multinacional del n¨ªquel da empleo directo a unas 2.000 personas e indirecto a otras 2.000, pero est¨¢ enfrentada con una parte de la poblaci¨®n que denuncia la contaminaci¨®n del lago, da?os a la salud, corrupci¨®n y el clima de terror que se ha extendido entre quienes se oponen a la mina: pescadores, periodistas, pol¨ªticos de oposici¨®n y hasta el cura del pueblo. Las maniobras incluyen la manipulaci¨®n de una orden judicial de la Corte Constitucional, la compra de l¨ªderes mayas y polic¨ªas, los regalos a jueces o las sospechas que rodean a varios ministros y al propio presidente, Alejandro Giammattei, que ha perseguido a jueces y fiscales que han tratado de investigar sus v¨ªnculos con las mineras rusas hasta obligarlos al exilio uno detr¨¢s del otro.
Los miles de correos y documentos almacenado en un disco duro de dos terabites revelan los planes para desplazar a las aldeas del ¨¢rea de influencia de la mina, la elaboraci¨®n de tablas clasificando a los vecinos entre amigos o enemigos de la mina, la amenaza de extender el rumor de una epidemia sida y, por supuesto, el espionaje a los pescadores m¨¢s populares y a periodistas como Carlos Choc.
Para hacerse una idea del tono empleado, en uno de los correos, la direcci¨®n de la mina exigi¨® en octubre pasado al presidente Giammattei que terminar¨¢ con unas protestas en El Estor, que imped¨ªan el paso de sus camiones: ¡°Solicitamos la intervenci¨®n inmediata de las autoridades para que participen activamente en lograr la estabilizaci¨®n de la situaci¨®n¡±. En ese momento, seg¨²n el procurador de Derechos Humanos, Jord¨¢n Rodas, la mina funcionaba ¡°ilegalmente¡± ya que una orden de la Corte de Constitucionalidad, emitida dos a?os antes, le obligaba a una consulta p¨²blica entre la poblaci¨®n. Dos semanas despu¨¦s, el Gobierno de Guatemala declar¨® el estado de sitio en Izabal y decidi¨® el env¨ªo de 500 soldados a El Estor y una cantidad similar de polic¨ªas y antimotines.
En otros casos el tono es de paternalismo como cuando regala mascarillas (¡°para que nos tenga en el radar¡±) o utiliza a los pescadores de la comunidad, que hoy pescan menos que nunca, para promocionar en redes sociales calidad de vida de la que disfrutan desde que el gigante del n¨ªquel aterriz¨® en su pueblo. En otros casos, la mina no duda en recurrir a estrategias mafiosas para dividir a las comunidades mayas, como cuando V¨ªctor Castellanos le exige en un correo enviado el 6 de octubre de 2014 a Crisanto Reyes, coordinador de proyectos comunitarios, ¡°pensar en que acciones para quitarle fuerza a las comunidades usurpadoras (...) una estrategia de espionaje para obtener informaci¨®n. Si tan solo tenemos que pagar para obtener esa informaci¨®n pregunte por la autorizaci¨®n y lo hacemos¡±, le dice en el correo.
La polic¨ªa guatemalteca al servicio de la minera
En junio de 2019 EL PA?S visit¨® a Carlos Choc, recorri¨® El Estor y entrevist¨® a decenas de vecinos, pescadores, funcionarios del ayuntamiento, trabajadores de la mina, al director general de CGN, Dimitri Kudriakov y hasta al cura del pueblo. Entre otras an¨¦cdotas, uno de los correos encontrado confirmaba que EL PA?S y otros colegas europeos que pasaron por El Estor, fueron espiados con drones y fotograf¨ªas durante su cobertura.
Por aquel entonces, la poblaci¨®n estaba sorprendida por la brutalidad policial. Protestaban, por ejemplo, por los 150 camiones que atraviesan su pueblo ma?ana, tarde y noche cargados de monta?as de mineral sin pagar un solo impuesto, por la sospechosa mancha roja que apareci¨® en el lago, por las extra?as enfermedades cut¨¢neas o por la brutalidad policial aplicada para disolver a los pescadores durante la ¨²ltima manifestaci¨®n y que termin¨® con un pescador muerto por los disparos de un polic¨ªa en 2017. Gracias a los correos revisados por este equipo ahora se sabe que la gasolina, los coches patrulla y hasta las comidas de los agentes de la Polic¨ªa Nacional Civil (PNC), enviada por el Gobierno para pacificar la protesta, estuvo pagada por la mina. Entre 2014 y 2017 CGN-Pronico entreg¨® a la Polic¨ªa Nacional en El Estor y R¨ªo Dulce 35 galones mensuales de gasolina, adem¨¢s de fondos extra para alimentaci¨®n del personal policial, pago de renta de locales y otros gastos como reparaci¨®n de veh¨ªculos y llantas. En total, la Polic¨ªa recibi¨® de la empresa rusa 1.443.940.36 quetzales (unos 193.000 d¨®lares). La contabilidad de la minera revisada ha permitido conocer que los pagos a la polic¨ªa crec¨ªan cada vez que los pescadores se organizaban y protestaban contra el desalojo de comunidades instaladas en tierras que CGN-Pronico reclamaba como propias. Segun dos abogados guatemaltecos consultados, recibir dinero de una entidad privada no es ilegal, siempre y cuando el dinero se canalice atrav¨¦s de la Tesorer¨ªa nacional y despu¨¦s de un engorroso proceso administrativo.
Imponer su voluntad no se limit¨® a las calles. En febrero de 2018, la compa?¨ªa emprendi¨® una ofensiva para desalojar a la poblaci¨®n Q¡¯eqchi¡¯ establecida en una comunidad conocida como Setal, en las inmediaciones de la mina. Para garantizar el ¨¦xito del desalojo, seg¨²n los correos filtrados, la mina presupuest¨® un pago extraordinario de ¡°apoyo¡± a la polic¨ªa de El Estor y el vecino municipio de R¨ªo Dulce. Segun sus calculos se necesitar¨ªa una inversi¨®n de 650.856 quetzales (unos US$90,000) durante los ocho d¨ªas que durar¨ªa la operaci¨®n policial, seg¨²n el documento que resume la reuni¨®n entre la mina y el jefe de la policial de El Estor.
El plan de gastos inclu¨ªa el pago de alimentos y alojamiento para 2.000 agentes policiales y la movilizaci¨®n de 300 patrullas ¡°desde diferentes lugares del pa¨ªs¡±, seg¨²n un cuadro elaborado por la gerencia de seguridad en febrero de 2018 y enviado a los directores generales de la mina. Los gastos contemplaba distintos escenarios en caso de que el desalojo fuera violento y hubiera ¡°heridos, retenidos, secuestrados o muertos¡±. En la respuesta de la mina, a la pregunta de si ¡°?hizo donaciones a la Polic¨ªa (PNC) durante los desalojos en Izabal y Panz¨®s?¡± la minera respondi¨®: ¡°No¡±, en un correo electr¨®nico enviado por Forbidden Stories.
Una mina enfrentada a los mayas
En 1970 las tierras rojizas que rodeaban el lago m¨¢s grande Guatemala, el Izabal, ubicado al este del pa¨ªs en medio de la frondosidad m¨¢s espectacular, llamaron la atenci¨®n de las empresas extranjeras por la cantidad de n¨ªquel que conten¨ªan. Hasta ese momento, en la zona solo hab¨ªa algunas peque?as comunidades de origen maya que viv¨ªan de la pesca. El Gobierno del dictador Carlos Arana Osorio, conocido como el ¡°Chacal del Oriente¡± por su brutalidad, otorg¨® entonces una concesi¨®n para su explotaci¨®n a una empresa canadiense. Despu¨¦s de varias d¨¦cadas en manos canadienses en las que la mina cada vez produc¨ªa menos, finalmente ces¨® actividades en los a?os 90. En 2011, la mina pas¨® a manos rusas y suizas cuando Solway puso en marcha la mina F¨¦nix para extraer todo el n¨ªquel posible aprovechando el aumento de la demanda debido al auge para el uso en bater¨ªas y veh¨ªculos el¨¦ctricos. De Puerto Barrios, en el Caribe de Guatemala se trasladaba en barco a Ucrania donde, hasta el comienzo de la invasi¨®n rusa, se procesaba.
Seg¨²n Solway, la mina crea 2.000 puestos de trabajo y ¡°contribuye al desarrollo social y de infraestructura¡±, dice su web. Es una de las 64 que hay en Guatemala y aporta un 0,7% al PIB, seg¨²n el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI).
En los ¨²ltimos a?os la mina, ha estado en el centro de la pol¨¦mica debido al deterioro medioambiental y las protestas de la poblaci¨®n. La Corte Constitucional oblig¨® en 2019 al Ministerio de Minas a detener sus operaciones hasta la realizaci¨®n de una consulta p¨²blica para preguntar entre los l¨ªderes mayas si deseaban o no la continuidad. Una consulta que finalmente gan¨® la mina.
Sin embargo, los documentos filtrados han permitido descubrir que tanto el paro de operaciones como la consulta fueron una farsa. Los datos contables revisados. comprueban que durante los m¨¢s de dos a?os que tuvo que estar cerrada, la mina sigui¨® la actividad, removi¨® m¨¢s tierras y registro beneficios r¨¦cord durante ese periodo. Seg¨²n la respuesta enviada por la mina a esta investigaci¨®n, ¡°desde la suspensi¨®n de la licencia el Ministerio de Energ¨ªa Minas ha realizado varias inspecciones para garantizar que no se lleven a cabo actividades extractivas en cumplimiento de la sentencia, dentro de estas vistas se incluye la revisi¨®n estado de los almacenes con mineral extra¨ªdo de la licencia F¨¦nix previo a la suspensi¨®n¡±. Sobre el aumento de la superficie detectada v¨ªa en sat¨¦lite, la empresa respondi¨® que ¡°la vegetaci¨®n fue removida para poder efectuar estudios hidrogeol¨®gicos y sistemas de canalizaci¨®n de agua de lluvia para el control de la erosi¨®n del suelo. Estas dos actividades son mecanismos requeridos seg¨²n el plan de gesti¨®n ambiental (...) la suspensi¨®n de la licencia de explotaci¨®n minera no limita que se deban continuar las actividades de compromiso ambiental del proyecto¡±, se?al¨®.
Paralelamente, los documentos consultados se?alan los esfuerzos por manipular desde los despachos la consulta y en otro se detalla la necesidad de ¡°comprar l¨ªderes¡± en tres barrios de El Estor con donaciones para ¡°actores clave y partes interesadas¡± relacionadas con la pregunta. En ellos se dibuja una hoja de ruta para dirigir y tomar el control de la votaci¨®n. Una de las carpetas incluye documentos sobre los actores que participan en la consulta, conceptos, discusi¨®n en las comunidades, ¡°preguntas t¨®xicas¡± que opositores a la mina podr¨ªan realizar y los argumentos con los que podr¨ªan salir al paso. Adem¨¢s se incluye un mapeo de las 46 comunidades que definieron para participar en la consulta, con posici¨®n a favor de la empresa (29), en contra de la empresa (5) y neutral (12). A la pregunta realizada seg¨²n la cual Solway pag¨® a los miembros de la comunidad que participaron en el proceso de consulta, la minera se limit¨® a contestar que ¡°esa informaci¨®n no corresponde a la realidad¡±.
En al menos un caso, los perioridas confirmaron c¨®mo una l¨ªder, Guadalupe Xol Quinich, fue expulsada del Consejo ind¨ªgena, que se reuni¨® con la mina despu¨¦s de que se negara a aceptar un pago de CGN-Pronico. Xol Quinich, l¨ªder ancestral y miembro del Consejo ind¨ªgena de El Estor, se neg¨® a firmar un acuerdo amistoso para confirmar que la compa?¨ªa hab¨ªa consultado adecuadamente a las comunidades locales. El precio de su firma era de 3.000 quetzales (400 d¨®lares), dijo en una entrevista a EL PA?S. Cuando se neg¨® a firmar, fue expulsada de cualquier ¨®rgano de direcci¨®n. ¡°Estamos muy divididos entre hermanos y hermanas de la comunidad¡±, dice sentada en un banco de su casa en un patio floreado con plataneros y buganvilias.
Dividir a las comunidades como estrategia
Los documentos consultados confirman la estrategia de la minera para comprar, cooptar o dividir a la comunidad. Los documentos revisados muestran que Solway hizo una donaci¨®n de 34.000 d¨®lares para la compra de diez equipos de pesca con los que mantener a los l¨ªderes y socios de la Asociaci¨®n de pescadores Bocas del Polochic como aliados, dice el documento de CGN-Pronico titulado ¡°participaci¨®n comunitaria¡± de 2019. El dinero logr¨® que algunos pescadores terminaran participando en videos promocionales de la mina en redes sociales agradeciendo las ayudas recibidas para mejorar la pesca.
En otras ocasiones la estrategia fue menos amistosa, como en el caso de Las Nubes, una comunidad que se neg¨® a ser realojada alegando lazos ancestrales con la tierra. La respuesta de la mina en febrero de 2020 fue la puesta en marcha de un ¡°plan de trabajo¡± destinado a lograr el reasentamiento con una estrategia que propon¨ªa despedir a trabajadores que se negaran a entregar sus tierras o contaminar los cultivos de cardamomo con qu¨ªmicos. En otro documento del mismo mes, las ideas para desplazar a los residentes de Las Nubes eran a¨²n m¨¢s radicales y consist¨ªan en difundir rumores de una epidemia de sida entre los l¨ªderes comunitarios, provocar incendios, destruir los cultivos de cardamomo con qu¨ªmicos o propagar el rumor de que un mediador recibi¨® su casa como soborno. Los autores del informe se?alan los ¡°pros¡± y los ¡°contras¡± de cada estrategia. En el apartado sobre los aspectos positivos de incendiar los cultivos se?alan ¡°la destrucci¨®n de sus m¨¦todos de subsistencia¡±. En el apartado desventajas inclu¨ªan el peligro de contratar delincuentes y que puedan ser descubiertos por ello. La estrategia predominante se resume en una frase varias veces repetida: ¡°Pago de un soborno¡±. A la pregunta ?hab¨ªa planes de representantes de la compa?¨ªa para difundir rumores sobre l¨ªderes comunitarios que ten¨ªan VIH / SIDA. ?Se implementaron esos planes?, la minera respondi¨® ¡°Esa informaci¨®n no corresponde a la realidad¡±.
La alfombra m¨¢gica
En junio de 2020, el presidente Giammattei, en el poder desde hace dos a?os, recibi¨® una carta del gerente general de CGN-Pronico, Sergey Nosachev, en la que ped¨ªa ¡°apoyo para garantizar la libre locomoci¨®n en el municipio de El Estor¡±. Un mes despu¨¦s, Giammattei respondi¨® contundentemente a la solicitud declarando el estado de sitio en el departamento de Izabal. Acto seguido, el presidente de Guatemala, moviliz¨® a cientos de militares a El Estor para frenar los ¡°actos violentos¡± contra la polic¨ªa ¡°instigados por grupos criminales que tienen por objeto desestabilizar a la autoridad departamental y municipal¡±, se?al¨® el decreto oficial. Durante aquellos d¨ªas polic¨ªas, personal de inteligencia y miembros del Ministerio P¨²blico registraron las casas de los l¨ªderes Q¡¯eqchi¡¯ que encabezaron la protesta pac¨ªfica y de periodistas comunitarios que cubrieron aquellos sucesos y a los que la mina llevaba a?os incluyendo en sus listas como ¡°adversarios¡± del proyecto.
?De d¨®nde viene tanta diligencia?. Las sospechas de los v¨ªnculos entre el presidente Giammattei y los empresarios rusos del metal comenzaron con una denuncia del fiscal anticorrupci¨®n, Juan Francisco Sandoval, publicada en el The New York Times. El 23 de junio su oficina (FECI) abri¨® una investigaci¨®n tras la denuncia de un testigo que present¨® indicios de que un grupo de ciudadanos rusos y kazajos relacionados con la empresa Mayan¨ªquel entreg¨® una alfombra llena de billetes a Giammattei para su campa?a que la prensa bautiz¨® como ¡®la alfombra m¨¢gica¡¯. Segun el testigo una delegaci¨®n de tres empresarios rusos y un kazajo asociados a Mayan¨ªquel llegaron a Guatemala el 26 de abril de 2021 en un avi¨®n privado desde de Bruselas. Tres d¨ªas despu¨¦s, seg¨²n el testigo que habl¨® con los fiscales, los extranjeros visitaron a Giammattei a quien entregaron ¡°una alfombra que estaba envuelta como regalo con un list¨®n color rojo que lo amarraba. Al cargar dicho paquete con otra persona, pude determinar que la misma conten¨ªa en su interior dinero en efectivo envuelto en paquetes¡±, confes¨®. Un mes despu¨¦s de aquella supuesta entrega, el 28 de mayo de 2021, Mayan¨ªquel obtuvo una nueva licencia la explotaci¨®n de n¨ªquel y otros metales en el sur de Izabal. La empresa hab¨ªa solicitado esa licencia 11 a?os antes pero el permiso lleg¨® solo despu¨¦s de la visita de la delegaci¨®n rusa. ¡°Fue aquel expediente¡±, dice Sandoval desde una vivienda de Washington, a donde ha tenido que exiliarse, lo motiv¨® que su jefa, la fiscal general Consuelo Porras, lo destituyera del puesto un mes despu¨¦s. Una alfombra, el exilio masivo de jueces y fiscales y las imponentes chimeneas de Solway en la reserva de la biosfera forman parte de un esc¨¢ndalo con muchas piezas en com¨²n que en Guatemala se conoce como: la trama rusa.
El implacable juez Arteaga
La habilidad del dinero de la miner¨ªa es que ha logrado calar en todos los niveles sociales y pol¨ªticos. Polic¨ªas, l¨ªderes mayas o ministros se han visto beneficiados por los millones rusos. De la cascada no ha quedado fuera ni al juez que recibe todas las causas judiciales de El Estor, el implacable Edgar An¨ªbal Arteaga L¨®pez, del Juzgado de Primera Instancia penal, narcoactividad y delitos contra el ambiente de Izabal. El nombre de Arteaga apareci¨® por primera vez en los peri¨®dicos del pa¨ªs cuando hace algunos a?os detuvieron a dos narcotraficantes mexicanos junto a una avioneta reci¨¦n estrellada en la que hab¨ªa un mill¨®n de d¨®lares. El juez consider¨® que no hab¨ªa riesgo de fuga si dejaba que siguieran su proceso judicial en libertad y, por su puesto, nunca m¨¢s se volvi¨® a saber de ellos ni de un pellizco importante del mill¨®n de d¨®lares.
En una peque?a habitaci¨®n del tribunal con el aire acondicionado a tope, Arteaga golpea los anillos contra la mesa mientas manda guardar silencio y amenaza con desalojar su juzgado. En mayo de 2019, durante la vista previa del juicio contra varios pescadores el juez se mostr¨® implacable con los ind¨ªgenas a quienes acusaba de delitos como intento de homicidio, secuestro o instigaci¨®n a delinquir, el mismo delito que atribuye al periodista Carlos Choc que cubr¨ªa la protesta. Durante la vista, el juez rechaz¨® una entrevista con EL PA?S sobre su persecuci¨®n hacia todos aquellos se?alados por la mina. M¨¢s de dos a?os despu¨¦s, entre los documentos revisados, se encontr¨® un correo electr¨®nico con el asunto ¡°URGENTE¡±, donde los responsables de CGN-Pronico adjudican los regalos de Navidad entre personajes clave y uno de ellos fue para Artega. En la respuesta recibida, la mina justific¨® los regalos diciendo que ¡°es una pr¨¢ctica habitual en Guatemala enviar canastas navide?as a los amigos con los que se ha interactuado durante el a?o que concluye¡±, pero neg¨® haber entregado ninguna al juez: ¡°Las canastas navide?as s¨®lo se regalan a las personas cuando no est¨¢ prohibido por la ley. Por ejemplo, las canastas navide?as no se regalan a los jueces¡±.
En su ¨²ltima entrevista con EL PA?S, Choc deja la conversaci¨®n a medias porque tiene que salir corriendo hacia al autob¨²s. Le quedan 12 horas de viaje hasta Puerto Barrios donde ma?ana tiene que presentarse a firmar. Ma?ana, como todos los d¨ªas 22, la justicia le recuerda que el culpable de todo lo anterior es ¨¦l.
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