El diputado Silveira, el polic¨ªa indisciplinado que encarna el pulso entre el bolsonarismo y el Supremo
El parlamentario ser¨¢ juzgado la semana que viene por defender actos antidemocr¨¢ticos y amenazar a los jueces de la corte
Durante m¨¢s de 24 horas, el diputado bolsonarista Daniel Silveira, de 39 a?os, fue el protagonista indiscutible de la ¨²ltima hora informativa en Brasil. Acapar¨® toda la atenci¨®n de los comentaristas de televisi¨®n, de las redes sociales. Unos y otros siguieron cada uno de sus pasos y declaraciones mientras intentaba escabullirse de los agentes de polic¨ªa que le buscaban a finales de marzo para colocarle una tobillera electr¨®nica por orden de un juez del Tribunal Supremo. Refugiado en la sede del Congreso, en Brasilia, solo depuso su actitud cuando se vio con las cuentas congeladas y una multa diaria de miles de reales. Este antiguo polic¨ªa militar se sienta la semana que viene en el banquillo, acusado de difundir un v¨ªdeo en defensa de actos antidemocr¨¢ticos como destituir a los jueces de la m¨¢xima corte y la orden militar que en la dictadura sirvi¨® para clausurar el Congreso, el llamado Acto Institucional n¨²mero cinco.
Silveira personifica como nadie el pulso que mantienen el bolsonarismo y el Tribunal Supremo desde que Jair Bolsonaro alcanz¨® la presidencia. La Corte, que es un actor pol¨ªtico m¨¢s, se ha erigido en la instituci¨®n m¨¢s combativa a la hora de frenar las tentaciones autoritarias del presidente y los suyos. Los bolsonaristas, que la acusan de cercenar libertades, han convertido al pol¨¦mico parlamentario en un m¨¢rtir de la libertad de expresi¨®n.
El juicio llega en un momento en que Bolsonaro empieza a acortar distancias en las encuestas electorales tras muchos meses a enorme distancia del expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva. Brasil elegir¨¢ presidente y renovar¨¢ el Congreso dentro de seis meses.
Aquel agitado d¨ªa de finales de marzo en que desacat¨® abiertamente las ¨®rdenes del juez, Silveira durmi¨® en su despacho del Congreso, en Brasilia. Horas antes, hab¨ªa tomado la palabra en la sala de plenos para acusar al juez Alexandre de Moraes de estar ¡°atropellando al Legislativo, atropellando lo que dice la Constituci¨®n¡±. Poco importaba si en los esca?os le escuchaba alg¨²n diputado, el discurso no era para ellos, sino para sus seguidores, a los que les lleg¨® a trav¨¦s de redes sociales perfectamente empaquetado. El juez Moraes escribi¨® aquel d¨ªa en un auto: ¡°Situaci¨®n extra?a y bizarra en la que el imputado utiliza la C¨¢mara de Diputados para esconderse de la polic¨ªa y la Justicia, ofendiendo la dignidad misma del Parlamento, al tratarlo como una guarida de pr¨®fugos de la justicia¡±. El diputado tiene prohibido usar las redes desde que fue imputado en febrero pasado. Lleg¨® a estar un tiempo en arresto domiciliario.
La polit¨®loga Camila Rocha explica que Silveira ¡°tiene ese papel de agitador de la militancia bolsonarista m¨¢s extremista desde la ¨¦poca en que rompi¨® la placa de Marielle [Franco]. Fue aquel episodio el que impuls¨® su elecci¨®n¡±. Bolsonaro a¨²n no hab¨ªa ganado las elecciones y Silveira era todav¨ªa un polic¨ªa militar que intentaba ser elegido para entrar en el Congreso, cuando rompi¨® una placa que homenajeaba en R¨ªo a la concejala izquierdista negra y bisexual asesinada meses antes. Se grab¨® en v¨ªdeo, lo difundi¨® y gracias a esas im[agenes dej¨® de ser uno m¨¢s entre los miles de candidatos desconocidos. Semanas despu¨¦s, los votantes le llevaron hasta el Congreso en Brasilia. ¡°Sin duda, hay una estrategia detr¨¢s¡± del radicalismo que encarna este diputado novato, a?ade Rocha. ¡°Esa radicalizaci¨®n tiene una motivaci¨®n pol¨ªtica, es del ala que m¨¢s presiona para una ruptura institucional¡±.
Silveira es un tipo indisciplinado. Basta echar un vistazo a su trayectoria. Sesenta veces fue sancionado durante sus seis a?os como polic¨ªa militar en R¨ªo de Janeiro. Debieron ser faltas de envergadura porque los castigos incluyeron casi un mes de c¨¢rcel y casi dos meses arrestado. Sostiene que ese mal expediente es ¡°por ir de frente contra la arbitrariedad, contra las ¨®rdenes absurdas de algunos oficiales¡±.
Musculoso, cuadrado como un armario, a veces parece que los trajes que luce en la C¨¢mara de Diputados van a estallar. Le gusta usar corbata y, en la solapa, un broche de dos pistolas cruzadas.
La polit¨®loga Rocha sostiene que el juicio de Silveira ante el Supremo es importante para el propio presidente y para el movimiento pol¨ªtico que lidera. ¡°Ahora, Bolsonaro espera lealtad de los dos jueces del Supremo que ¨¦l nombr¨®. La idea es que (¨¦stos) pidan un aplazamiento de la vista para evitar la inelegibilidad del diputado Silveira. Si le condenan, ser¨¢ inelegible y eso perjudica al bolsonarismo porque mostrar¨ªa el poder de fuego del sector del Supremo que encabeza Moraes¡±.
El bolsonarismo considera a Moraes su bestia negra porque dirige esa investigaci¨®n por promover actos antidemocr¨¢ticos y otra sobre noticias falsas que amenaza la estrategia digital que tantas alegr¨ªas da al presidente. El propio mandatario es investigado en uno de los casos por su campa?a contra las urnas electr¨®nicas. Esta misma semana, YouTube ha retirado un v¨ªdeo de hace meses en el que pon¨ªa en duda, sin pruebas, el sistema de votaci¨®n adoptado por Brasil hace 25 a?os. Uno de los temores m¨¢s extendidos es que, si pierde las elecciones, se niegue a reconocer el resultado e intente causar una crisis al estilo de Donald Trump. El Tribunal Superior Electoral ha invitado a la Uni¨®n Europea, la OEA y el Centro Carter a enviar observadores para los comicios de octubre.
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